Capítulo I.V: Deseo.

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ADVERTENCIA
Este capítulo contiene material R-15. Si bien no es completamente explícito, puede ser incomodo para cierto público. No es necesario leer este capítulo para seguir la cronología de los demás.

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El vampiro comenzó a besar mi cuello con un hambre impresionante, su respiración agitada provocando que un escalofrío recorriera mi cuerpo. Mientras tanto, yo seguía con mi lucha de no hacer demasiado ruido. Por más que lo había retado, sabía que no me convenía que lograra su cometido. Las paredes no eran precisamente muy gruesas, sin olvidar mencionar que estábamos dentro de un templo. ¿Qué podría quedar de mi orgullo si todo el lugar me escuchaba exclamar?

Seguí acariciando su abdomen, toda esta escena recordándome a las veces que nos probábamos mutuamente, viendo quién podía resistir más las ganas del otro. Siempre había comenzado con tenues caricias, las ganas de algo más siendo tan tangibles que casi podían verse. Las ganas de cruzar esa línea tan tenue que habíamos dibujado entre nosotros. ¿Miedo? ¿Orgullo? ¿O un simple juego que nos habíamos obligado a jugar?

Desde el primer día que nos conocíamos, existía ese sentimiento que consumía poco a poco mi ser, hasta explotar en este momento.

Deseo.

Un deseo tan intenso que me hacía luchar contra mi conciencia. Esa clase de deseo que parecía algo completamente irracional y cegado por un instinto carnal.

Jalé a Nevra de la camisa, acercándolo lo más que pude hacia mí. Una risa escapó de sus labios, esa leve vibración que había provocado en mi cuello siendo más que suficiente para tener que recurrir a enterrar mis uñas en su abdomen, mi intento desesperado de no delatar nuestra actividad actual quedando marcado en su piel. Parecía disfrutarlo; no, lo disfrutaba. Estaba segura de que mi frustración por silenciar mi voz comenzaba a alimentar su libido.

Me irritaba de una manera enorme, pero el hecho de que me estaba besando el cuello de una manera tan deliciosa me hacía callar mi enojo.

Sus manos comenzaron a bajar lentamente por mi espalda, deteniéndose en el surco, muy cerca de mis glúteos. Se separó de mi cuello por un instante, apretando con una fuerza tan deliciosa como casi ilegal ese lugar de mi cuerpo tras una nalgada que disfruté más de lo que creí. La fricción accidental entre nuestros cuerpos que su acción había provocado comenzaba a frustrarme cada vez más. Bufé en silencioso ante su manera de molestarme, pero dos podían jugar el mismo juego.

Colé mis brazos sobre sus hombros, atrayéndolo más hacia mí. Acerqué mis labios hacia los suyos, simplemente rozándolos, retrocediendo cada vez que él quería besarme, incluso llegando al punto de voltear al lado contrario. Ahora fue él quien soltó un bufido, acto seguido tomando mi mentón para besarme bruscamente. El calor que emanaban sus labios contrastaba con la temperatura fría de su cuerpo, que irónicamente podía sentir ardiendo en este momento.

Nuestros besos comenzaron a ser cada vez más intensos; deseosos. Nevra bajó sus manos hacia mis muslos, levantándome poco después, justo como aquella vez que había entrado a su habitación para distraerlo.

Maldita sea, pero como había deseado esto desde ese día.

La cercanía entre nosotros era más que suficiente como para sentir la creciente excitación del vampiro, y no pude evitar sonreír orgullosa. Colé ambas manos debajo de su camisa para quitársela de una buena vez, pero me detuvo. Me separé del beso, completamente confundida con sus acciones. A pesar de la oscuridad de la habitación, su sonrisa llena de malicia era más que visible.


—Tss, soy un hombre difícil, Ae.— murmuró contra mi oreja, dándole leves mordiscos poco después. Estaba jugando conmigo de una manera cruel. —Si sigues así de calladita, no habrá Nevra para ti.— comenzó a subir aún más sus manos.

Re;Growth [Eldarya] (Re;Birth #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora