-ALMAS DÉBILES-

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Aquella tarde Orión y Emerick habían estado juntos por casi tres horas, y en ese tiempo Emerick le contó los proyectos que su padre había creado, también le resumió la historia de quienes eran los protectores de la realidad y como había empezado s...

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Aquella tarde Orión y Emerick habían estado juntos por casi tres horas, y en ese tiempo Emerick le contó los proyectos que su padre había creado, también le resumió la historia de quienes eran los protectores de la realidad y como había empezado su historia con ellos, Orión por primera vez no hablaba ya que estaba muy impresionada por todo lo que él decía.

—Necesito saber qué es lo que piensas...— le dijo al verla tan pensativa mientras se cambiaba.

—Pues... pienso lo difícil que debe resultarte el enviarlos a la academia de Merlín, pero también pienso que para ellos es mejor recibir una educación conforme al mundo que viven, no quiero que con esto que digo pienses que quiero imponer decisiones, al final son tus miniños Rick, pero ellos dos me han hablado de cómo son tratados en su escuela normal, y creo que es porque no encajan en este mundo sin magia, claro que te extrañarían... y lo harán pero conforme crezcan se darán cuenta del sacrificio que hizo su padre por amor.— Emerick la estudió y asintió, sabía que ella tenía razón.

— ¿Sabes? Durante estos años con ellos he luchado por darles lo mejor, ya que yo aprendí todo a la mala y con el peor padre que puede existir, pero de alguna forma... quiero que sean fuertes...

—Lo son Rick... lo son.

—Pero quiero que lo sean aún más, quiero que comprendan lo difícil de la situación y que entiendan que si irán a Witchery es porque los amo, no porque sea una mierda de padre.

— ¿que? Emerick... mírame, tú no eres una mierda de padre, eres el ser más perfecto que haya conocido, dedicado y amoroso, capaz de dar todo por aquellos que ama...— Orión le dijo acercándose a él de nuevo en la cama donde él aún permanecía, pero esta vez con tristeza. —No quiero que te mortifiques Rick, yo daré todo de mí para que ellos estén bien, ¿sabes por qué? Por qué esta tarde descubrí cosas increíbles que puedo hacer, Inés me mostró cómo utilizar mis dones de Bastet, y si uno de ellos aparece... yo misma me encargaré de hacerlos cenizas. — Le dejó saber motivaba e hizo que Emerick levantara su cara con una ligera sonrisa, se sentía un poco extraño tras haberle revelado que la amaba, pero es que no podía evitarlo, cada vez que la veía le llenaba más de dicha y paz, cada gesto de su rostro le descontrolaba y cada palabra de su boca era tan dulce que era imposible no querer besarla. —Ahora te diré que harás, ¡Te vas a parar, con un maldito demonio! ¡Vas a ir a la junta de tus hermanos y esto tendrá una solución! No sufras por las cosas que aún no pasan, dejarás que la vida fluya... y que todo se acomode. Así que ¡arriba! — le animó y él sonrió.

— ¡Mejor abajo! — gritó abrazándola y la puso por debajo de su cuerpo para volver a besarla y hacerle unas cuantas cosquillas pellizcando partes de su cuerpo con delicadeza. Después la miró y acarició su mejilla. —Tal vez no serás nunca la madre de Victoria y Chris, pero créeme que no tengo ningún problema si ellos te consideran como una. — y mientras los ojos de Orión brillaban, él le devolvió el beso.

Engatozada: EmerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora