Capítulo XIV: Consecuencias.

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A pesar de que no era precisamente hora de dormir, tenía que irme a descansar. Incluso si había otros pensamientos que invadían mi mente, o más bien, dos vampiros que parecían haber comenzado a pelear frente a mí. ¿Pero cómo es que Karenn se había enterado? Podía estar casi segura de que no había manera de que esa información llegara a sus oídos en ese corto periodo de tiempo. Si Nevra había mencionado algo sobre nosotros, sólo podría haber sido después de encontrar con ella cuando me estaba dirigiendo hacia la enfermería. Estaba actuando normal, muy preocupada, incluso.

También era muy poco probable que nos hubiera escuchado a Leiftan y a mí. Debido a que el lugar donde el daemon se está hospedando es algo así como una prisión aislada de nuestra dimensión, no era posible que alguien pudiera escuchar nuestra plática si no estaba dentro de ahí.

Me removí sobre mi cama, incómoda. Shaïtan dormía pacíficamente en el lado que mi novio solía ocupar estos últimos días, como si de esa manera le guardara el lugar y evitara que Laïa o yo lo contamináramos con nuestra sucia presencia. También podía haber una posibilidad de que la familiar de Nevra durmiendo a mi lado tuviera la culpa de este embrollo, ya que también existía la posibilidad de que Karenn la siguió hasta aquí.

Lo que más me preocupaba de todo esto era qué tanto sabía cómo para ponerse así. Por su reacción, dudaba mucho que sólo se había enterado de nuestra relación, o al menos, la que quedamos que diríamos que existe a la gente ajena a nuestro círculo muy cercano. Para todos, seríamos novios, mientras que para la gente de confianza éramos... casi esposos. Ese era un título que comenzaba a causarme malestar de repente.

¿Y si se había enterado justamente de eso? Sería la única explicación para que actuara de una manera tan repudiable hacia su hermano. Suspiré, masajeando mis sienes en un vano intento por disminuir la tensión que comenzaba a acumularse en mi cuerpo. ¿Por qué estaba tan nerviosa? Seguramente sólo era un leve y típico episodio de celos de hermana, nada por lo que me tenga que preocupar.

Sin poder dormir, terminé rindiéndome. No valía la pena forzarme a dormir, sobre todo por la hora que era. Sin más, me levanté de la cama, Shaïtan visiblemente molesta por el ruido que le hice al moverme de la cama. Opté por seguir con el pequeño proyecto secreto que tenía en mente desde hace no mucho tiempo: modificar el cargador de mi computadora de tal manera que pudiera usarlo en Eldarya.

Aún era un proyecto imposible, pues desconocía muchas cosas acerca de la energía como tal en este mundo. Los conectores eran muy diferentes, y nada me afirmaba que todo aquí se moviera por la electricidad. También estaba la gran posibilidad de que el voltaje fuera menor o mayor al de la Tierra, en caso de que usaran la electricidad. Me había robado unas cuantas cosas de las lámparas de la Guardia para analizar que tenían dentro, pero por más que intentaba deducirlo, era imposible.

Suspiré, dejando mi material sobre mi mesita de noche. Volví a guardar todo, sacando ahora mi libreta secreta. Saqué una pluma, leyendo a grandes rasgos todo lo que había escrito. Mi mentalidad había cambiado mucho en un año, al igual que mis objetivos.


—Saber más sobre los espers...— musité, escribiendo al mismo tiempo que hablaba. —Conocer la verdad sobre Eldarya, poder usar mi laptop...— aunque el segundo era un objetivo más bien secundario, era importante para mí. —...Y poder ver a mi padre.—


Por un momento, Lance se me vino a la mente gracias al pequeño dolor que sentía al mover la mano. ¿Había terminado con él? No. Necesitaba las respuestas a mis preguntas, y él las tenía. Ansiaba tanto por la verdad, que comenzaba a dudar sobre mi decisión de no irme con él. Sabía que era una forma demasiado imprudente de pensar, sobre todo porque casi podía ser catalogado como la persona más peligrosa de Eldarya. Había atentado contra mi vida y la de mis seres queridos en más de una ocasión, pero...

Re;Growth [Eldarya] (Re;Birth #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora