Capítulo 25: Oscuridad

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Las tres de la tarde y ya estábamos en el centro comercial del pueblo comprando. Las más de treinta tiendas que poblaban el edificio no eran comparables con mi tienda online donde compraba mis camisetas y sudaderas de grupos pero mis bolsillos ya se estaban resintiendo de tanto gasto de envío. Las prendas de ropa que compro en esa estúpida y cara web me estaban saliendo por un ojo de la cara y la economía en mi casa -aunque era realmente buena- no estaba como para tirar el dinero y menos ahora que me tendría que quedar sola en casa y sólo recibiría un tanto porciento de mi madre mínimo para mi supervivencia. Emma, que iba caminando a mi derecha con tres bolsas de tres tiendas diferentes y muy de su pijotero estilo, me ofreció el otro día quedarme en su casa mientras mi madre viajaba pero no soy una chica de abusar. En realidad prefiero la independencia antes que estar vigilada y controlada por una mujer y un hombre gordo que ni siquiera eran mis padres.

-Tía, llevamos tres tiendas y no has comprado nada. Debes de tener fiebre o algo. 

-No es que tenga fiebre o no, es que no hay nada de mi estilo. Ni si quiera unos pantalones. ¿Qué hace la gente como yo para sobrevivir en este maldito pueblo?

-Quizá es que no hay gente como tú, no te ofendas. -Tras ese comentario mi gélida mirada se posó en ella. Será perra. -No me mires así, K. Desde que tienes novio estás de un insoportable...

-Eh, quieta ahí. No tengo novio, eso como punto principal y como secundario, ¿cómo mierdas te has enterado? ¡Que no han pasado ni 24 horas! 

-Se llama teléfono móvil y tener novio que es uno de los mejores amigos de tu "no-novio". Poco ha tardado Ashton en contarmelo.

Vaya, así que ahora también tenía que lidiar con la cotorra-altavoz llamada Ashton Malditocapullo Irwin. Con ese voy a tener que cruzar unas cuantas palabras.

-No es nada, Em. Y calla ya, no me gusta hablar de estas cosas básicamente porque se las vas contando a todo el mundo y como Mike se entere de que vas diciendo eso te corta los cinco pelos sintéticos que llevas, ¿me oyes? 

-Uy, ¿ahora es Mike? Vaya, si que estás bien colada cielo. 

Bufé rodando los ojos mientras seguía su pomposo culo hasta otra tienda. Bueno, al menos en esta podría mirar la sección de tíos y agenciarme alguna camiseta que pasase desapercibida. Perdí de vista a Emma a los quince segundos exactos, como en casi todas las tiendas así que fui mirando estanterías. Vaya basura. Camisetas que ni te tapaban las tetas. Y luego se quejan de que las llaman guarras.

Seguí mi camino mirando a mi alrededor hasta que divisé unas camisetas de Mario Bros en la sección de chicos. Miré por toda la tienda buscando a mi mejor amiga pero no la encontré así que supuse que estaba en los probadores. Esta era la mía. Fui zigzagueando entre las perchas hasta llegar a las camisetas que no eran ni muy caras ni muy baratas. 

-Oh dios, tierra prometida... -Busqué una talla S aunque, al ser de chico, me iba a quedar bastante grande pero no me importaba.

Se me paralizó el cuerpo cuando noté una mano sobre mi hombro y lo primero que se me ocurrió fue en Emma pero al girarme vi al rubio alto y con gafas de sol mirándome.

-Vaya Kalia, ¿vas a comprarle algo a Michael?- Me preguntó un Luke desaliñado. Parecía que no había dormido en semanas pero recordé la noche pasada y la palabra resaca se me vino a la cabeza.

-Joder Luke, me has dado un susto de muerte. 

-¿Y eso por qué?

-Porque me estoy ocultando y no, no es para Michael. Es para mi. La ropa de tía me hace parecer una guarra así que me refugio en camisetas de tíos.

How did we end up here? [5 Seconds of Summer, The Vamps, R5] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora