Capítulo 21

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Pasaron varios minutos en aquella posición, simplemente sintiendo el aire que salía de la boca del otro chocar con su piel, Tony escondía su rostro en su cuello y el rubio besaba cariñosamente su hombro. Cuando sus respiraciones pudieron volver a su ritmo normal, Tony se movió en su regazo para poder sacar aquel miembro de su interior, Steve jadeo porque el contacto lo había excitado un poco de nuevo, pero ya estaba acostumbrado, si estaba al lado del chico, su entrepierna solía pasarle factura endureciéndose al menos un poco.

Tony lo miro divertido - ¿Otra vez capitán?

Steve rió un poco – Tenemos que volver, es tarde... ¿algún día vas a dejar de decirme capitán?

- ¿No te gusta? – dijo haciendo un exagerado puchero, de esos que volvían loco a Steve, éste se mordió un poco el labio inferior y tuvo que concentrarse para contestar.

- No es que no me guste, me encanta... pero no lo sé...

- ¿Te gustaría que te dijera Daddy? – le dijo con voz traviesa. Steve casi gime de la impresión, Tony rió por la reacción y le atrajo el rostro con la mano para darle un beso.

Steve lo beso acariciando su cintura y sintiendo su propia entrepierna ya completamente dura, bueno... quizá no era tan tarde para una segunda ronda ¿no?

~

Howard no había hablado demasiado desde que su hijo se había ido a su cita... si bien nunca lo había descartado, aun así le impresionaba un poco que a su hijo le gustaran los hombres. Pensándolo mejor, no tendría que haberse sorprendido, Howard sabía la devoción que tenía Tony desde pequeño con todo actor guapo que saliera, tenía toda la colección de películas de James Dean y además recordaba que se lo encontraba de pequeño mirando las fotos que Steve mandaba de su viaje, quizá por demasiado tiempo. Pero si alguna vez había tenido un amor platónico por su amigo, eso ya había pasado por suerte.

- ¿Estas bien? – le preguntó María entrando a la oficina y dejándole una taza de café en el escritorio, tenían la rutina de tomar un cafe luego de cada cena juntos.

Howard asintió - ¿Era muy evidente verdad? – le hizo un gesto de que se sentara para hablar y su mujer lo hizo.

- Pues... no tan evidente, Tony nunca habló de nadie que le gustara en la escuela o nada de eso... pero pues... lo imagine, tenía muchos amores platónicos con famosos y solían ser hombres...

- Famosos y Steve...

- Oh, notaste eso – dijo mirándolo algo preocupada

- ¿El qué? ¿Qué se quedaba viendo las fotos de Steve de pequeño?

- Ah... si... si, eso – dijo María rápido.

- Pues si ¿Crees que reaccioné mal... o algo? – preguntó preocupado.

- Claro que no Howard – acarició su mano – sos un excelente padre, y Tony sabe perfectamente que lo amas y que nadie tiene porque hacer una diferencia en su relación por quién se sienta atraído.

Howard asintió, Tony había tenido suerte, su madre era prácticamente la persona con mentalidad más abierta que conocía, María siempre le había hecho hincapié en que podía amar a quien quisiera, y siempre que preguntaba por si había alguien que llamara su atención no decía chica ni chico, solo usaba la palabra "personita".

Aun así Tony se había sentido un poco nervioso respecto a que lo supieran, porque Howard no solía estar de acuerdo con aquello, de a poco la mujer fue explicándole y realmente haciéndole comprender que aquello era lo más natural que podía haber, amar a alguien y ya. Steve no lo sabía, pero si María no hubiera estado allí, su relación con Howard después de contarle su orientación sexual probablemente hubiera sido muy diferente.

Por eso el hombre estaba tan nervioso y no sabía del todo cómo reaccionar, porque ya había aprendido a que no es nada del otro mundo, pero no sabía cómo expresarle aquello a su hijo, y tenía miedo de haberlo hecho mal.

Escucharon la puerta del frente abrirse y supusieron que sería su hijo, Tony había estado trabajando en lo que el llamaba una inteligencia artificial, en realidad era una computadora que podía acceder a todos sus archivos, entre ellos a los captadores de movimiento que había colocado en la casa a modo de prueba, y luego de hacer el amor con Steve, lo dejó a dos cuadras donde tenía su moto. Hacía unas dos semanas había instalado un teléfono en su auto, era nueva tecnología y aun no lo había usado con su I.A pero era el momento perfecto para probarlo. Llamo al teléfono de su habitación que J.A.R.V.I.S, como lo había nombrado, siempre contestaba y organizaba sus mensajes...

- ¿Jarvis? ¿Amigo, estas ahí?

- Si señor, no podría estar en ningún otro lado.

Tony rio un poco, no tenía idea como había logrado aquellas contestaciones sarcásticas, pero cada vez pensaba más en que su invención evolucionaba prácticamente sola alimentándose de los nuevos conocimientos que ahora aportaba el internet al mundo. – ¿Podes checkear los captadores de movimiento?

- Solo hay movimiento en la habitación número cuatro señor – esa era la oficina de su padre, tenía que apurarse y subir antes de que cualquiera de sus padres saliera y lo viera en aquellas condiciones. Cortó la llamada y bajo del auto lo más sigilosamente posible, checkeo que ningún vecino lo viera porque solo tenía su ropa interior y la chaqueta del rubio envuelta en su cintura, abrió lo más silencioso que pudo pero supuso que sus padres lo escucharían asique subió rápido las escaleras y logró encerrarse en su habitación antes de que lo vieran.

Necesitaba bañarse urgentemente, tenía semen escurriéndole por las piernas y no era el propio, además el rubio le había dejado chupones por todos lados, tendrían que haberse prohibido aquello, aunque sonrió inconscientemente cuando recordó en que el además de marcas había dejado rasguños por doquier en su espalda.

Abrió la ducha y sin si quiera esperar a que el agua se calentara tuvo que meterse porque escuchó la puerta de su habitación abrirse y su madre exclamar su nombre.

- ¡Me estoy bañando! – exclamó el chico rápidamente tomando algo de shampoo y enjuagándose el jabón del rostro ante de que le entrara en los ojos.

Escucho la puerta de nuevo y supo que estaba a salvo... bueno, agradecía que ya hubiera llegado el invierno porque tendría que usar poleras, es decir remeras de cuello alto, para poder evitar que alguien viera aquellos chupones que su daddy le había dejado, rió un poco al recordarlo, dios... no sabía que tan sano era decirle así, pero cuando lo hizo sintió el miembro contrario endurecerse por completo debajo suyo, asique pretendía seguir haciéndolo.

Steve se arregló como pudo, se peinó un poco con la mano y entró una media hora después de Tony a la casa, necesitaba mudarse urgente. Suponía que ya estarían a punto de acostarse, si ya no acostados, porque entre una cosa y otra se habían hecho las 12, esperaba que no le hubieran dicho nada a Tony, aunque no tendrían por qué, tenía 21 y ya manejaba sus horarios.

Tony le había dicho a su madre que ya había comido y que se acostaría, además de que no pretendía contarle nada de la cita en aquel momento, porque la mujer quería saberlo todo.

Logró que se fuera a dormir y esperó en su pijama escuchar a Steve entrar. Luego de un rato cuando calculo que ya se habría bañado y acostado, se escabulló a su habitación.

Steve lo recibió en su cama – Tony... esto sigue siendo muy peligroso.

Tony asintió – lo se, pero ¿qué? ¿pensabas tener sexo dos veces conmigo en un auto y no darme al menos algo de amor? – se recostó en su pecho.

Steve acarició su cabello – todo lo que hago contigo es con amor... - Tony levantó la mirada para encontrarse con sus ojos y ambos sonrieron un poco, se gustaban y mucho. Después de todo, ahora eran futuros novios. 

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Tengo que pedirles mis disculpas por estos dias sin actualizar y comentarles que lamentablemente ya mañana arranco de nuevo con la facultad con lo que ya les confirmo no podre actualizar todos los dias como antes, pero prometo escribir en cualquier ratito que tenga para actualizar lo más pronto que pueda.

Cómo estan? Me extrañaron? *nadie la habia extrañado*

Espero sus comentarios como siempre, los adora, Miquiu. 💖

Daddy Issues - Una novela Stony.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora