20- Y jamás podía comprenderte...

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『•◈ ────※{✧嵐✧}※──── ◈•』

Dante caminaba no muy lejos de donde tenía permitido, en esta ocasión pudo avanzar más de lo que lo hizo la primera vez. Quizá se debía a que, en esta ocasión él no pretendía huir de Amy. Se detuvo en un parque y se sentó en la banca más retirada del resto, inspiró el aroma fresco de aquella noche tranquila y suspiró frágilmente al contemplar los rayos de la luna resplandeciente.

Eran hermosos y radiantes, fuera del bosque todo parecía encantador, incluso nuevo. Jamás había visto una luna tan llena de vida como aquella, en toda su existencia jamás había presenciado la belleza de la vida.

—Creo que ahora los comprendo... —musitó para sí mismo. —no querrían volver al bosque con un paisaje como este... —comenzó a reír con melancolía. — a decir verdad... yo tampoco lo haría

El vaivén del viento agitó los árboles de un lado a otro como una suave melodía. Por un momento, sintió como si la presencia de quien más había querido en toda su vida, estaba junto a él. Extrañaba las charlas largas, las caricias del único ser al que le había abierto su corazón totalmente.

—Cuanto daría por volverte a ver... Elpis...

Se dejó caer sobre el respaldo de la banca, efímeramente el rostro de Amy atravesó sus pensamientos. Era extraño, demasiado, pues recordó la manera en la que él se había encimado sobre ella y por primera vez no deseaba hacerle nada a una chica. Normalmente, cuando él aparecía mostraba su lado más seductor y encantador, haciendo que cualquiera cayera a sus pies. Sin embargo, la primera vez que conoció a Amy no buscó simpatizarle, no lo hizo en ese momento y no pretendía hacerlo ahora.

Estaba conociéndola al mostrar su verdadera cara, un demonio temeroso de todo lo que lo rodeaba y, patéticamente sensible. Incluso se había comportado grosero y se llevaba pesado con ella...

—A pesar de todo... tú...

Recordó la noche en la que se soltó a llorar plenamente, Amy podría haberlo dejado solo, podría haberse apartado o incluso podría haberse burlado de lo débil que era, pero no fue así. Simplemente, ella lo había acurrucado entre sus brazos y lo había abrigado de un entorno melancólico. De su propia miseria, de su propio dolor.

Los dedos de Amy en la piel desnuda de él eran diferentes, no era como en las noches de pasiones que comúnmente tenía. Había sido suave su tacto, incluso cálido y reconfortante. A pesar de que aquella noche lloró con mucho pesar, pudo escuchar el latido del corazón de Amy. Era exactamente igual al del vaivén del viento que sacudía los árboles. Era tranquilo, relajante... y hermoso. Sentía que por primera vez alguien estaba escuchándolo y él también hacía lo mismo, a través de su corazón, a través del tacto sin fines de pecado... a través de una mirada dulce y profunda.

—Estás cuidándome...

—Y vaya que lo hago

La voz gruesa detrás de él lo sobresaltó de inmediato. Se puso de pie y miró aquella silueta enorme, la neblina bajo los pies de ésta se transformó en una capa, dando la figura de un hombre que definitivamente reconocía.

—Mefistófeles...

—¿Y bien? Mi querido Dante..., ¿Cómo ha ido todo? —formó una sonrisa de oreja a oreja, mostrando una dentadura perfecta y afilada junto a sus ojos sombríos. —¿Qué ocurre? Parecías muy tranquilo mirando el cielo..., ¿No es hermoso?

Pero él no contestó. Simplemente lo miró a los ojos en total silencio.

—Escuché que hablabas de Elpis... era hermosa, ¿no es cierto? —comenzó a reír, alzando la ceja. —¿Qué sucede Dante? ¿Por qué esa cara tan larga? Creí que sería bonito hablar de alguien tan encantadora como ella

Demonio de Pandora (#1 Saga Devoción Inmortal) EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora