¿Qué pasaria si despues de muchos años fuera de Estados Unidos volvieras y te terminaras enamorando del hijo de tu mejor amigo?
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Esta novela esta ambientada en el año 1977, con un Steve de 38 años y un Tony de 21, por l...
La luz que se proyectaba en el rostro de Tony lo despertó algo de mal humor, él siempre se aseguraba de cerrar bien su persiana para que justamente aquello no pasara, y ahí fue cuando entendió el contexto en el que estaba, unos fuertes brazos lo rodeaban y el cuerpo debajo suyo era claramente el de Steve. Se había pasado a su cama la noche anterior y probablemente nunca había dormido tan profundamente en su vida, tenía problemas para dormir, solía sufrir de insomnio, su cuerpo se rendía a la madrugada y por eso mismo tendía a despertarse tarde. Pero esa noche, no sabía exactamente qué, pero estaba seguro de que incluso había soñado.
Enterró su rostro en el cuello del rubio y aspiró su aroma. Se separó un poco embobado para poder observar aquellos finos rasgos, su rostro estaba serio, dormía profundamente, aprovechó para pasar su mano por su mejilla pero un fuerte brazo se lo impidió, lo miró asustado y el rubio abrió muy lentamente los ojos.
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- Lo siento – aflojo el agarre de inmediato y entrelazo sus dedos tomándolo de la mano, sonrió dulcemente mirando el rostro de un ahora bien despierto Tony.
Hacía muchos años que no dormia con alguien y mucho menos que lo tocaran mientras lo hacía, solía mantenerse alerta y por eso su reacción, pero al notar que se trataba de Tony y recordar que había dormido con él se relajó enseguida.
- ¿Cómo dormiste? – repitió aquella pregunta que había arruinado todo el día anterior, pero ese día la contestación fue distinta.
- Increíblemente bien, ¿cómo no hacerlo contigo en mi cama? – rozó su nariz con la suya tiernamente y el chico la arrugó en un gesto inconsciente debido a la sensación cálida que se había apoderado de su cuerpo.
Steve rio un poco y acarició su mejilla. - ¿Qué hora es? - reaccionando un poco, el chico checkeo en la mesa de luz de su lado el reloj y se levantó apurado – son las 8, papá ya debe haberse levantado.
Steve se sentó rápido en la cama también – odio esto, me encantaría pasar tiempo con vos sin tener que preocuparme de nada.
Tony lo miro sorprendido - ¿en serio? – que el rubio hubiera dicho aquello le hacía muchísima ilusión.
- Claro que si... ¿te parece si vamos al parque o algo hoy? Podemos conocernos un poco más – dijo yendo a su ropero a buscar ropa para cambiarse, o más bien vestirse porque tenía una camiseta blanca y boxers, generalmente dormía desnudo, pero por algún motivo aquel día se había vestido para ir a la cama.
Tony hizo una mueca pensativa - mmmm... creo que no, tengo que ir a mi habitación, lo siento – dijo a punto de irse pero Steve lo tomó de la mano y lo atrajo hacía el, acarició su rostro y sonrió antes de darle un suave beso al que el chico correspondió. Lo soltó y lo vio escabullirse a su propia habitación checkeando antes que nadie estuviera en el pasillo. Steve negó divertido, sabía que Tony se la iba a devolver.
Carol despertó con un peso encima suyo, abrió grande los ojos y se giro moviendose lo menos posible para ver a la persona que tenía a su lado. Un Rhodey sin remera le pasaba el brazo por la cintura y dormía profundamente pegado a su espalda... ¿Solo le faltara la remera? Ay dios mio, pensó la chica. ¿Qué había hecho? Parecía no poder recordar más que vagas imagenes del día anterior.
