Hasta que el contrato nos separe. ©

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Leer la nota final 💛

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Sabes cuando alguien realmente tiene mucho dinero, cuando tienen su propio avión privado.

No importa si tiene una mansión en el mejor lugar de California o Nueva York, sin un avión no es verdaderamente millonario, solo tienen dinero.

Jamás creí que James tendría uno. Quiero decir, se ve que toda su familia tiene dinero, y su negocio hotelero le va bastante bien, pero ¿de ahí a tener un avión? Si, no me lo esperaba. Así que imagínense mi sorpresa cuando nos bajamos del auto, en la pista de despegue, sin ninguna fila de personas frente a nosotros.

Cuando le pregunté cómo es que tenía uno, simplemente me dijo que era más sencillo comprar un avión porque siempre tenía reuniones de último momento en algún estado del país, y esperar a conseguir un billete de avión era un dolor en el culo. Sus palabras, no mías. Yo también muchas veces tenía que viajar a reuniones con algunos escritores que se encontraban fuera de San Francisco, pero no por eso iba a comprarme un maldito avión. Aparte, no tengo el dinero para comprarme uno. Necesitaría vender mi alma, y creo que todavía no podría.

Después de darme la noticia, simplemente tomé mi ropa y me cambié para poder hacer mi maleta, sin decirle nada con temor a que cambie de opinión y decida hacer la boda con toda la familia.

Estoy contenta de que viajemos a Las Vegas para hacer esto, creo que nuestras familias ya están lo suficientemente involucradas como para tener que pasar por una grande y elegante boda falsa, para, después de unos meses, vernos divorciados. Una boda en Las Vegas lo haría todo más sencillo.

Tenía que funcionar, por ahora.

El pensamiento de estar haciendo algo ilegal sigue atormentándome durante el viaje hacia Las Vegas. Estoy por cometer un delito. Me voy a casar en un par de horas. ¿Qué le vamos a decir a nuestras familias?

James toma asiento frente a mí y se inclina hacia adelante.—Mucha gente se casa en Las Vegas. Tendrá sentido.—dice, como si leyera mi mente. Pero no estoy segura de sí está tratando de convencerse a sí mismo o a mi.

Después de eso, se acomoda en el asiento estirando sus piernas antes de cerrar los ojos y apoyar la cabeza contra la ventanilla hasta quedarse dormido. ¿En serio va a dormir ahora? Yo ni siquiera sentía un poco de cansancio debido a la ansiedad.

Él mencionó, después de volver a la habitación, que Violet se había ido a la casa de una vieja amiga, por lo cual no teníamos que preocuparnos por ella. Así que nos acostamos después de hacer nuestros bolsos y nos dormimos. O al menos, él lo hizo. Porque yo no pude dormir en toda la noche, porque mis pensamientos no se quedaban callados. Después de tres horas, James se despertó y comenzamos a prepararnos para irnos.

Todavía no estoy segura de la verdadera razón por la cual cambió drásticamente de planes. Tal vez vió lo agotador que es planear una boda con tan poca anticipación que se dio cuenta que lo mejor era tener una en Las Vegas. Siendo honesta, tenía la esperanza de que cambiara de opinión, pero no creí que lo haría tan pronto.

Las dos horas de viaje pasan rápidamente, y mi futuro marido abre los ojos justo cuando estamos aterrizando. Ni siquiera dirige una mirada o palabra hacia mí cuando nos bajamos del avión, hacemos nuestro recorrido fuera del aeropuerto y tomamos un taxi para dirigirnos a nuestro hotel. Hago una mueca cuando observo el nombre frente a nosotros, no le menciono a James que creí que nos quedaríamos en uno de los hoteles de su padre hasta que nos registramos y nos subimos al ascensor.