CAPITULO 3

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Dos semanas habían pasado, solo me quedaba una semana para la boda estaba  estresado con los turnos en el hospital  los últimos preparativos para la boda, está no sería muy lujosa pero si debía tener un toque de romanticismo y lujo ya que por parte de mi prometido nos acompañarían varios compañeros de trabajo y gente importante, mientras de mi parte solo nos acompañarían mi familia amigos y el director de la facultad y hospital.

Kristin me había acompañado a ver los últimos detalles el arreglo del jardín donde sería la ceremonia el vino, pastel y lo último escoger mi traje, hubiera querido que Marck me acompañara pero por su agenda tan apretada no pudo acompañarme a nada.

Las invitaciones ya habían sido entregadas, solo me quedaba ir a recoger mi traje y una despedida de soltero que había planeado mi hermano, que era el más emocionado por esta yo solo quería que llegará el día que para mí sería el más feliz de mi vida.

Había llegado con Marck a mi departamento empacando algunas de las cosas que llevaría a su casa, cosas personales, mis muebles serían vendidos junto con la casa, sinceramente me dolía mucho deshacerme de mis cosas, pero no tenía más opción que hacerlo.

-Cariño me sirves más vino. - Marck estaba guardando algunos de mis libros en una caja, me apresure a caminar hacia el con la botella en mano sirviéndose.

- Dejemos esto por hoy y veamos una pelicula, ¿si?. - Mi novio asintió levantándose y caminando hacia el sillón sentándose en el.

Puse una pelicula, la cual miraba muy entretenido sintiendo los besos que Marck comenzaba a dejar sobre mi cuello, quite mi atención girando mi rostro encontrándome con sus labios, nuestro beso estaba siendo más apasionado, sentí la mano de Marck tomar la mía y ponerla sobre su entrepierna me sentí incómodo intenté quitarla pero Marck no me dejó sentía su erección.

- Gee cariño, te deseo. - hablaba Marck sobre el beso.

- solo unos días más y seré tuyo.- comenzaba a sentirme nervioso.

- Vamos a hacerlo de una vez cariño demuestrame que me amas. - Marck había bajado su cierre sacando su erección de sus pantalones.

- Marck amor, esperemos solo son unos días, tu sabes cuál es mi deseo. - intenté apartarme de Marck pero este me lo impedía jalando mi cuerpo más hacia el suyo.

- No me dejes así Gee. - su voz se escuchaba molesta. - mínimo chúpamela para no quedar así.

- Marck por favor no, prometo que cuando nos casemos lo haré. - Marck se levantó del sillón metiendo su erección en sus pantalones.

- No te molestes amor,solo son unos días mas. - me levanté para tomarlo de la mano, no quería que se marchará molesto.

- Ya déjalo asi, me voy. - Marck camino a la puerta del departamento, lo detuve poniéndome frente a el.

- Por favor no te vayas, e... Está bien lo... Lo intentare.- Marck sonrió acariciando mi mejilla, caminamos hacia el sillón, bajando el nuevamente su cierre sacando su erección.

- Ahora cariño mételo a tu boca, yo te enseñaré como me gusta.

Con mucho nerviosismo me arrodille metiéndome entre sus piernas tomando su pene y metiendo lo a mi boca, su sabor era algo fuerte, salado, no me agradaba, Marck embestía mi boca fuertemente provocándome arcadas, no me gustaba siempre pensé que el sexo oral era, no se; diferente, esto no me agradaba en lo absoluto, sentía unas ganas tremendas de llorar decirle que ya no quería, pero sabía que se molestaria y en unos días más seríamos esposos y tendría que hacerlo con el. Marck sacó su pene de mi boca acabando sobre mi mano, acarició mi cabello.

- No estuvo tan mal cariño, ya aprenderás a hacerlo mejor con la práctica.- yo solo asentí levantándome para ir al baño lavar mis manos y mi boca.

Marck se marcho esa noche dejándome una sensación de incomodidad, sin poder evitarlo me acosté y lloré hasta quedarme dormido. Al siguiente día era el último en el hospital, me darían unas semanas por mi boda y luna de miel esa noche sería mi despedida de soltero, con las enfermeras y compañeros tuve una pequeña reunión organizada por Kristin fue linda y llena de felicitaciones y muy buenos deseos hacia mi futuro matrimonio varios pacientes que se enteraron me desearon un feliz matrimonio.

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Dos dias antes de la boda, mi hermano Mikey paso por mi y Kristin al hospital, ella estaba invitada tambien, yo más bien creía que eran pretextos de mi hermano para pasar tiempo con ella, yo sabía que a él le encantaba Kristin y a ella mi hermano no le era tan indiferente, pero ella decía que si mi hermano quería su amor tenía que demostrarle que era algo serio y no una de sus miles de conquistas, porque mi hermano era un don Juan sin remedio.

El bar de mi amigo Ray fue el punto de encuentro, mis mejores amigos estaban ahí Bert, Billie, Sam, Kristin, Jared, Pete, Bob y mi hermano estábamos pasando una noche maravillosa por nuestras ocupaciones era difícil que pudiéramos reunirnos y esta noche era una especial, la bebidas iban y venían el karaoke no se hizo esperar, me sentía tan bien y feliz de estar rodeado de personas que me amaban.

- Propongo un brindis. - mi hermano había levantado su bebida.- Por mi hermanito que está a punto de ponerse la soga al cuello y dejar la libertad de su soltería, te deseo lo mejor hermanito que seas muy feliz y ese imbécil ni se le ocurra dañarte porque si lo hace todos iremos a partirle la cara.

- Te deseamos lo mejor amigo y ojalá el viejito aguante muchas noches de pasión antes de que tenga que tomar viagra. - todos reían mientras yo negaba por las ocurrencias de Bert.

- Brindemos porque al viejito se le pare, y como dice Mikey si te hace enojar avísanos y nos tendrás a todos ahí para darle la paliza de su vida. - Ray se nos había unido.

Después de brindar entre pláticas y algunos ya bastante ebrios subieron a la tarima para el karaoke Jared se me acerco.
- Hermano felicidades por el futuro matrimonio. - nos dimos un abrazo - te tengo noticias sobre tu departamento hay una persona muy interesada pero sobre todo con mucha prisa, así que si te interesa mañana mismo estará vendido tu departamento.

- Pensé que tardarias más en encontrarle comprador.

- yo también pero hubo suerte su propuesta es muy buena, te conviene Gee. - me quedé pensando unos minutos hasta que asentí.

- Está bien, acepta la propuesta.

Esa noche me la pasé muy bien, había logrado vender mi departamento, todo se estaba acomodando un día más de soltería y al siguiente sería un hombre casado.



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