53- Un recuerdo, la vida se ha ido, el corazón se ha ido

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『•◈ ────※{✧嵐✧}※──── ◈•』

—Asmodai... detente

Amy miró horrorizada la boca de la bestia frente a él, emanaba un brillo azul. Asmodai retrocedió ante las palabras de su amo y lo miró. Aquel joven de apariencia atractiva se puso de pie, las cadenas causaron un eco melancólico por todo el abismo. Amy miró como en su mano izquierda había un tercer ojo color sangre, las prendas largas y oscuras se arrastraban por el suelo. Dando el toque de grandeza.

Cuando salió finalmente de la oscuridad pudo apreciar por completo su rostro, las pupilas de Amy se dilataron, pues en su cuenca vacía derecha tenía una flama azul y también una grieta inmensa que llegaba poco antes de su mentón. Aquel chico la miraba con desprecio a medida que avanzaba. Por muchos años él no se había parado de su trono. Al hacerlo es porque tenía una razón muy grande.

Había cientos de huesos bajo sus pies, no solo de humanos sino también de demonios, incluso las cenizas se dispersaban cuando él daba un paso.

—Eres tú... —replicó él con una sonrisa maliciosa

Amy no supo que responder, se limitó a observarlo con miedo.

—Tu hedor ha llegado a mí desde que pisaste mi territorio... ¡Eres tú! —dijo con locura, ensanchando su sonrisa de oreja a oreja

Si por algo era bien conocido es porque se entregaba a la locura.

—¡TÚ! ¡TÚ! ¡MALDITA PERRA! ¡ERES TÚ! ¡JA, JA, JA!

En cuanto estuvo frente a ella, la sostuvo del cuello y la alzó por los cielos, mirándola con más desprecio que antes.

—¡Mis números marcados con sangre están inscritos en tu piel! ¿¡Cómo has permitido que alguien los recite por ti!?

La arrojó sin piedad contra una pared. Amy respiró con dificultad, sus costillas se habían golpeado fuertemente. Las uñas de Amaimon se habían incrustado en su cuello con lentitud, dejándole amplias marcas de sangre.

—Has condenado... lo has condenado por el hecho de amarte...

—P-príncipe Amaimon

Él dio un fuerte golpe contra su vientre, recordándole su autoridad en todo momento. Amy escupió sangre, intentó quitarse el pie de encima, pero le resultaba imposible por la poca fuerza que poseía.

—Nunca hay finales felices... jamás los ha habido y jamás los habrá... pobre de ustedes que se hundirán en lamento

Volvió a pisotearla. Amy exclamó hasta desgarrarse la garganta, realmente Amaimon no tenía un toque de cordura, ni de eso ni de compasión. Estaba por golpear nuevamente su estómago cuando Amy extendió su mano hacia su pequeño bolso y sacó la daga que tenía. Apuñaló su tobillo, provocando un grito ahogado en Amaimon. Una vez que él se quitó, ella se puso de pie rápidamente y con algo de turbulencia, después caminó hacia él y le dio directamente en el corazón. Amaimon se encorvó, sintiendo el frío de esa daga en su pecho.

—Insolente... —replicó furiosa, jadeando por el dolor. —no me importa la autoridad que tengas, no eres nadie... y no vine aquí solo para morir a manos de un bastardo como tú... ¡Púdrete en el infierno!

"Atacar a un demonio en el corazón era la forma más efectiva de asesinarlo. Destruirlo por completo y erradicar un mal tan tirano como él..., ¿cierto?"

Amaimon soltó un jadeo que pronto se transformó en una risa llena de ironía. No podía ocultar la manera en la que sus comisuras se alzaban formando una sonrisa burlona.

Demonio de Pandora (#1 Saga Devoción Inmortal) EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora