Típico choque
Cogí aire y lo solté antes de entrar en las instalaciones de la universidad. Esto era maravilloso, por todos lados que viera, era muy hermoso.
Todo. ¡Absolutamente todo! Incluso el suelo parecía brillar, o tal vez eran mis ojos los que al tener corazones en ellos se cegaban y veían todo con luz.
Bueno ¡no importa!
Camine despacio tratando de repasar mi presentación y todo lo que diría. Tenía que medir cada una de mis palabras, todavía era muy pronto para revelar lo de mi padre. Murmure varias veces en el camino mi nombre, una y otra vez.
Sonreí divertida.
Como si este se me fuera a olvidar.
Pero luego me puse más seria. No podía arruinarlo, no aquí. No cuando tengo un sueño que cumplir.
Así que asentí dispuesta a no meter el pie. Algo que era muy digno de mí, pero para mí desgracia. Fallé.
Solo baje la mirada un segundo ¡Solo uno! Y al siguiente me estaba estampando contra un muro y cayendo al suelo. Y no, su apodo no es solo por su altura. El pecho del chico era fuerte y por un momento me sentí tonteada por el impacto. Y mierda, sí que me dolió.
Otra de las razones es por la frialdad con la que me miro y...la dureza con la que me hablo. Cualquier persona normal te preguntaría ¿Estás bien? ¿Te ayudo?
¡Pero no!
Aquel chico no solo me miro mal mientras yo solo soltaba en el suelo quejidos mientras me frotaba la zona de mi frente, sino que también hizo una mueca y no me ayudo a pararme.
-¿Estás ciega?-preguntó molesto.
-¿Disculpa?-le pregunte mientras me paraba-¿Qué dijiste?
-Oh, genial. Además de ciega, resulta que también eres sorda.
Fruncí el ceño ¿Qué diablos? ¿Y esté chico quién se cree que es?
-No estoy ciega-gruñí-y muchos menos sorda.
-Entonces utiliza bien tus ojos y fíjate por donde andas.
Abrí la boca para mandarle al demonio pero él se dio la vuelta y empezó a caminar, dejándome con la palabra en la boca. Apreté las manos en puños furiosa.
-Maleducado-murmure volviendo a caminar.
Solo le había chocado por accidente, no tenía por qué haberme tratado de esa manera. Así que como consecuencia lo pase maldiciendo hasta que llegue a la inspección por mi inscripción.
-¿Quién se cree que es? ¿El dueño del pasillo? Oh, mírenme soy el muro andante y quién se choque contra mi le aplastaré con mi mirada. ¡Ash! Maleducado, descortés. Sí, amigo, sé que soy torpe pero ¿ciega?-lo pienso-A veces, ¿sorda?-hago una mueca-algo pero...agh, ese no es el punto. Tú no debiste tratarme así. Odioso.
Lo último lo masculle en voz baja y tome un respiro profundo antes de golpear la puerta para calmarme. Cuando recibí el pase, entré y ahí me recibió una mujer amable, muy al contrario de aquel chico que había sido muy desagradable.
-Espéreme unos segundos aquí, iré a informarle sobre su llegada señorita Martins.
Asentí feliz.
Siendo sincera no espere verle otra vez al "muro andante odioso". Es decir, la universidad era grande. El chico podría estar en cualquier curso o año. Tal vez ya haberlo terminarlo. Incluso podría ser solo un familiar de algún alumno que venía de visita o algo, pero para mí desgracia, tengo siempre una compañera.
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Te enamoraré (EDITADO)
Teen FictionUna pregunta: ¿Qué es lo más loco que harías por amor? A Abigail Martins siempre le ha gustado Alan Cooper y cansada de fingir que no pasaba nada, decidió ir a una fiesta donde él estaría. No contó con que en medio de esta perdería el filtro por un...