02

20.1K 1K 77
                                    

Dejo a James en la sala y voy a mi habitación a buscar mi laptop para poder revisar mis correos electrónicos. Pongo todas mis cosas en la mesa de la cocina y me acerco lentamente para observar que no esté robando nada. Todavía se encuentra en el sofá, con el control en la mano y el canal de deportes en la televisión.

Su chaqueta se encuentra en el respaldo del sofá, dejándolo solo en una camisa blanca que tiene subida hasta los codos. Se ve tan cómodo aquí, que me hace preguntarme cuantas veces ha estado en mi departamento sin que yo lo sepa. Conozco a todos los amigos de mi hermano, y definitivamente no tiene ninguno llamado James, y estoy segura de que sabría si lo tuviera.

Aunque admito que este último año he estado encerrada en mi propia burbuja, despertándome temprano para ir a trabajar y volviendo a casa tarde. No me sorprende que no lo haya visto nunca. Pero estoy segura que Ben mencionaría a su nuevo amigo.... creo.

—¿Siempre sueles mirar fijamente a las personas?

Doy un salto en mi lugar y lo fulmino con la mirada.—Lo lamento, pero ni siquiera te conozco. No puedes culparme por tener dudas sobre ti.

Camino hacia la cocina y tomo mi laptop para llevarla a la sala, me siento en el sofá individual para permanecer lo más lejos de él posible.

—Te ofrecería algo de beber, pero parece como si estuvieras en tu propia casa, así que sabes dónde encontrar un refresco.

James se ríe, y tengo que llevar una mano hacia mi estomago porque algo dentro de mi muere. Literalmente. O eso creo.

No debería ser así, no sólo porque no tengo idea de quién es el tipo, sino porque es el mejor amigo de mi hermano. Nunca tuvimos una charla que involucrara a él diciéndome de no salir con sus amigos, y viceversa. Porque nunca estuve interesada en las personas con las que mi hermano solía juntarse. Así que, creo que simplemente lo dimos por hecho.

Me acomodo en el sofá e intento mantenerme enfocada en mis correos, pero por alguna razón, lo encuentro difícil cuando puedo sentir la presencia del amigo de mi hermano por todos lados.

Suspiro y finalmente me rindo de ignorarlo.—Así que, ¿cómo conociste a mi hermano?

Despega la mirada del televisor y me mira.—Ambos practicamos fútbol en el mismo club. Mi amigo, Chad, resultó también ser amigo de tu hermano. Necesitaban un mediocampista, y me ofrecí para jugar con ellos.

Asiento y suspiro internamente, aliviada porque conozco a Chad, así que no creo que sea tan malo después de todo.

—¿Hace mucho son amigos?

—Un año.

Frunzo el ceño.—¿Y cómo es que nunca te he visto? ¿O por qué mi hermano no te mencionó antes?

Se encoge de hombros y dirige su mirada al partido que acaba de empezar. Acerco mi laptop a mi y me pongo a trabajar. Al cabo de media hora, se levanta y va hacia la cocina.

—¿Quieres algo de beber?—me pregunta y no puedo evitar pensar en lo raro que suena eso. Apenas conozco al tipo, y ya está adueñándose de mi departamento.

—Si, agua.—le digo de todos modos, porque tengo más mensajes de los que pensé que tendría.

Cuando James vuelve a la sala, me mira mientras deja el vaso de agua frente a mi. Tomo un sorbo e ignoro su mirada en mí, mientras finjo responder un mensaje. En realidad, debería estar haciendo eso. Pero no puedo pensar cuando siento sus ojos azules en mi, ni siquiera sé que decía el mensaje que debería estar respondiendo. Pero cualquier cosa me sirve de distracción ahora mismo.

Hasta que el contrato nos separe. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora