Demonio de Pandora (#1 Saga Devoción Inmortal) EDITANDO

2- No sé como empezar...

『•◈ ────※{✧嵐✧}※──── ◈•』

Todo está oscuro.

Sus pasos son sigilosos, presta atención a cada sonido frágil en su entorno. El viento agitándose contra las ramas quebradizas, las hojas secas cayendo con lentitud en el suelo y un suspiro junto al corazón agitado ensordeciendo sus oídos. Sostiene su arma con fuerza, gira la cabeza hacia la izquierda pero el ruido de una ramita crujiendo la hace girar hacia su derecha.

Entre las ramas del más grande árbol un par de ojos la miran con detenimiento. El esmeralda brilla con furor, listo para abalanzársele encima a esa chica. Una daga afilada brilla al ser sostenida con fuerza.

Ocurre un silencio prolongado y entonces...

Aquel chico se abalanza sobre ella. Ella gira de inmediato, sujeta su lanza y comienzan a pelear. El chico intenta dar con su daga en los costados de ella, pero ella bloquea con sus brazos los ataques y en movimientos rápidos gira para darle en la espalda. Sin embargo, el chico la evade al inclinarse hacia atrás, ve como el brillo de la lanza corta unos cuantos de sus cabellos, siente el viento dar en sus mejillas. Ella es muy rápida, muy ágil en cuanto al manejo de armas. Pero él lanza una patada por el suelo y ella da un salto inmenso, evitándolo.

El chico se las ingenia para tirarle su lanza, es así como ella actúa por inercia y hace lo mismo. El combate cuerpo a cuerpo comienza, patadas, puñetazos y ataques defensivos que ambos evaden con inteligencia.

El chico ríe, la adrenalina recorre su cuerpo entero al saber que su contrincante es realmente hábil. Pues pese a que ella tiene una venda oscura cubriendo su vista, sabe cómo y dónde atacar. Interpreta cada sonido y actúa inmediatamente. Él decide que es suficiente, mira un punto débil que es su cuello y entonces, corre con rapidez hacia ella con la mano estirada, listo para lastimarla.

Sin embargo, se detiene a milímetros, justo cuando las puntas de sus dedos sienten el calor de su cuello. Ella traga saliva con dificultad, inmóvil.

—Perdiste... —dice él con una sonrisa burlona. — otra vez

—¡Eso no es justo! —bufa y se quita la venda

Frunce el entrecejo y hace un puchero. Él se echa a reír y retrocede.

—Lo siento Amy, pero si esta fuera una situación real... ahora mismo tu cabeza estaría desprendida, procura no perderla, ¿me entiendes?

—¡Henry!

Henry estalla en carcajadas, Amy le da golpes en su pecho y le mira malhumorada. Las facciones delicadas de Henry resaltan al igual que sus ojos almendrados esmeraldas. Su perfil es suave y delicado como un jade precioso, y su sonrisa es como perlas perfectas, esbozándose en una curva tierna y pura.

—¡No es justo! Tienes que reconocer que he mejorado, ¡Mucho! Además, ¡No lo entiendo! Siempre que voy adelante, tú ya llevas un paso frente a mí..., he practicado día y noche, ¡Tu duermes todo el tiempo!

—Amy, Amy, Amy... —niega con la cabeza. —¿cuándo entenderás que mi perfección no puede ser superada?

Ella rueda los ojos como canicas y da media vuelta, en busca de su lanza.

—Espera Amy, no te enojes... —dice al limpiarse las lágrimas de sus ojos y vuelve a sonreír. —¡Vamos Ames! Sabes que te quiero demasiado, ¡Por favor!

—¡Eres un engreído! Aléjate, sé que puedo ser mejor que tú

—¡Amy!

Se apresura hacia ella, tratando de consolarla pero ella lo evade. Henry la toma con fuerza por detrás, abrazándola con ternura.