XXIII.

147 16 2
                                    

 Pete y Ryan se habían mantenido en la planta baja de la casa (como casi todo mundo). 

Estaban en la barra de la grande cocina, hablando de cualquier cosa, mientras veían a la gente que estaba en la fiesta, al igual que veían a la que iba llegando. 

Tomaban líquido desde unos vasos rojos. Ryan realmente estaba en contra del alcohol innecesario o del abuso de él, entonces sólo estaba tomando refresco que para su suerte había en ese lugar. A Pete le daba un tanto igual, él consumía más alcohol, lo hacía si había oportunidad y si veía el momento, entonces su vaso contenía algo de él, pero tampoco era tanto.

Jon tenía aproximadamente media hora que se había perdido en la casa con su estúpida cámara. Los otros dos chicos sólo esperaban que nadie lo viera lo demasiado raro como para echarlo de ahí. 

¿Cómo se supone que se vería alguien con una cámara profesional en una fiesta cualquiera? Si no era una maldita boda. Aparte debe ser raro ver cómo un chico va a una fiesta sólo a eso, a tomar fotos con su cámara. Pero bueno, ninguno de los dos se tomó el tiempo de buscar a Jon.

Seguían en el mismo sitio cuando su amigo el desaparecido, finalmente apareció. Fue a gran velocidad; acercándose, tratando de no llamar mucho la atención, pero obviamente lo hizo. Varias personas posaron sus ojos sobre el delgado chico que bajaba las escaleras a una velocidad considerable, haciendo bastante ruido (también cabe aclarar).

—Chicos —fue lo que dijo, casi derrapando cuando estuvo cerca de ellos, se veía muy acelerado.

—Hey, Jon —le saludó el moreno, tomando de su bebida—. Te perdiste mucho tiempo. ¿Dónde estabas? —le mira de reojo.

—Estaba arriba, viendo por el balcón que da a la calle, porque hay demasiadas plantas ahí y pude tomar muy buenas fotos —contesto un poco rápido, tratando de no tropezarse con sus propias palabras.

—Genial, ¿puedo verlas? —Ryan se acercó al otro chico y extendió la mano con el plan de que le diera la cámara.

—No. Ahora no, Ryan —dijo con un tono con el que sonó algo harto. Alejó la cámara en un movimiento rápido, haciendo que el castaño le mire con más extrañes—. No quería decirles eso. Quería decirles que vi a Sarah en la entrada.

Ambos chicos se quedaron quietos y se repartieron miradas entre ellos, sintiendo una corriente fría.

—Y..., ¿Viene Brendon con ella? —se animó a preguntar Ryan.

—No —Jon rodó los ojos, cansado. Le quitó el vaso al moreno y le dio un trago. El chico sólo le miró con odio—. Pero viene con el inútil de Smith.

—Dámelo —renegó Pete casi al instante, quitándole el vaso al contrario cuando pudo hacerlo.

—¿Viene con Spencer? —preguntó extrañado el castaño, volviendo al tema.

—Sí —aceptó Jon, contestando la pregunta de Ryan. No parecía contento, se veía que estaba muy acelarado y tratando de disimular lo que sea que su cerebro estaba produciendo—. Hacía tanto que no lo veía y yo estaba perfecto así —se quejó.

—Ya sabes que puedes irte —recordó Pete, molestándole.

—Ya déjame.

—Es genial —comentó Ryan, ignorando la pelea de los dos chicos que tenía en frente. 

Spencer no era Brendon, pero al menos podría hablar con él, aunque estuviera con Sarah. Realmente no le importaba. Era raro, porque Spencer nunca dijo que iría, y por eso tampoco lo esperaba, así que también fue como una clase de sorpresa.

Bones [Ryden]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora