Capítulo 4 (Helados)

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—¡Ya deja de reproducir el jodido video que me da vergüenza ajena! —explota Katy cuando lo veo por quinta vez.

—¡Katy!

—¡No me toques diva! —grita tomando una distancia prudente de Pamela —Así como ella ayer libremente se expresó, ¡yo también puedo hacerlo!

—¿Segura que quieres expresarte libremente como yo? —murmuro arrimada a mi brazo y dándole una mirada de: ¿Enserio? ¿No ves las consecuencias?

La rubia es rápida pillándolo porque sonríe incómoda.

—Uh, no, retiro lo dicho. Míralo de nuevo, solo bájale el volumen cuando tu mini yo empiece a gritar.

No le respondo, en su lugar hago un like con las manos y cuando aparecen las letras de nuevo, apago el teléfono y suspiro con frustración mientras miro a Katy evitando el contacto con Pamela cuando ella le dice que se quede quieta.

—¡Olvídalo! —grita Katy detrás de una silla —Si me dolieron las costillas.

—¡Ya no lo haré, pero quédate quieta!

Katy extiende las manos al frente cuando Pamela logra ponerse frente a ella sin la silla de por medio.

—¿Cómo puedo confiar en ti? ¡Algo roto jamás es restaurado!

Pamela gruñe y toma las manos de Katy entrelazando sus dedos.

—¡No te he roto nada!

—¿Mi corazón es nada?

Pamela se queda estática por alguna razón y luego Katy también se vuelve seria. Abro la boca con intenciones de advertirles, pero es tarde, Katy retrocede más y termina cayendo en la silla llevándose a Pamela consigo.

Es una suerte que Sofía las haya visto y tenga el respaldar de la silla con sus manos evitando que esta se estrelle contra el piso. Sin embargo, eso no reduce todos los daños y perjuicios que vienen a continuación.

Pamela cayendo a horcadas sobre Katy es uno de ellos.

Cierro los ojos mientras hago una mueca imaginando el dolor que debe tener Katy en el trasero por caer de esa manera.

—¿Estás bien? —pregunta Katy y Pamela sonrojada la mira y...le tinga en la frente.

Ahora Katy se queja de que le duelen dos cosas mientras Pamela se levanta y trata de alizar su uniforme.

—¡Eso era innecesario! —se queja Katy —¡Fue un accidente! No es como si quisiera tenerte sobre mí.

Río levemente por verlas de ese modo, pero me pongo seria cuando veo a Sofía enmarcar una ceja y de inmediato aclaro mi garganta.

—Katy, opciones —le digo y ella se pone de pie rápidamente, toma los lentes de Pamela y se los coloca mientras con un cuaderno finge leer.

Por supuesto la segunda se le quiere subir encima de nuevo, pero Sofía la detiene.

—Por un lado tenemos una ebria desvergonzada que debe afrontar las consecuencias y por el otro, no es por presumir, pero...no, realmente no es algo para presumir, pero hay una caja.

—¡Katy!

Alzo una ceja.

—¿Hay una caja?

Se sube los lentes y asiente.

—Dame un día y la tengo lista.

—¡No vamos a usar una caja! —grita Pamela y niega —Sofía, dile que cuenta con nosotros para ayudarla, pero no enterraré a una amiga.

Te enamoraré (EDITADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora