Brendon meneaba la comida de un lado al otro con mucho desgano, como siempre. Era raro que hiciera algo sin desgano, pero bueno, como se sabía, estaba acostumbrado a ese estilo de vida.
Era miércoles y los últimos dos días eran como siempre, solamente parecía juntarse lo que era la tarea y el maldito desgano. Esta vez Ryan no había podido ir a hacerle compañía, porque obviamente tenía que estar presente para el último entrenamiento importante del equipo, ya que mañana jugaban al fin contra la otra escuela.
Trataba de animarse porque faltaba menos de un día para el partido de voleibol, pero realmente las ganas habían desaparecido con el tiempo. No sabía por qué, pero no podía evitarlo.
Ya no podía faltar, porque se podía decir que tenía varias responsabilidades ese día:
1) Había quedado con Debby ese día, 2) también había quedado con Ryan ese día, no podía dejarlo plantado así como así, porque le había prometido que iría. Simplemente no podía. Y 3) Le había dicho a su mamá el día de ayer y ella sin dudarlo dos veces le había dado el permiso, así que si terminaba quedándose en la casa, lo más probable es que su mamá lo sacara a fuerza de ahí para que fuera a la playa.
Ya no tenía ninguna otra opción, mientras más intentaba animarse y convencerse de que todo iría bien, parecía que su cabeza hacía todo lo contrario.
Estaba tan solo. No solamente en su hogar, si no que en todos los sentidos.
Empezó a sentir que sus manos temblaban, cosa que lo asustó un poco y las apretó en intento de detenerlas.
Tomó el tenedor con el plan de empezar a comer y de calmarse, no sabía por qué de la nada empezó a sentirse así de nervioso para que sus manos empezaran a temblar. Se talló la cabeza con la mano desocupada en un movimiento rápido y finalmente clavó el tenedor en su comida para así metérselo en un bocado, empezando a masticar, diciéndose así mismo que pensara en lo sabrosa que era la comida, pero ya no podía.
Intentó tragar, pero su garganta no lo hacía. Su garganta no quería y si no quería, no lo iba a hacer. Demonios, ¿por qué ahora que estaba solo? Fue lo único que pudo pensar.
Intentando no desesperarse demás (cosa que falló un poco) se levantó de la mesa haciendo que la silla se arrastrara. Sintió como su respiración se agitó y se tomó por la frente un poco, respirando lento, tratando de concentrarse sólo en eso.
La mano que estaba en su frente pasó a estar en su pecho, donde pudo sentir sus latidos, que eran demasiado fuertes, parecía como si su corazón quisiera salirse de su lugar. Pero, Brendon, no tenías que concentrarte en eso, ¿Está bien? Tu respiración.
Tomó la mesa y se apoyó ahí. Cerró los ojos, tratando de concentrarse, maldita sea. No te ibas a caer, ¿verdad Brendon? No te ibas a desmayar. Tampoco te ibas a morir, ¿verdad?..., ¿o sí?
Las mejillas de Brendon empezaron a humedecer, entonces supo. Estaba llorando. ¿Estaba llorando? Estaba tan asustado que ni siquiera lo notó.
[...]
Hacía bastante que no tenía un ataque de ansiedad.
Se podía decir que la última vez, había sido semanas antes de que se mudaran. La desesperación que invadía era increíble e irreal, no entendía cómo es que todo había avanzado tan rápido.
Normalmente su mamá estaba ahí por cualquier cosa, pero realmente esta vez estaba solo.
Estaba sentando en la silla, viendo directamente al plato, sintiendo cómo sus mejillas húmedas se secaban con el tiempo, ya que no se había molestado en removerlas del lugar.
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Bones [Ryden]
Romance¿No quieres venir conmigo? ¿No quieres sentir mis huesos en tus huesos? Es completamente natural. ⚠️ Esta historia hace referencias a diversos problemas psicológicos como lo son los transtornos de ansiedad, depresivos o situaciones de dependencia em...