How did we end up here? [5 Seconds of Summer, The Vamps, R5] ✔

Capítulo 10: Preparativos

Habían pasado ya dos días desde mi incidente con Ross en su habitación. Desde entonces sólo habíamos quedado una vez y fue para hablar del tema. Mientras tomábamos un helado, yo de chocolate y pistacho, mi favorito, y él de menta, me dijo que lo sentía y que aquel incidente no volvería a pasar y hasta lo juró por sus seres más queridos. Mi resistencia a estar seria llegó a su límite y cuando me dijo eso pues como que se me ablandó un poquito el corazón y no pude evitar abrazarle y bueno, nos pasamos media tarde riéndonos de nuestros chistes malos hasta que me acompañó a casa donde entrelazamos nuestras manos y nos quedamos mirando los ojos de cada uno durante una eternidad entera. Porque quizá sí que me estuviese enamorando de aquel chico que tenía enfrente de mí y que tanto se empeñaba en solucionar su error. Y eso lo valoraba. Ross tuvo que irse rápido a ensayar, así que se despidió con un suave y tierno beso que no quería que acabase nunca y se fue.

***

Había vuelto de hacer la compra bajo el solano que sofocaba nuestra ciudad y que hacía que pareciera un auténtico horno. Di las gracias a Batman (porque no creía en la idea de un Dios que velara por nosotros y esas cosas de Iglesia) por el aire acondicionado que refrescaba toda la casa. 

Fui a la cocina y dejé las bolsas sobre la encimera. Me sobresaltó una nota que había en la nevera. Ponía bien grande: KaliAaaAaaA. Supuse que era de mi hermano porque nadie era más retrasado que él y siempre ponía mi nombre así en todas partes. Recordé que un día, al ir a rellenar unos papeles donde también tenían que figurar mi nombre y mis apellidos puso "KaliAaaAaaA" y tuvo que pedir otra copia a lo que la administrativa del sitio donde estábamos le mandó una mirada asesina pero le dio otra copia. Lo que yo decía, retrasado.

La despegué del imán y la abrí:

Mi queridíiiiisima hermaaaaaaana, ¿te importaría dejarme la comida hecha? No voy a poder pasar hoy a la hora de la comida por los ensayos :( ¿Sabes que eres la mejor hermana del mundo mundial y que te quiero? Pues ya lo sabes :) 

PD: 2 DIAS 2 DIAAAAAAAAAS jeje.

Vamos, que hoy a parte de tener que comer sola tenía que hacerle la comida al señor. Pero bueno, esta se la perdonaba porque mañana es el concurso y sabía por la mucha presión que debería estar pasando. Era algo así como un súper examen final que decidía si a la gente le gustabas o no así que no, no me importaba hacerle este favor.

La mayor parte de la tarde me la pasé leyendo, tocando la guitarra y escuchando música mientras hablaba con Emma por Skype ya que esta se había ido a la isla de Madeira en Portugal y no paraba de contarme todas sus anécdotas.

-¿Y que tal el jet lag? - Dije mordisqueando una galleta con pepitas de chocolate por encima.

-La verdad es que apenas lo noté porque el chaval que tenía delante en el avión era bastante interesante. Me pasé la mayor parte del vuelo mirando como dormía.

¿En serio? Que enfermizo. Pero eso, obviamente, no se lo dije. La dejé que hablase todo lo que quería sobre el clima, los chicos, las playas tan tremendamente preciosas y yo no paraba de reírme sobre todas y cada una de las caras que ponía al hablar. Esta chica cuando quería podía ser la mar de divertida.

Mi móvil vibró y la notificación emergente de un nuevo snap me sacó de mi conversación con Emma y esta lo notó. Lo desbloqueé y vi que era uno de Ross: salía con su guitarra y la batería por detrás. Parece ser que hoy se tirarían ensayando los tres grupos que quedaban y era muy lógico ya que mañana tenían que darlo todo y ahí estaría yo, apoyando a tope.

-¿Quién te mensajea y por qué se te está cayendo la baba? -Dijo Emma a través del ordenador alzando una ceja.

-¡No se me está cayendo la baba! Mira que eres cotilla... Posa anda, que te voy a sacar en mi foto para que veas lo buena amiga que soy. -Dije activando la cámara frontal y enfocándome a mi y al ordenador pero con el brillo apenas se vio la cara de Emma que era de chiste, como casi siempre que nos sacábamos fotos. Las más decentes las conservaba pegadas en el cabezero de mi cama.