Epílogo.

570 55 18
                                    

—Hay tantas cosas que debo decirte, Aerye.—


A pesar de que su llanto ya se había calmado, no pude evitar ver lo que tenía frente a mí; su ojo estaba un poco hinchado, su nariz igual y estaba roja. Sus mejillas también tenían ese leve rubor, resultado de limpiarse las lágrimas para poder hablar bien de una buena vez. Era un escenario un tanto extraño para las personas que no conocieran bien a Nevra; muchos estaban acostumbrados al Nevra de siempre, no al sensible. Era una faceta de él que me gustaba mucho, pues saber que tenía su confianza para verlo en ese estado tan vulnerable me hacía sentir bien.

Por más que quisiera besarlo, sabía que no podía hacerlo. Llevábamos dos meses sin vernos, por lo que muchas cosas podrían haber sucedido. En el fondo, me estaba muriendo de miedo. ¿Y si parte de su estrategia para no ser descubierto era fingir que seguía siendo un mujeriego? ¿Y si se había terminado enamorando de alguien? Sabía las posibles consecuencias de mis acciones, y, según yo, estaba lista para afrontarlas, pero sabía que no era cierto.

Era algo que me había planteado muchas veces mientras estaba con Lance y Leiftan. Yo no era una santa en toda esta situación; prácticamente le había puesto el cuerno con Lance. Sí, nos habíamos besado para evitar que los fenghuangs nos atraparan, pero cuando estábamos en mi cama, fue completamente intencional. Apenas rozaron nuestros labios, sí, pero lo habíamos hecho porque queríamos. Aparte, no podía olvidar el hecho de que le había mentido durante meses y prácticamente estaba planeando un golpe de estado a espaldas de él.

Realmente no tenía cara para exigirle que siguiera a mi lado, pero... yo lo quería a mi lado. Aparte, nos habíamos dado un tiempo, por lo que puede ser que ese tiempo entre nosotros dos siga durante mucho más o que termine hoy, todo puede pasar.


—Supongo que Miiko no te puso al tanto de mi situación. Verás, tras lo sucedido en el juicio, Valkyon y Ezarel querían ahorcarme, diciéndome que no podían creer que mis niveles de mujeriego y patán llegaran a ese nivel. Si te soy sincero, me costó bastante decir tal mentira, al punto que creí que me iba a reventar el corazón del dolor.— recordé por un momento las palabras que Nevra dijo de mí en el juicio. Por más que fuera una actuación, recordarlas me provocaba el mismo dolor de esa vez.

—Parece que ambos hicimos un excelente trabajo como actores... ¿no?— alcé una ceja, pues el rumbo de la plática comenzaba a darme miedo.

—Sí...— bajó la cabeza, apenado. —Como a todos se les borró la memoria, no tuve que sufrir con los reclamos de medio cuartel en mi contra. Aun así, sabía que sería muy sospechoso mostrar algún tipo de duelo o extrañarte, Aerye, y... eso implicaría regresar a mis viejos hábitos.— hice lo posible por mantener un rostro sereno ante su confesión, pero no podía.

—¿Y? ¿Te divertiste?— eran en estos momentos que odiaba tener un brazo vendado. ¡Necesitaba cruzar los malditos brazos!

—Ae...— me llamó, suplicante. Cada vez tenía más miedo de la verdad.

—Pues cuéntame, ¿no?— desvié la mirada, mordiendo mi labio mientras sentía que el nudo en mi garganta iba tomando más fuerza. —No es como que pueda reclamarte algo, ¿o sí? Somos amigos.— sabía que estaba siendo irracional, pues si él había hecho algo, era por el simple hecho de protegerme.

—Aerye, mírame.— me negué, pero él me forzó con toda la delicadeza posible a mirarlo a los ojos. —Si casi le rogué de rodillas a Miiko para me permitiera no olvidarte, fue por eso. Sabía que, si te olvidaba, te pondría el cuerno y no podía siquiera atreverme a hacerlo, porque me conozco. Si mis memorias de ti desaparecían, regresaría a ser el Nevra de antes. Mi infidelidad no se limitaría a coquetear o a besar, y tú lo sabes. Lamentablemente fuiste testigo de lo que yo era capaz de hacer.— tragué saliva, pues, aunque quería calmarme, no lo lograba.

Re;Growth [Eldarya] (Re;Birth #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora