CAPITULO 37

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Cómo las cosas cambian de un momento a otro es un misterio que nunca comprenderé, las semanas habían pasado de manera rápida, los meses parece que corrieron una maratón y estábamos a un mes de año nuevo, ahora en nuestra vida familiar habían nuevos miembros incluidos a los que amamos demasiado, mi princesa Megan, Marie y Frank.

Marie había sido dada de alta pero los cuidados que debía tener eran demasiados y estar al cuidado de mi princesa era imposible, quisimos llevarla a casa pero Marie se negó ella extrañaba su hogar y Frank no podía dejar de trabajar por cuidar a Marie y Megan; así que después de tantas platicas y opciones decidimos la mejor, Megan entraria a la guardería y mi madre la recogería cuando alguno de nosotros no pudiéramos, hasta Andy se había ofrecido en llevar y recoger a mi princesa aunque a ella no le agrado mucho, no cerramos esa opción y Marie sería cuidada por una enfermera que sería pagada por todos.

El problema surgió cuando Frank perdió uno de sus empleos, ese día me lleve un gran susto al verlo llegar a casa para recoger a Megan y al abrirle la puerta lo veo con la ropa llena de sangre y una mueca de dolor, mi madre al verlo entretiene a Megan para que no se asuste de ver a Frank en esas condiciones y yo lo llevo a mi habitación recargando su brazo sobre mi hombro y ayudándolo a subir las escaleras; en cuanto estuvimos en mi habitación lo dejo acostado sobre mi cama y voy a mi baño donde tengo algunas cosas para curarlo, tomo unas toallas limpias y humedesco una para limpiar la sangre de su rostro y ver si alguna de esas heridas sangran.

Limpio cuidadosamente su rostro se comienza a notar la inflamación en su pómulo tiene abierto el labio y una cortada en la ceja limpio con cuidado mientras el cierra sus ojos por el dolor o quizá molestia en sus heridas no sé a quejado mucho. Le pido que se siente mientras le quitó la playera ensangrentada y he visto muchas veces el cuerpo humano y no debería de impresionarme pero el mirar el torso de Frank con esos tatuajes adornando su pecho logran ponerme nervioso y ansioso porque me encantaría tocarlos, pasar la punta de mis dedos por ellos sintiendo los relieves que forman en su piel, pero me abstengo a mi deseo y como todo un profesional reviso que los golpes no sean peligrosos o tengamos que llevarlo al hospital para hacerle alguna radiografia.

Me alegra ver que no hay peligro y solo fueron golpes, pero aún así no hemos hablado y no se lo que pasó.

- ¿Que paso Frankie? - le pregunto en un tono bajo poniendo pomada en un golpe.

- Estaba vendiendo flores y no me di cuenta que me seguian - soltó un suspiro quejándose un poco por el dolor - me asaltaron, me quitaron todo el dinero y me golpearon.

- Tranquilo Frank - su rostro se veía preocupado y no sé porque pero tuve la sensación de que Frank algo me estaba ocultando en su relato pero no quise presionarlo más.

- Me despidieron de la pizzería Gerard - alce mi rostro para verlo no podía creer que tuviera un día tan horrible.

- Pero ¿Porque? Si se mostraron tan comprensivos con lo de Marie y te esperaron los días que no pudiste ir - el asintió.

- Dicen que alguien se quejó de mi atencion, un compañero me dijo que alguien presionó para que me despidieran - ahora comprendía su  carita triste y llena de preocupación.

Aveces me llegaba ese sentimiento de querer proteger a Frank de todo ayudarlo económicamente para que regresara a la escuela y pudiera terminarla, estudiará una carrera y pudiera ser feliz siempre y verlo sonreír en todo momento, pero aunque sabía que podría ofrecercelo el no aceptaría.

La buena noticia fue que al platicar con los amigos sobre lo ocurrido a Frank  y su perdida de empleo nuestro amigo Ray tuvo una gran idea ofrecerle trabajo de mesero en el bar la paga era muy buena y Frank acepto gustoso el empleo.  Todos sabíamos que lo haría excelente pero nunca nos imaginamos que a tal grado y ahí descubrí un sentimiento que nunca había sentido, Bert lo llamaba "celos".

SEGUNDA OPORTUNIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora