* VEINTISEIS *

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Llegar a la fiesta de Vicky, con Lisa y Marisa fue suficiente para hacer que toda las miradas se posaran en nosotras.

- ¿Puedo hablar contigo, Danna? - pregunto Vicky.

- Claro. ¿Que sucede? - pregunté

- ¿Que pasó entre tu y Brittany esta tarde ?

Vine a esta fiesta a divertirme y a olvidar lo que paso hoy y me preguntan eso.

- Brittany me golpeo y me encerro en los vestidores. Sin mencionar que gracias a ella no pude participar en la presentación de hoy y la entrenadora Ross me revocó del puesto de capitana pero...

Torcí el gesto, la noticia de mi salida como la capitana del equipo aún no se había dado. Seguramente iba a ser toda una noticia mañana.

- ¿Que? - exclamaron al unísono.

- ¡Vamos a prenderle fuezo a esa zorra! - grito Marisa.

- Escuchen chicas, mi padre siempre me ha dicho que no se bueno guardar rencor en contra de una persona, lo mejor es dejar ir y perdonar.

- Parece que estamos en presencia de la mismísima madre Teresa de Calcuta - se burló Lisa cruzándose de brazos - ¿Serías tan amable de darme una entrevista? La necesito para una tarea.

Le di un codazo en las costillas.

- Lo que quiero decir, es que prefiero ya olvidar lo que paso con Brittany para evitar problemas.

- ¿Ya la perdonaste? - preguntó Marisa.

- Por supuesto que no. Se acosto con mi ex novio, eso no es algo que puedas perdonar tan facilmente - suspiré.

- Entonces todavía no eres la madre Teresa de Calcuta - dijo Lisa sonriendo - Olvida lo de la entrevista.

- Deja de llamarme así - me quejé.

Mi mirada se fue directo a Austin, parecía estar buscando a alguien entre los invitados. Mi cuerpo se puso en alerta máxima, seguramente me estaba buscando a mí.

- Ve a esconderte nosotras te cubrimos la espalda - exclamó Lisa al darse cuenta de mi preocupación.

No quería encontrame con Austin.

- No saben cuanto las quieros - dije dándoles un rápido abrazo antes de correr a la cocina.

Para mi fortuna, la cocina estaba completamente vacía. Fue un gran alivio.

Sobre la barra de la cocina, un plato repleto de tentadores brownies acapararó mi atención, se veían exquisitos y mi estomago rugió en respuesta. Seguramente alguien los había traído, no me imaginaba a Vicky horneando y manchándose las manos para prepararlos.

Estaba hambrienta, así que tomé uno y le di un pequeño mordisco. Fue extraño, el sabor a chocolate definitivamente estaba ahí, solo que había otro ingrediente aún más predominante el cual sabía bastante amargo.

Eran brownies con marihuana; mejor conocido como brownies especiales.

Cuando me terminé el brownies en mis manos tomé otro, luego otro y después otro más. Mientras más comía más horribles me sabían, pero por alguna razón no podía dejar de comerlos.

Eran adictivos.

- ¿Que estas haciendo? - escuché la voz de Liam detrás de mí.

Me giré a mirarlo y al momento de hacerlo, todo me dio vuelta. El rostro de Liam se veía un poco distorsionado y lleno de color, incluso su voz sonaba diferente.

- Yo... - sonreí como una tonta - Brownies .

- ¿Brownies? - repitió ladeando la cabeza.

Me encataba cuando hacía eso, parecía un cachorrito. Un cachorrito muy lindo.

UN NUEVO AMOR.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora