Capítulo 19: Contratiempos

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Me bajé las mangas de la sudadera de Michael hasta resguardar más o menos mis manos dejando a la vista mis pequeños dedos con las uñas pintadas de un azul muy oscuro. Su sudadera es lo más calentito del mundo y encima olía a él, una mezcla entre desodorante de hombre, su perfume embriagador y él. Unos chavales se acercaron ofreciendo bebidas que supuse que tenían alcohol. Michael cogió una y yo le miré.

-¿Quieres? -Me ofreció mientras el chico de piel morena estaba esperando mi respuesta con la bandeja de cócteles de diferentes colores -Michael cogió uno azul con una sombrilla amarilla-

-Ehm... -A ver cómo digo esto sin parecer una niñata idiota. -Es que nunca he probado un cóctel y no quiero dejarme uno entero por si no me gusta.

Michael se rió y pidió una segunda pajita la cual la metió entre el hielo y me la ofreció. Tras esto, el chico que estaba delante nuestra desapareció sin dejar rastro.

-Ya no tienes por qué pedir uno. Si no te gusta me lo bebo yo. 

-Que considerado. -Reí un poco. Tomé un sorbo y saboreé lentamente. Era algo así como una mezcla entre piña y frutos tropicales. No era de mi gusto pero tampoco estaba malo. Cuando nos lo terminamos, Michael lo dejó a un lateral del tronco y se frotó las manos en señal de frío. Y ahora yo me sentía mal por haberle arrebatado su sudadera.

-Toma. -Dije subiéndomela pero sus brazos me pararon.

-No, tranquila. Además, te queda mejor a ti.

-¡Me queda como un pijama, mira! -Me levanté y le enseñé hasta donde llegaba la sudadera, casi hasta mis rodillas, y me volví a sentar.

-Me gusta como te queda. Es muy...

-¿Muy tu rollo? -Le corté mirándole. Sus ojos conectaron con los míos. 

-Sí, muy a mi rollo. -Y a partir de aquí el mundo se paralizó como si nadie estuviese bailando a nuestro alrededor. Los dos no apartamos la mirada hasta que Michael la bajó a mis labios y se inclinó poco a poco. Oh dios mío Kalia, no la cagues, no la cagues... 

Respiré entrecortadamente. Mi mano apretó el puño de la sudadera y cerré los ojos cuando noté la respiración de Michael a escasos centímetros de mis labios. 

-¡Hostia, Michael, mira quien ha venido! -Dijo Luke a lo lejos a lo que este suspiró y miró hacia la diracción que el rubio apuntaba con su dedo. Mierda, es que siempre tiene que haber alguien que joda los momentos más importantes.

Y es que estaba a escasos centímetros de los labios de Michael Clifford y mi corazón palpitaba como si se me fuese a salir del pecho. Yo. Que casi me beso con uno de mis contratiempos, como me gustaba llamar a la razón de que Michael no saliese de mi maldita cabeza. 

A lo lejos divisé a un par de chicas altas y esbeltas, no como las que había por aquí. Estas eran chicas hechas y derechas. 

Michael se levantó suspirando con una sonrisa de lado y se acercó a Luke que estaba señalizando el lugar para las nuevas acopladas de turno.

-Si las miradas de Kalia Simpson matasen, adiós mundo. -La voz de Emma me sobresaltó lo que hizo que me llevase una mano al corazón. Ashton no tardó en llegar a su lado con dos copas más. Pero yo volví la mirada hasta las zorritas -porque ahora sí que sí eran zorritas- que estaban abrazando a Michael y él no se quedaba corto con las manos. Y esta es la vida de Kalia Simpson, rodeada de gilipollas.

-No te rayes, Kalia. -Dijo Ashton. 

¿Que no me rayara? ¿Cómo no iba a preocuparme que el chico el cual danzaba libremente por mi mente y encima por el que tenía sentimientos aún no identificados estuviese a poco de tocarle el culo a esa subnormal despampanante? Pues claro que me preocupaba. Y es que no quería volver a pasar por un chico que jodiera mi vida y menos ahora cuando me había creado un gran caparazón que me cubría a prueba de balas.

No volví a ver a Michael en toda la noche así que decidí irme aunque Emma quería quedarse con Ashton. Parecía que lo suyo sí que iba viento en popa y a toda vela. La obligué a quedarse por el bien de las dos porque no quería que me diese el coñazo todo el trayecto. 

Aparqué al lado del coche de mi hermano produciendo un chirriante ruido al dejar el freno de mano puesto y por lo que se veía estaban todos durmiendo así que me tocaba subir las escaleras hasta mi habitación de puntillas y en modo ninja espía. Cuando me tiré en la cama, tal cual, sin ponerme el pijama ni nada, pensé en aquellos ojos azules que me acorralaron contra la pared y me amenazaron. Y sabía que había visto aquellos ojos azules otra vez pero, ¿cuando? Aunque luego pensé que sería un poco imposible que ese ladrón volviese a aparecer a mi vista para dejarse ver.

Mi móvil vibró varias veces: todo eran mensajes de Emma del tipo "tía, que le has dejado plantadísimo al chaval y está un poco de bajón" "Ay, Ash es un amor. Creo que me he pillado por el... besos xx" ¿Y a mi que me importaba? Pero luego llegó otro más y esta vez no era de Emma, sino de Michael: "Kalia, ¿donde estás?" y le siguió otro: "Kalia, lo siento si ha podido parecer otra cosa..." 

Pero, ¿a qué estábamos jugando? Si ni si quiera somos nada. No hay nada entre nosotros salvo una relación de conocidos. 

No sé a qué dirección volaron mis pensamientos porque para cuando quise darme cuenta ya estaba en el tercer sueño.

***

-¿Kalia?- Dijo mi madre desde la mesa de la cocina donde estaba tomándose su café matutino. Eran las diez y media de la mañana.

-Buenos di... ¿te vas a algún lado? -Me froté los ojos obligándolos a abrirse completamente para observar el uniforme de viajes de mi madre que consistía en una americana negra con una camisa blanca y unos pantalones de trabajo negros.

Mi madre suspiró dejando la taza de vuelta al plato que había encima de la mesa.

-Me han llamado para ir a Gaza.

¿A Gaza? ¿Qué coño se le ha perdido a mi madre ahí?

-Ahm, que bien. -Había decidido que no iba a meterme en discusiones que ya se han repetido varias veces porque ¿para qué? Si al final la perjudicada era yo.

-Hola chicas. -La voz de mi hermano nos sobresaltó a las dos. Me giré y le vi intentando dejar las llaves en el recibidor ya que llevaba una abultada caja en sus brazos. Bradley se quedó mirando el traje de mi madre y supe que pensaba lo mismo que yo.

-Vaya, parece que nos vamos a ir todos. -Soltó borde.

Genial. Mi vida se estaba yendo completamente a la mierda.

-No estoy por la labor de aguantar más estas discusiones. -Mi madre se levantó, dejó su taza en la encimera, recogió sus cosas y salió por la puerta. La madurez en su estado natural.

-Creo que debería decirte que hay un chaval con el pelo moco y el resto de su banda fuera. A lo mejor deberías salir.

¿Cómo? No creo que se haya atrevido.

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¡Hola! Siento haber tardado tanto en subir pero con la cosa de que ayer fue mi cumpleaños (¡yay!) y el lío de las clases y demás pues no he tenido oportunidad y encima tengo que disculparme por haber hecho un capítulo tan corto y tan aburrido. No sé qué le está pasando a mi inspiración ultimamente pero espero que vuelva :(

Bueno, lo de siempre, votad y comentad aquí abajo lo que os ha parecido e intentaré tener un capítulo mejor para el 16-17 de este mes, como siempre :)

¡Gracias por leer!

xx

PD: Mi recomendación de hoy es "Los finales felices son para las princesas" , un fanfic de Niall y Zayn que la verdad es que tiene buena pinta :3 Y recomiendo este capítulo a la escritora de ese fanfic.

How did we end up here? [5 Seconds of Summer, The Vamps, R5] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora