La tarde siguió avanzando tranquila, al menos para Brendon y Ryan, que solamente siguieron sentados en la cama platicando, sin prisa alguna.
Brendon se sentía realmente cómodo con la presencia de Ryan y esa paz que se presenciaba junto con él nunca parecía desaparecer, no sabía si se sentía así porque empezaba a gustarle, o porque Ryan tenía ese súper poder que podía causar en cualquiera. Realmente cualquiera de las dos sonaba ridículo y también sonaban muy bien.
Ryan no sabía cómo sentirse después de haberle declarado sus sentimientos a Brendon (o algo parecido), pues Brendon solamente se había sonrojado y no había dicho nada más. Y bueno, se habían besado una vez más, cosa que solamente había dejado a Ryan con ganas de besarlo aún más, ya que, aunque sonaba necesitado, le gustaba mucho.
Estaban los dos en la cama aún, pero cada uno sentado en cada extremo, mirándose y con los pies encima de esta.
Brendon hablaba con tranquilidad, abriéndose a Ryan, todavía no a cosas realmente personales, pero cada vez iba perdiendo ese miedo, sorprendiéndose a sí mismo, dejándose con ganas de que siempre y en cada momento pudiera ser así sin problema alguno, deseando que pudiera abrirse a cualquiera.
[...]
Eran las seis de la tarde, cuando el celular de Brendon vibró junto con la canción de su tono de llamada, interrumpiendo la profunda plática de ambos chicos. Brendon asustado por alguna razón, brincó y tomó el celular, mirando la pantalla.
—Ryan, es mi mamá —dijo mientras miró rápido al otro chico, con algo de miedo por la llamada entrante—. ¿Qué hago? —el timbre seguía sonando.
—Ehm... —Ryan no entendía del todo—. ¿Contestar?
—Cierto —Brendon se sintió estúpido y contestó, pegando su oído al celular.
—¡Bren! Mi amor —dijo la voz del otro lado de la línea.
—Hola, mamá —saludó con algo de desgano.
—¿Cómo estás? —preguntó la voz femenina—. Espero que bien. ¿Ya comiste?
—Sí —contestó, cortante. Ryan se mantenía en silencio, esperando a que terminara la llamada, aunque recibía miradas de Brendon que parecían suplicar ayuda.
—Me alegro, solamente hablaba para saber cómo te encontrabas. Estaré en la casa a las ocho, ¿de acuerdo? —Brendon asintió con la cabeza como solía, sin importar si podía ser visto o no. Su mamá conociéndolo, supuso que lo haría—. Muy bien, te veo ahí. Te extraño.
Brendon no dijo nada más y así terminó la llamada, dejando el celular casi de un golpe en el buró.
—Sólo habló para decirme que si ya había comido y que estaría aquí a las ocho —dijo Brendon. No sonó como un aviso para Ryan, más bien sonó como que si se lo estuviera diciendo solamente para quejarse.
—Tu mamá es linda —confesó Ryan, mientras sonreía con ternura.
—Hmm... —pensó—. Como sea —Brendon se volvió a sentar, pero ahora del extremo en el que estaba Ryan, haciendo éste se moviera para que le diera espacio. Hubo un silencio y Ryan se enfocaba en tocar el edredón con sus manos.
—¿Cuándo la voy a conocer? —preguntó un tanto inocente, levantando la mirada para ver a su compañero. Ryan realmente no pensaba que la mamá de Brendon fuera a hacer tanto alboroto como Brendon decía.
—¿Quieres conocerla? —se quejó Brendon, desacomodándose el cabello.
—Pues, claro.
—Estás loco, Ryan —Brendon sonrió y eso le subió la sangre al castaño.
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Bones [Ryden]
Romance¿No quieres venir conmigo? ¿No quieres sentir mis huesos en tus huesos? Es completamente natural. ⚠️ Esta historia hace referencias a diversos problemas psicológicos como lo son los transtornos de ansiedad, depresivos o situaciones de dependencia em...