*QUINCE*

2.1K 84 1
                                    

Minutos más tardes el conductor del taxi encendió la radio para escuchar las noticias del momento. Al menos ahora tenía algo en que distraerme para dejar de pensar en el estúpido de Liam Evans y Brittany Williams.

Hice girar la palanca de la puerta bajando la ventanilla, de modo que la brisa del viento se filtró en el coche alborotando mi cabello. Se sentía bien sentir el aire golpeando mi cara, era refrescante, relajador y muy placentero. Cerré los ojos unos segundos deseando estar en casa cuando el coche se detuvo en seco, había estado a punto de pasar del asiento trasero al asiento del copiloto.

- ¿Qué sucede? ¿Porque se detu...?

No cabía duda. Liam Evans definitivamente había perdido la cabeza.

¿Que demonios creía que estaba haciendo? Había obligado al conductor del taxi a detenerse al poner su camioneta en medio de la avenida. Salió de esta y camino hacia nosotros.

- Sal del auto - ordernó.

El conductor del taxi parecía tan confundido como yo, y no podía culparlo.

- ¿Enserio te has vuelto loco? - hable por la ventanilla.

- Sal del auto - repitió - No me obligues a sacarte a la fuerza.

¿Sacarme a la fuerza? ¿Estaba hablando enserio? Si creía que iba a hacerle caso estaba muy equivocado, lo ultimo que quería era saber de él. No le perdonaría el que hubiera ido a la fiesta de Brittany solo para molestarme, el que hubiera dejado que le pasara las manos por todo su cuerpo y mucho menos, el que hubiera dejado que le bailara de esa forma.

- No - exclamé.

Los musculos de su barbilla se tensaron, visiblemente estaba muy molesto pero no me importaba. No iba a salir del coche por ningún motivo. Sin embargo, cuando ví aquel brillo en sus ojos supe que debí haberlo obedecido.

Con largas zancadas se acercó al taxi, abrió la puerta y me tomó del brazo obligándome a salir del coche. Eso me dejo con la boca abierta.

- ¡Suéltame! ¿Que crees que estás haciendo? - me quejé intentando deshacerme de su agarre.

Pero como siempre, era inútil. Quizás me hacía falta hacer ejercicio y tomar algunas clases de autodefensa personal.

- Te estoy secuestrando, ¿Tu que crees?.

Después de sacarme del coche cerró la puerta y le lanzó un billete de veinte dólares al conductor. Este los tomo todavía confundido y frunció el entrecejo tratando de comprender la escena.

- ¡Ya basta Liam! ¡Suéltame! - grité mientras me arrastraba hacía su camioneta.

- Eres muy ruidosa - se quejó.

Le dí un fuerte golpe en el estómago, lo cual fue como golpear una pared dura e impenetrable.

- ¡Dije que me sueltes!.

Pero antes de que pudiera darme cuenta, sus manos estuvieron repentinamente en mi cabello y su boca devorando la mía. No supe como reaccionar, más bien, no me lo esperaba. Sus labios eran tan suaves pero demandantes mientras mientras lamía y mordisqueaba mi labio inferior.

- He querido hacer esto desde que te ví entrando a la fiesta usando este vestido. - murmuró antes de deslizar su lengua en mi boca, suspiré en respuesta.

Liam Evans sabía como a meta y algo delicioso.

El sonido de un par de claxon a la lejanía lograron que mi cabeza volviera al planets tierra. Liam alejó su boca de la mía pero continuó manteniéndome atrapada entre la camioneta y su cuerpo.

UN NUEVO AMOR.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora