Capítulo 23: Un ángel disfrazado

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Kalia POV

Los mensajes de Michael me habían dejado un poco confundida. Vaya un chaval más bipolar aunque lo que más me confundía era ese ";)". Vamos a ver, ¿qué coño quiere decir con eso? Tío, a mi en cristiano.

Estaba conduciendo el coche de mi hermano porque mi chatarra había muerto. Bueno, en concreto su batería había muerto y no tenía ni idea de qué hacer con ese problema así que le pedí a mi hermano el coche. Nos habían avisado por correo de que los horarios para el nuevo curso y las clases ya habían sido publicados en la web pero a mi me gustaba ir porque la secretaria y yo nos llevamos bastante bien -antiguas relaciones de familia, creo- y ella siempre me sacaba una copia impresa de mi horario y de la lista de clase en la que me habían asignado. Este era ya mi último curso y después de esto me esperaba un futuro indeciso lleno de agobios y más cosas de adultos.

Esta mañana no había apenas nadie en el instituto, sólo un par de coches del personal docente de guardia y el coche de mi amiga la secretaria. Hasta parece que tengo enchufe y todo.

-Agh, maldito móvil. -Dije tras desabrocharme el cinturón y ver en la pantalla millones de mensajes de Ashton. 

¿Y este? En fin. Los ví uno por uno sin desbloquear la pantalla. Los podía resumir en un "ayuda femenina", "cumpleaños de Emma", "Michael ha roto una pared :o"

¿UNA PARED?

Le contesté de inmediato. En parte estaba preocupada pero sabiendo lo bipolar que llevaba el día ya me esperaba todo de este chico. "¿Cómo que ha roto una pared? Ashton :o". Pero no hubo respuesta. 

Entré en el hall de entrada. Esto ahora mismo podría pasar por una escena de la serie de televisión The Walking Dead facilmente.

-¿Clarissa? -Pregunté en la ventanilla de secretaría. Una mujer bajita y regordeta con el pelo corto rubio y con gafas colgando de su cuello por un cordón se acercó con paso alegre y ligero hasta la ventanilla.

-¡Kalia, querida! ¿Cómo estás? ¿Qué tal el verano? ¿Mucha playa? ¿Alguna novedad? ¿Novios? ¡Ay madre mía! -Sí, esta señora hablaba por los codos y se interesaba más de mi vida que mi madre. 

-Clarissa, frena. -Me quité el flequillo de la cara y le sonreí. Apoyé mi mochila en la barra que estaba unida al alféizar de la ventana. Esa mañana tenía pensado ir, a parte de recoger el horario y demás, a hacer una sesión fotográfica al bosque cercano al instituto por lo que me pesaba bastante.

-Ay querida, es que hace meses que no te veo. No me digas más, aquí tienes el horario y la clase. Vas a estar en la 2H y me han dicho que los chicos que van a estar en esa clase son unos auténticos bombones... -Alzó las cejas al terminar la frase y me puso cara pícara. Negué la cabeza con cierto rubor en las mejillas porque más que nada es que Clarissa sabe lo que me gusta y si lo dice es por algo. Michael. Mierda, ya está ese memo otra vez en mi cabeza. ATRÁS.

-¿Por qué me conoces tanto? -Reí un poco guardando los papeles en la mochila. Ya los hojearía más tarde.

-Porque a veces eres como un libro abierto, niña. -Se puso las gafas y fue otra vez a meter las narices en su papeleo. Vaya, había dado en el maldito clavo. -Por cierto, con todo este papeleo había olvidad que te han dejado un sobre. Parece importante.

Clarissa volvió a la ventanilla y lo dejó caer hacia mi lado.

-¿Un sobre? ¿Para mi?

Vaya, esto es una novedad.

***

-Yo creo que deberías quedar con él y decirle que a qué puñetas está jugando.

How did we end up here? [5 Seconds of Summer, The Vamps, R5] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora