63- Llamaré a tu nombre desde el corazón

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Aquella noche, cada uno de los príncipes se comandó hacia la villa del norte. Se consideraba la última en pie porque desde hacía tiempo, tanto del Este como del Oeste, no se había escuchado noticia alguna contra los demonios.

Abaddon comandó a sus legiones para romper por la fuerza a todos los sellos que se encontraban protegiendo el templo sagrado de Loto. Leviatán viajó por los lagos junto a sus legiones, destrozando y generando grandes tsunamis contra las villas más pequeñas, los cánticos de alabanza eran destrozados por Bélfelgor, ya que desparramó pestes contra los maestros espirituales que poseían túnicas doradas y blancas.

Todos querían proteger la caja de aquellas criaturas sádicas.

A decir verdad, los demonios de Pandora ya se encontraban fuera de la caja desde hacía muchísimo tiempo atrás, no habían generado ningún caos, pero Silcharde ciertamente buscó un cuerpo que poseer y ese fue el de Mefistófeles. Podría decirse que de no ser por Silcharde, Mefistófeles jamás habría actuado así, sin embargo, incluso sin otro demonio dentro de sí, habría hecho lo mismo.

Amy titubeó y miró hacia arriba, sus ojos expresaban una gran duda..., ¿Quién había abierto la caja?

La caja fue abierta por orden de Mefistófeles, no solo es un ángel de la muerte, sino que también goza de tentar a las personas. El alma es el precio a cambio de un favor. Claro ejemplo fue el de Fausto y él, le ofreció riqueza, fama y sabiduría, en cuanto aceptó, se aseguró de la adquisición de su alma una vez cumplido el plazo. Era claro que él no era merecedor del "sagrado corazón de Lucifer" sin embargo, podría hacer caer en tentación a Pandora para obtener a Silcharde.

Todo el mundo conocía la historia de la caja, pero él estaba deseoso de probar más y más para llegar al poder. Si Silcharde lo poseía, podría volverse más fuerte y someter a quien quisiera. Después de todo, Silcharde es el demonio del dominio, concede al que le evoca un poder dominador sobre los demás hombres; influye en el alma de los poderosos para conseguir de ellos toda suerte de beneficios, empleos y prebendas.

Ante la mirada de angustia de Amy, la señora Muerte soltó un vago suspiro. De nuevo era como brisa traspasando los poros de su piel.

En la villa del norte estaba un templo de suma importancia. Ese santuario había sido llamado, el templo de Pandora. Ya que la mujer que ayudó a A-Xian en su regreso recibía ese nombre. Ciertamente, Lotus y ella no compartían lazos de sangre, pero la había llamado hermana debido a la amistad que ambos habían tenido en su pasado. Pandora tenía el don de la curiosidad, era claro que siempre había querido abrir esa caja y, para Mefistófeles, el hecho de que ella obtuviera tal don, era más que suficiente.

Sin entender lo que sucedía, el caos y la búsqueda insaciable por destruir aquel santuario, los demonios de Pandora regresaron al templo, tenían como promesa a Elpis proteger la caja sin importar nada. Frimost, el príncipe de Pandora, estaba dispuesto a defender el templo y hacer que sus compañeros retrocedieran junto con la caja.

También estaba muy dispuesto a enfrentar al gran Abaddon, después de todo, ambos eran príncipes de la destrucción.

—Amy...

Ella miró hacia arriba.

—La verdad, a veces puede ser difícil... pero es lo que nos hace justos y de gran valor...

Parecía extrañada ante tal comentario.

—Dijiste que querías respuestas y eso significa también, afrontar la verdad sin importar qué...

Demonio de Pandora (#1 Saga Devoción Inmortal) EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora