Capítulo 3: Wikipedia

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Ross Lynch parecía ser el tipo de chico controlador y chulo pero en sus mensajes más que eso parecía el chico de instituto que acaba por ser tu mejor amigo y... Que resulta ser gay. Pero es que apenas sabía nada de él y mi madre siempre me decía que no hablara con desconocidos (bueno, me lo decía siempre que pasaba por casa que eso ya era mucho) y ahora con la era tecnológica y los smartphones, supuestamente debería tener mucho más cuidado. Si Ross Lynch y su banda R5 eran famosos, porque lo eran sino no hubiese habido tanta fan en el concierto, tendrían página de Wikipedia, ¿no? ¿De verdad iba a mirar su página de Wikipedia? Kalia, estás enferma. 

Abrí el portátil y tecleé rápidamente cuando el sonido de la puerta principal.

¿Mamá?

Salí disparada de la habitación chocándome contra los marcos de las puertas y bajando las escaleras como alma que lleva el diablo. Perdí la cuenta de los días que mi madre llevaba fuera de casa. Y ahí estaba, con el teléfono pegado en la oreja y cientos de papeles en las manos. No puedo creerlo. No podía creer lo que estaba viendo. Es que ni cuando llegaba a casa, a su hogar, con su familia, dejaba a un lado su rollo ejecutivo. Y ya estaba harta. Estaba harta de estar sin madre y de depender siempre de mi hermano, o lo que más vergonzoso me parecía, de mis vecinos.

Me quedé mirando cómo hablaba con las lágrimas al borde de derrumbarse por mis mejillas. 

Y ella no se daba cuenta de mi presencia. 

Noté que alguien se acercaba por mi espalda. Mi hermano.

-¿Mamá?

Los ojos de mi madre subieron hasta encontrarse con nuestros rostros. No quería que me viese así, decepcionada, pero ya era hora de enfrentarse a este problema. 

-Claro, Charity, deja los papeles encima de mi oficina. Pasaré a buscarlos mañana. Gracias. -Y colgó.

Mi hermano salió corriendo a abrazarla a diferencia de mi, que seguía en el último peldaño de la escalera contemplandoles.

-Mi pequeño artista...

-Te he echado de menos, mamá. No vuelvas a irte tanto tiempo, ¿eh? -La voz de mi hermano apenas era audible. 

-Kalia, ven aquí a unirte al abrazo de oso de tu hermano. -Mi madre sonreía. Pero de qué coño iba.

-Que te follen. 

Una primera lágrima cayó por mi mejilla.

-¿Kalia? ¿Cómo te atreves a hablarme así? 

Bradley abrió los ojos y se separó de mi madre. Una de las cosas que más le gustaban era ver peleas y más si son mías. 

-¿Que cómo me atrevo? ¿Cómo te atreves tú a venir aquí como si nada, como si sólo te hubieses ido de casa un par de días? 

Vale, ahora mismo debo parecer patética porque tengo los ojos como si se hubiese desatado un tsunami en ellos. Y por no decir que seguro que los tenía rojos. A la mierda.

-Es mi trabajo. 

-Tu trabajo es cuidar de tus hijos también. Tu trabajo es ir a los concursos de tus hijos y grabarlo como si fuese una representación del colegio y no dejarnos en casa, solos y dependiendo de los vecinos. Eso es ser una persona patética.

No sé si era adrenalina lo que corría por mis venas pero tenía que aprovechar el momento. 

-Iré a ese concurso vuestro, no os preocupéis. Lo siento mucho, Kalia. De verdad que me hubiese gustado haber estado con vosotros pero un importante ejecutivo me llamó para conocernos en Shangai y no pude rechazarlo. -Mi madre dejó los papeles encima del mueble de entrada y caminó hacia las escaleras con los brazos ligeramente extendidos.

-Mamá, el concurso fue ayer. Y oh, vaya, no estuviste. Como de costumbre. Y lo que más me sorprende es que no nos hayas visto en la televisión porque SÍ, HEMOS SALIDO EN LA JODIDA TELEVISIÓN, MAMÁ. YA NO ERES LA ÚNICA FAMOSA EN ESTA CASA DE MIERDA. 

Y me di la vuelta, corrí hacia mi habitación y cerré de un portazo.

***

Sin quererlo me había quedado dormida al tumbarme en la cama. Siempre que me entraba el berrinche me entraba después el sueño. La pantalla de mi móvil estaba encendida. Ahí estaba el mensaje de Ross. 

Ross: Creo que te lo he dicho mil veces pero me encantó la actuación del otro día.

¿De verdad? Lo único que me faltaba ahora es oír halagos. 

Yo: Sí, gracias. Últimamente no paran de decírmelo.

Ross: Te acostumbrarás con el tiempo.

Yo: :)

Siempre tengo por costumbre poner una carita cuando quiero terminar una conversación pero, ¿quería acabarla? 

Abrí el portátil y fui directa a la página principal de la organización del concurso. Ya habían puesto la fecha de la final: 20 de julio. 

-¡Braaaaaaaaaadleeeeeey! -Grité mientras salía de la habitación y me dirigía a la suya, descalza. Su puerta estaba abierta de par en par y por su semblante adiviné que también había visto la fecha de la final. Me senté a su lado y puse una mano en su hombro. 

-Ya está aquí. No queda nada, ¿sabes? -Me dijo.

-¿Estás nervioso? 

-Bueno, mi mano no está temblando porque tenga párkinson, eso está claro. Es que ha pasado todo tan rápido que apenas soy consciente de que estoy concursando en el concurso más famoso de Australia y que, si ganamos, podremos quedarnos aquí a vivir... pero si perdemos volveremos a Inglaterra.

-Ya, yo también adoro este lugar. Aunque a veces me ponga enferma con tanto eucalipto y tanto koala. -Me reí. Y era cierto. Este país era asombroso pero también echaba de menos a mi familia, mis abuelos, mis tíos, mis primos... -Creo que lo peor de todo será tener que despedirme de Emma. 

-Sí, creo que eso será lo peor de todo. 

Mi móvil vibró por la entrada de un mensaje:

Ross: ¿Quieres salir un rato? :)

Miré a mi hermano con una pequeña sonrisa. Él me miró sin saber qué estaba pasando y a qué venía aquella sonrisa y me levanté de su cama.

-Tengo que irme. No te pongas muy nervioso en mi ausencia.

Y me marché.

How did we end up here? [5 Seconds of Summer, The Vamps, R5] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora