Capítulo II: Identidad.

1K 71 22
                                    

Los rayos del sol atravesaban la cortina de una manera tan molesta que había tenido que despertarme. Abrí los ojos poco a poco, un bostezo escapando de mis labios. Sentía las piernas molidas, me dolía la cadera como si hubiera corrido un maratón y no tenía ganas de levantarme de la cama para nada. A pesar de que estaba segura de que había dormido bastantes horas, no me había dormido precisamente temprano por culpa de alguien que estaba acostado a mi lado.

Habíamos terminado justo cuando comenzaba a amanecer, cosa que en su momento no me creí hasta sentir el dolor en la parte inferior de mi cuerpo. ¿Pero en qué estaba pensando al acceder a no dormir?

Me estiré lo más que pude, bostezando de nuevo. Mi sensor de sonrisas idiotas comenzó a vibrar de repente, y por más que me quise negar a voltear hacia su dirección, lo hice. Como lo supuse, me estaba observando con esa sonrisa que aborrecía tanto, pero a la vez amaba, su orgullo siendo incluso más potente que la luz que comenzaba a iluminar la habitación. Me hice la inocente, aguantando mis ganas de poner los ojos en blanco.


—Buenos días, Aerye~.— por más que sus palabras parecían inocentes, había un significado muy oscuro detrás que me hacía enojar aún más.

—¿A qué se debe tu sonrisa tan molesta a estas horas del día, Nev?— lo dije con una sonrisa, contrastando con la dureza de mis palabras. El vampiro simplemente rió, encogiéndose de hombros.

—Sólo estaba acordándome de algo que sucedió por ahí de julio... ¿no lo recuerdas? Del día que nos conocimos.— al hacer memoria, sabía perfectamente a lo que se refería, pero me negué a darle la razón.

—¿Qué cosa? ¿Qué me pusiste a correr como loca por todo el cuartel?— la situación parecía divertirle, su brazo abrazando mi cintura y acercándome a él.

—Vamos, Ae~ no es tan difícil.— puse mis manos contra su pecho, haciendo lo posible por separarme de él, pero sólo me apretaba aún más contra su cuerpo. —¿Puedes recordarme lo que habías dicho después? Como que no me acuerdo muy bien.—

—Vaya, qué coincidencia... tampoco me acuerdo.— mentí, mis mejillas sonrojándose poco después.

—Ah, espera. ¡Acabo de acordarme!— exclamó con falsa felicidad. —Ni loca me acostaría contigo.— imitó mis palabras con una voz más chillona que la suya. —No está bien mentir, amor. Esas cosas son pecado, ¿no sabías?— bufé al escucharlo, su diversión provocada por mi molestia engrandeciéndose al ver mi cara.

—E-Es tu culpa.— mi voz se entrecortó contra mi voluntad. —Tú me besaste primero.— rió al escucharme, besando mi frente.

—¿Cómo no lo iba a hacer si te veías tan linda declarando tu amor mientras estabas enojada? Si amo verte enojada, ahora escuchándote pronunciar eso... tus tácticas para detenerme son bastante curiosas, Aerye.— puse los ojos en blanco, pero dejé de poner resistencia.


Nos quedamos abrazados por un largo rato, su mano acariciando mi cabello con una lentitud tan tranquilizadora que poco a poco sentía que me quedaba dormida de nuevo. Saber que podía hacer esto sin preocuparme porque se enterara de mis sentimientos era algo tan relajante que, por una vez en mi vida, sentía que mi mal hábito de dejarme llevar por mis impulsos no había provocado algo malo. Por fin me sentía libre de demostrar mi afecto, y aunque sabía que me tomaría un poco acostumbrarme, me sentía feliz.

Aun así...

¿En serio podía estar segura de que ya éramos algo oficial? Me daba muchísima pena preguntarle, pero la curiosidad me comía viva. Sí, me había dicho amor, pero nada me aseguraba que lo decía en sentido de pareja. Realmente no sabía qué hacer, pero decidí dejar eso de lado por el momento. No era tiempo de preocuparme por eso, y si no se estaba portando como el patán que solía ser, eso significaba que sí era posible que lo de anoche había significado algo.

Re;Growth [Eldarya] (Re;Birth #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora