* TREINTA & CINCO*

1.8K 74 0
                                    

Normalmente las mujeres iban a un laboratorio para hacerse pruebas de embarazo, deseando que los resultados fueran positivos. Y en muchas ocasiones, sus parejas las acompañaban mientras las tomaban de las manos y sonreían ansiosos esperando su turno. O al menos, eso parecía ser el caso de la acaramelada pareja sentada en el sofá frente a mi, en la pequeña sala de espera.

Mi estómago era un nudo de nervios, mis manos no dejaban de temblar y cada quince segundos dirigía la mirada a donde se encontraba Liam, esperando encontrarlo en el mismo sitio junto a la ventana. Uno de mis miedos en estos momentos era voltear y darme cuenta de que había desaparecido.

Llevábamos al menos una hora en este lugar, hora la cual las demás parejas no habían dejado de mirarnos tanto a Liam como a mi, mientras susurraban cosas al oído. No podía culparlos, no era difícil adivinar que nosotros no estabámos ahí por gusto. En realidad nosotros éramos los únicos que no encajámos en este lugar, por no mencionar que aún vestíamos nuestro uniforme de la escuela. Creo que no podía haber momento más vergonzoso.

¿Que vamos hacer si estoy embarazada?.

Conozco a alguien que puede arreglar eso.

Jamás. Sí de verdad había una pequeña vida creciendo dentro de mi, jamás me atravería a hacer algo como practicar un aborto. Después de todo, ¿Quién era yo para impedirle a un bebé nacer en este mundo?.

Finalmente cuando la acaramelada pareja frente a mi fue llamada, supe que los próximos a hacer llamados por los resultados seríamos nosotros. Dejé salir el aire de mis pulmones y me cubrí el rostro con ambas manos, sin embargo no fue suficiente para ocultar mi nerviosismo.

Tenía ganas de vomitar.

- Lo que dije hace un rato no fue en serio - la voz de Liam me obligó a mirarlo, estaba de espalda a mi, mirando fijamente su reflejo en la ventana - Suelo decir estupideces cuando estoy enfadado.

Por el tono en su voz, podía asegurar que de verdad parecía arrepentido por haber dicho alto como aquello hace unas horas. Caminó hasta acercarse a mi, tomó mis manos entre la suyas y tragó saliva antes de hablar.

- Nunca te pediría hacer algo como no tenerlo, es solo que .... alguien como yo no debería tener hijos nunca - contuvo el aire en sus pulmones antes de soltarlo con fuerza - Cuando los miembros de mi familia me miran... - negó con la cabeza y apretó los dientes - Cuando yo mismo miro mi propio reflejo en un espejo...solo puedo ver a un monstruo mirándome de vuelta. No importa cuanto lo niegue, o cuanto intente ignorarlo, sé que tarde o temprano voy a terminar convirtiéndome en alguien como mi padre. Yo...no soportaría que tu y el hijo que podrías llevar en el vientre, terminaran viviendo lo mismo que...

Me apresuré a tomar su rostro entre mis manos para hacerlo callar.

- ¿Por que eres tan duro contigo mismo? - mustié - Si, puede que físicamente seas exactamente igual a tu padre sin embargo, hay algo que los haces completamente diferentes y eso esta aquí - dije colocando la mano sobre su pecho, justo donde se situaba su corazón - Se que tu jamás serías capaz de hacerle daño a una mujer, o a un niño...o a mi.

- ¿Como puedes estar tan segura de eso? - exigió él - ¿Como puedes estar segura de que nunca te haré daño?.

- Porque de otra forma, ya lo hubieras hecho - el verde de sus ojos estaba más claro que nunca - Tu no eres igual a tu padre, Liam, no lo eres y nunca lo serás, así que deja de pensar eso. Todo va a estar bien.

UN NUEVO AMOR.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora