CAPITULO 16

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Aún con todo el mundo de pensamientos en mi cabeza del porque había invitado a Frank y su hija no una sino dos veces a salir sin ningún problema, la única respuesta que encontré fue porque no era nada sentimental hacia Frank sino más bien un cariño inmenso que se formaba en mi por la pequeña Megan quizá por eso todo me resultaba tan fácil con ellos y lograba que me sintiera tranquilo y muy agusto.

Cerca del hospital había una heladería los helados en ese lugar eran muy buenos así que decidí llevarlos ahi, al saber Frank que era cerca me pidió que caminaramos y así lo hicimos Megan no había soltado nuestras manos y en el transcurso comenzamos a jugar con ella balanceandola ella reía tanto y pedía mas cada vez que nos deteniamos, sus carcajadas y las de Frank me contagiaban ellos dos formaban una familia hermosa y al estar cerca de ellos me hacía considerar mis planes de quedarme solo, quizá sí deseaba formar una familia como la que ellos formaban tal vez debería considerar ver a Andy de una manera sentimental.

Al llegar a la heladería
Megan se soltó de nosotros corriendo hacia dónde estaba la chica que atendía ella le sonrió inclinándose hacia ella.

- Dime pequeña que vas a querer. -Megan se veía muy pensativa nosotros llegamos a su lado, Frank la levanto para que mirara los distintos sabores que habían.

- Quelo uno glandote Papi de fresa y cocholate. - Frank la miró negando.

- princesa recuerda que te están invitando así que uno pequeño ¿Si? - megan hizo una mirada tan adorable, creo que ahora entendía esa mirada de cachorro que había mencionado Frank antes.

- Déjala Frank que pida el que quiera.- hice el pedido y yo pedí el mío y convencí a Frank que pidiera el uno igual.

Frente a la heladería habían algunos juegos a los que déjalos ir a Megan mientras ambos nos sentamos en una banca frente a los juegos para no perderla de vista.

- Frank. - llame su atención, el volteó a verme. -¿Puedo preguntarte algo?

- Si claro.

- Se qué tal vez no debería preguntar esto pero la verdad me intriga saber ¿En qué trabajas?- me sentí mal de preguntarle cosas personales a Frank pero quería saber más cosas sobre ellos.

- Trabajo en los que puedo. - el soltó un gran suspiro como si lo que me fuera a decir le trajeras recuerdos duros. - cuando Megan nació yo aún no tenía la mayoría de edad, me encontré solo con una bebé recién nacida sin saber que mierdas hacer, en mi vida había cuidado un bebé nunca tuve hermanos no sabía cambiar un pañal, hacer un biberón, cambiarlo de ropa, bañarlo. - se encoge de hombros. - no sabía nada estaba demasiado triste por perder a Danna así se llamaba la madre de Megan así que estuve a punto de hacer una locura. - miraba atentamente a Frank mientras el no perdía la vista de Megan.- estuve a punto de dar en adopción a Megan. - abrí la boca impresionado nunca me hubiera imaginado que Frank pudiera hacer eso. -pero mi abuelo fue el que me regaño haciéndome reaccionar tenía que salir adelante, yo hasta esos momentos no había visto a Megan pero en cuanto la vi. - sonríe enormemente mirándola dando vueltas. - Me enamore de ella, se convirtió en mi vida entera, por ella vivo y respiro cada dia.

Sentí un escalofrío completo recorrer mi cuerpo ya antes pensaba que Frank era un gran padre, pero en estos momentos sentía aún más admiración por el.

- El día que la tuve por primera vez en mis brazos jure que intentaría ser el mejor padre para ella, no he Sido el mejor pero lo intento cada día, mi abuelo estuvo conmigo ayudándome a cuidarla y enseñándome un tiempo cuando Megan tenía un año y meses mi abuelo murió, pero no me dejó solo y me dejó a su vecina la señora Marie que es como su abuela un gran angel que me ayuda cuando tengo que trabajar la cuida muy bien y sobre todo la ama demasiado. - Frank voltea a mirarme sonriendo. - contestando tu pregunta trabajo en lo que puedo repartidor de pizzas, lavo autos, vendo rosas, aveces canto aunque no lo hago tan bien pero lo intento, también paseamos perros eso lo hago con Megan que tiene un amor desmedido por los animales, hago lo que sea para ganar dinero y a ella no le falte nada.

SEGUNDA OPORTUNIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora