*TREINTA & UNO*

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Sabía que Liam estaba mirándome fijamente mientras yo fingía estar dormida. Aquellos escalofríos en mi nuca se debían siempre a su penetrante mirada. Intenté mantener la respiración acompasada, pero se convirtió en una tarea difícil cuando sus dedos comenzaron a tocar mi rostro. Primero acaricio la linea de mi nariz subiendo hasta mis cejas, después bajó suavemente por mi mejilla izquierda hasta detenerse en mis labios.

Lo escuché suspirar con fuerza.

El celular en el bosillo de su pantalón comenzó a vibrar, por lo que tuvo que levantarse de la cama con cuidado de no despertame.

- Justin, tenía la esperanza de que hubieras olvidado mi número - exclamó para la persona detras de la linea - ¿Mike Oxford? Escuché que se retiró de las peleas hace un tiempo... ¿En serio? Suena interesante... el dinero es lo de menos, quiero pelear con él... hoy estoy ocupado, pero arregla el encuentro para mañana en la noche.

Cuando terminó la llamada, regresó a mi lado en la cama y aproveché ese momento para abrir lentamente los ojos fingiendo que había estado dormida hasta ahora.

- Buenos días - murmuré imitando un bostezo.

Su boca se arqueó en una media sonrisa.

- Me preguntaba por cuanto tiempo más ibas a hacerte la dormida.

Di un respingo.

- No me estaba haciendo la dormida.

- Ya te lo dije - su dedo pulgar tocó de nuevo mis labios - Tus labios tiemblan un poco cuando mientes.

Puse mala cara y decidí cambiar de tema.

- Te escuché hablar por el celular - murmuré - ¿De verdad tienes que pelear mañana?.

- Mike Oxford es toda una leyenda y quiere pelear conmigo, enfrentarme a él va a ser un gran desafío.

- Pero Liam...

- Pelear en la arena es la única forma en la que puedo descargar mi ira, ya deberías de saberlo.

- ¿No hay alguna otra forma en la que yo puedas ayudarte a lidear con eso?.

En cuanto hice esa pregunta, fue como si por un instante algo oscuro cruzara por su mente, abrió la boca para decirme algo pero de inmediato se arrepintió y negó con la cabeza.

- No, no la hay - ahora fue él quién decidió cambiar de tema - Estuve pensando en lo que me dijiste anoche que te ibas de la casa.

- Liam ya tome una decisión y cre...

- No es necesario que llames a tu amiga para que te quedes en su casa - acarició mi rostro con delicadeza - Te puedes quedar en mi departamento, hay mucho espació para los dos.

¿Vivir con Liam Evans? Era algo que no me lo había imaginado ni en mis mejores sueño.

- ¿En serio? - exclamé.

- Si, mi fresita - sonrió - Ademas creo que podría acostumbrarme a esto.

Fruncí las cejas.

- ¿A que te refieres?.

- Me refiero, a que podría acostumbrarme a despertar y ver tu rostro hinchado todos los días por la mañanas.

Me levanté tan rápido de la cama, que estuve a punto de tropezar con una de mis pantuflas con forma de unicornio en el suelo. Miré mi propio reflejo en un enorme espejo junto al closet de mi habitación y puse mala cara. Solo tenía los ojos ligeramente hinchados, lo cual era algo completamente normal, después de todo, ese era el efecto por dormir tan placenteramente junto al chico que me hacía temblar con tan solo una mirada.

UN NUEVO AMOR.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora