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Mantengo la vista en la ventana, no tengo forma de escabullirme. No ahora que estoy en un avión a miles de metros del suelo.
No quiero volver. No quiero enfrentarme a las tierras de las cuales huí despavorida. JungKook lo sabe, y pese a que no suele obligarme a hacer nada que no quiera hacer, me temo que esta vez es diferente. Pero no pierdo nada por intentarlo.-Quiero regresar.
Me vuelvo hacia él y lo veo con expresión meditabunda.
-Mi niña, hemos hablado de esto- susurra.
-No, no lo hablamos. Dijiste que lo haríamos y me has traído aquí- refuto sin más opción que tragarme la rabia-. ¡No sé por qué insistes en esto!
-Necesito que confíes en mi.Cierro los ojos y no vuelvo a abrirlos. El silencio inunda el espacio cerrado que nos rodea. Es incómodo, es doloroso. Y es tan martiriosamente eterno que siento que lloraré. Aprieto los puños y JungKook no trata de hacerme sentir mejor. No hay forma de que lo logre.
Con el pasar de los minutos la atmósfera parece congelarse y vuelve cada vez más rígidos los músculos de mi cuerpo. JungKook también está tenso. Siento como si me estuviese metiendo voluntariamente en la boca del lobo.-Abre los ojos, _________-. El tono relajado de JungKook acaricia mi piel y despego los párpados, aunque no tengo ningún deseo de ver lo que hay a mi alrededor. Así que mantengo la mirada en mi regazo y veo como me he estado pellizcando los costados de la uña de forma nerviosa-. Y mírame- ordena. Antes de que brame un improperio, me agarra de la nuca y me gira la cabeza para que lo mire. Fijo los ojos en JungKook. Todo parece girar con frenesí-. Mejor- dice y alarga la otra mano para arreglarme el cabello-. Sabes que solo trato de cuidarte- declara-. Trato de mantenerte a salvo. No me lo hagas difícil, por favor-. Me atraganto y abro la boca para replicar, para preguntarle de qué me está cuidando exactamente, pero coloca la palma de la mano en los labios para silenciarme antes de que abra la boca-. Te lo explicaré todo después. Te lo prometo.
Tuerzo el gesto derrota, tras su mano y entorno los ojos ligeramente. Aparta la mano rápidamente para reemplazarla por su boca. El tacto de sus labios consigue el efecto deseado. Me desabrocho el cinturón al tiempo que le devuelvo el beso y me paso al asiento de enfrente sentándome sobre su regazo.
-Bastardo- murmuro haciendo que el eleve ligeramente la curva de sus labios.Me ayuda a ponerme cómoda mientras nuestras lenguas danzan en perfecta sincronía. Me está infundiendo las fuerzas que necesito para enfrentarme a lo que va a venir. Y pienso en lo fácil que es, seguirlo es la cosa más fácil que he hecho en mi vida.
Nuestras bocas se mueven como si nos hubiéramos besado más de un millón de veces, como si fuera la cosa más natural del mundo. Parece que lo es. Es como si todo encajara. Me hierve la sangre, el placer me invade, y estoy más viva que nunca. No sé en qué momento me he quedado sin pantalones y él sin camiseta. Suspira al tiempo que me agarra por debajo de los muslos y me levanta ligeramente.-Jamás voy a tener suficiente de ti, _________.
Estiro la espalda y me aferro a su cuello cuando siento la cabeza de su impresionante virilidad empujando contra mi abertura.
-Puedes tenerme todo lo que quieras- susurro con un hilo de voz.
-Lo haré. Claro que lo haré-. Sus palabras me matan, pero sólo brevemente. Sus ojos se oscurecen visiblemente y me agarra los muslos con fuerza, preparándose. Espero lo que está por venir y sostengo su firme mirada conforme se aproxima hasta que nuestras narices casi se tocan. No obstante, permanece inmóvil en mi entrada, con sólo la punta dentro. No me muevo. Me quedo quieta y paciente mientras me observa detenidamente, jadeando en su rostro, ansiando movimiento, Nos miramos fijamente a los ojos. Nada hará que apartemos nuestras miradas. Y cuando reduce lentamente el pequeño espacio que nos separa y me besa con ternura, sigo sin perder de vista sus esferas negras. Mantengo los ojos bien abiertos, y él también. Su beso es breve pero afectuoso. Es un beso de veneración-. Te quiero- susurra, y vuelve a incorporarse, pero sigue sin permitirse apartar la mirada. Sonrío. Me mantengo apoyada en un brazo y alargo el otro hacia él. Acaricio su mejilla con la punta de mi dedo mientras él continúa contemplándome detenidamente. Me penetra con un siseo y me distraigo de su ominosa declaración-. Joder, ya te has amoldado a mí. -Hundo su rostro en mi pelo mientras se recompone y yo me adapto a él dentro de mí. Tiene razón. Todos mis músculos y el espacio vacío parecen ajustarse a él como un líquido. Grito, y mis pulmones liberan todo el aire que había contenido.
-¡Jungkook!
-Me encanta sentirte por dentro.
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Negativo más negativo.
FanfictionEl chico. Jeon JungKook, bebe, fuma y suele meterse en líos, pero eso no quita el hecho que no se parta el lomo para conseguir lo que desea. Cree que, al tener unos fieles amigos, no tendrá ningún problema. Pero, el desastre controlado que llama vid...