Te enamoraré (EDITADO)

Capítulo 76 "Sin mirar atrás"

Sin mirar atrás

Soy cobarde, no hay duda.

Siempre que algo se pone feo trato de cerrarme para no salir herida. Para no hundirme con ellos. Lo hice con mi padre. Fingí no llorar cuando lo hice en los brazos de Cooper, fingí ser fuerte cuando tenía sueño y ayudaba a mi madre en el trabajo.

Preferí no oírlo cuando sabía que lo que me dijera me haría quedarme.

Soy cobarde porque estoy caminando en el pasillo sin nadie. Todos se han ido y nadie sabe que me iré.

Así que ¿soy cobarde?

Sí, lo soy.

Pero sobre todo, soy débil. Y no quiero verme débil frente a los que amo. No quiero llevarlos conmigo en la tristeza. Tampoco quiero enfrentarme a mis amigos, a Verónica.

A Cooper.

No quiero llorar al verlo. No quiero odiarlo, no quiero odiarme.

Porque estos meses es lo único que poco a poco he hecho. Cuando alguien te rompe el corazón, también hay más efectos secundarios. Más personas salen afectadas.

Ya había pasado varias semanas desde aquella discusión. Ante todos terminamos por que empezó a salir con ella. La besaba en la cafetería, la acorralaba en los casilleros y se rumoreaba que se acostaba con ella.

Todos la veían mal, le llamaban la zorra y entrometida. Mientras que él era el infiel y yo la cornuda.

Pero yo sabía la verdad, ella estuvo mucho antes que yo.

Así que los papeles de ella y míos estaban invertidos.

Aun así era doloroso verlo actuar de esa manera, así que en los primeros días cuando veía algo así, salía del lugar.

Con los días se volvió natural sentir esa punzada en el corazón pero actuaba como si no doliera. Como si no quemara cuando lo veía besándose con ella.

Me sentía tan sucia cada vez que recordaba que yo hice eso con él. Que le di cosas que a ninguno le di. Por lo menos no le di lo que las demás y ella hicieron.

Aunque fue porque él no quiso y no porque me opuse.

Pero si le di mi corazón y eso para mí era más importante. Por qué dicen que dolía perderla pero estoy segura de que dolería menos que un corazón roto.

Seguro duele menos que verlo besando a otra.

Ahora me encontraba como pocos estudiantes vaciando mi casillero. Ya era tarde y por esa razón ya casi nadie estaba aquí. Sin darme cuenta me quedo sola. Estaba concentrada en coger cada papel de mi cancel y leerlo. No sabía si eran notas, mensajes o planes.

Abro mi mochila guardando algunos papeles que eran conversaciones entre Sofía y yo. Luego cuando estaba casi vacío veo la caja. Hago una mueca y siento que mis ojos se llenan de lágrimas. La cojo con delicadeza dejando de golpe la mochila en el suelo.

¿La abría? ¿Serviría de algo hacerlo?

Me encojo de hombros.

Ya da igual

La abro.

Las notas aparecen. Las cartas para él. Las ultimas notas que no le envié porque ya todo se había vuelto extraño. Abro una y decido empezar a leerla

¡Hola, hola!

¿Sigues gruñón por el traje? No te preocupes, seguro luces bien.