Había tenido un par de días como para decirle a su mamá lo de la fiesta, pero también había olvidado que tenía unos malditos exámenes esa misma semana. ¿Por qué el día más caluroso de verano era un par de días después de los exámenes? Entonces recordó que faltaba poco para que terminara el semestre, quizás también esa podía ser la excusa para hacer la fiesta.
—Odio los exámenes —se quejó la pelinegra—. No estoy segura de haber pasado aunque sea uno.
Brendon frunció el ceño y bajó la mirada. A él casi no se le dificultaban, entonces no había tenido tanto problema al contestarlos.
—Pero, ¿Sabes qué es lo bueno? —se animó la chica—. Que el reflejo de mis exámenes reprobados, se va a ver en la fiesta —levantó la barbilla orgullosa y sonrió. Brendon sólo trató de sonreír también—. ¿Qué dice tu mamá al respecto? Faltan sólo tres días.
Brendon se meció un poco en sus talones.
—Aún no le digo nada —apretó rápido la nariz, contestando.
—¡¿Qué?! —gritó exaltada. Sarah a veces era tan ruidosa que hacía que Brendon quisiera arrancarse los oídos.
—Aún no le digo nada —repitió—. Ni siquiera sé si quiero ir, no suena como algo que yo haría —hizo un puchero rápido.
—¿Qué suena a algo que tú harías? —le miró seria.
—Quedarme en casa —se sobó el entrecejo con sus dedos, le dolía la cabeza.
—Sí, eso suena como algo que tú harías —rodó los ojos la chica—. Pero por el amor de Dios, Brendon, hacer algo diferente una vez en la vida no pasa nada.
—Es que no sé —se quejó más.
—¿No sabes qué? —la chica estaba empezando a desesperarse, aunque tampoco necesitaba mucho para ello—. A ver, ¿tienes ganas de ir? —preguntó directamente.
El chico encogió los hombros.
—Puede ser.
—¿Y entonces por qué no vas? Solamente a ver qué pasa.
—Porque siento que en el momento que llegue me voy a querer ir —sonó tan triste—. Y estoy harto de que eso pase.
Sarah sólo bajó las cejas, mirándole, sin creérselo, realmente harta. De verdad que Brendon no tenía solución.
—Entonces haz lo que quieras, igual voy a estar yo ahí, si cambias de opinión —le dio fin a la conversación, por el bien de ambos.
Aunque no pareciera, Brendon no podía dejar de pensarlo. Todo el asunto de la fiesta, era algo que le molestaba tanto y le quitaba su poca tranquilidad mental; era algo con lo que cargaba, porque sabía que no importaba lo que fuera a decidir, le seguiría atormentado. No quedaba nada más que atormentarse hasta que el día pasara.
[...]
—Mamá, estaba pensando en algo... —dijo el chico la misma noche, cuando se armó de valor y se acercó a hablarle a su mamá en el momento que ella ya había llegado del trabajo y estaba tranquila en su habitación.
"Estaba pensando en algo"... Claro que lo estaba haciendo, incluso de más. Como todo.
—¿Qué pasa, Bren? —preguntó ella, dedicándole toda la atención.
Brendon tomó aire y suspiró, inevitablemente sintió como tembló cuando hizo eso. Siempre que quería decirle algo a su mamá era lo mismo, se le complicaba tanto que no podía creerlo.
Abrió la boca, pero nada salió y la volvió a cerrar. Sentía el nudo en su garganta. ¿Por qué estaba ahí, para empezar?
—Habrá una fiesta el viernes —lo soltó como pudo, demasiado bajo y arrastrando las palabras.
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Bones [Ryden]
Romance¿No quieres venir conmigo? ¿No quieres sentir mis huesos en tus huesos? Es completamente natural. ⚠️ Esta historia hace referencias a diversos problemas psicológicos como lo son los transtornos de ansiedad, depresivos o situaciones de dependencia em...