Capítulo I: Punto de Quiebre.

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La cena estaba a nada de comenzar, por lo que tenía que ir sí o sí. Por más que quisiera dejarme llevar por mis emociones en este momento, algo en mí me lo impedía. Sabía que todo esto apenas había comenzado, y tenía que aprovechar la calma mientras durara. Comencé a sacar mis cosas de la mochila, acomodando todo en poco tiempo. No había traído mucha ropa, por lo que tenía que hacer lo posible por ahorrar. Pensé en salir para comprar un cambio extra en el pequeño mercadito que estaba al pie de las montañas, pero sinceramente no tenía ganas de nada.

Salí de mi habitación, aprovechando para hablar con quiénes habían podido ser rescatados. Twylda se había encargado de cuidar tanto a su hijo como a Laert, el cual parecía estar triste por el hecho de que su madre no estuviera ahí. Valarian y Cameria habían optado por despejar su mente entrenando, y aunque pensé en unirme, realmente no tenía ganas de hacerlo. Jess y Ayden se habían dedicado a calmar a Karenn, ya que parecía haber tenido dos ataques de pánico en estas pocas horas.

A pesar de toda la situación, todo parecía estar extrañamente tranquilo en Eldarya. Según la información que había logrado sacarles a los guardias de la sala donde estaban el vampiro y la castaña desde hace rato, ninguno de los dos tenía ni idea de lo que había sucedido, pero que Nevra parecía haber visto destellos morados salir del cuartel, por lo que había huido de ahí sin pensarlo dos veces. Se había enterado más o menos de la situación gracias a Twylda, pero nada más.

Tras un rato de caminar sin un rumbo fijo por todo el templo, una joven fenghuang me detuvo, ofreciéndome un atuendo para usar en mi estadía, al igual que un baño caliente. Por más que quería negarme, sabía que ese baño me hacía falta de una manera enorme.

Con toda la calma del mundo, me dejé sumergir en el agua casi hirviendo. Nunca había sido fan de los baños calientes, pero en este momento lo necesitaba. Sentí como la tensión en mis músculos se desvanecía poco a poco, la transparencia del agua permitiéndome ver mi cuerpo. Comencé a compararlo con mi yo antes de llegar a Eldarya; ahora tenía los músculos más marcados, pero también bastantes raspones y heridas cicatrizadas en mi cuerpo, producto de mis entrenamientos constantes.

¿Quién pensaría que en menos de un año tantas cosas me habían sucedido?

Tras terminar de bañarme, me sequé rápidamente, colocándome la ropa que los fenghuangs me habían ofrecido. El atuendo consistía en algo parecido a un kimono, el cual era más bien usado como abrigo del conjunto. Una blusa y un short negro eran también parte de este, junto con unas sandalias mucho más cómodas de lo que se veían. Salí de los baños, justo al mismo tiempo de que la junta de Nevra y Huang Hua parecía haber terminado.

Una vez que verifiqué que ya no interrumpía ningún tipo de plática secreta, me acerqué al vampiro. Parecía estar cansado, pero preferí no comentarle nada al respecto. Me saludó con una sonrisa débil, y le correspondí.


—Por más que quisiera hablar contigo de otra cosa, te tengo la mala noticia de que necesito interrogarte sobre unas cosas que desconocemos.— extendió su mano hacia mí. —Te prometo escoltarte hasta tu habitación.— me guiñó el ojo, provocando que pusiera los ojos en blanco. Incluso si podía ser el fin de este mundo, siempre haría lo posible por hacerme la difícil con él.

—Es lo mínimo que puedes hacer.— tomé su mano, notando al instante la frialdad inusual que emanaba, incluso para él.


Comenzamos a caminar hacia los jardines, la luz de la luna siendo la única guía que realmente teníamos. Aun así, por alguna razón me sentía segura. Era como si este lugar tuviera algún tipo de protección contra los sentimientos negativos o algo, no lo sabía.

Re;Growth [Eldarya] (Re;Birth #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora