Capítulo 18.- "Ella no forma parte de esto. ¡Ella es mía!"

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>>___________.

Me miro al espejo con los ojos rojos, no quiero llorar, definitivamente no lo haré.
Escucho el cotilleo a mis espaldas, luego un gran sonido de asombro.

-¡___________, querida!- chilla la señora Oh-. Te ves preciosa. Divina. Toda una modelo.
Sus amigas me halagan de igual manera, pero yo no veo lo que ellas ven. Yo no me veo.

La estilista retira la bata plástica de mi cuerpo y me concentro en el reflejo que tengo delante. Mi vibrante cabello azul ha sido remplazado por un tinte marrón chocolate, me lo han cortado a la altura de la espalda y hecho algunos caireles.
Claramente esto iba a pasar, desde que entré a este lugar dorado me han hecho un montón de cosas; depilarme, masajearme y ponerme pastas de colores en la cara. Realmente no había tenido problema con aquello, hasta que la trabajadora llegó a mi con un aerógrafo. Y así como un auto rayado y viejo, comenzó a pintarme. Me llenó de maquillaje de arriba abajo ya que la señora Oh repudia cada uno de mis tatuajes, y el vestido que ha elegido que usaré para ir a la cena con su hijo necesita que mis piernas y brazos estén visibles.

Ya no hay ni un rastro de mi antigua melena, ni de mi antigua piel. Ahora soy... diferente.
¿Qué tan bajo he caído? ¿Qué tan miserable y patética soy para no poder conservar ni un mínimo rastro de mi apariencia? Mi deuda parece haberse tragado cada uno de los aspectos de mi vida, hasta quien soy.

>> No querrás que a ellos les pase algo.<<

Cierro los ojos y siento como una lágrima caliente me escurre por la mejilla.

-¡Oh querida! Sabía que te gustaría- aplaude la señora Oh-. Luego te ayudaré a retirarte cada una de esas horribles cosas. Serás la princesa de SeHun, te lo aseguro- se acerca y palmea mi hombro-. Tenemos que irnos, vamos a comer una deliciosa bruchetta antes de irnos a arreglar para la cena.

Aprieto los costados de la silla e inspiro con fuerza la nariz. Me siento como una inútil. Incompetente, estúpida y vulnerable. Pero, sobre todo, me siento completamente desdichada. No quiero irme, no quiero salir de este lugar y que todo el mundo me vea. No quiero que nadie vea esto: mi uniforme de prisionera.
De inmediato deseo estar con JungKook en el viejo sillón de su estudio, deseo estar entre la calidez de sus brazos sintiéndome perfecta tal y cual era.
Trago duro y me pongo de pie.


(...)


Estoy retocando el trabajo que la maquillista privada me había hecho en la cara, la cual ahora tampoco parece mi cara. Mi padre abre la puerta interrumpiéndome con un enorme y ridículamente extravagante ramo de rosas rojas.

-¿Qué demonios es eso?
-SeHun te espera abajo y me ha dicho que te entregue esto-. Me tiende el ramo y yo lo dejo de mala manera en la cama, sin importarme que varios pétalos caigan al suelo. A través del papel transparente que envuelve las flores veo una nota, sé que su lectura me va a irritar más de lo que ya estaba, pero de igual modo la leí.

"Mi _________ se ha transformado en un bello cisne. 
Pronto serás mi princesa. 
Te amo.

-SeHun"

Un sentimiento amargo me recorre el cuello. En otros momentos me habría reído, pero ahora que veo mi reflejo en el espejo de mi habitación, me pregunto qué tan equivocado está al decir eso. Me siento como un montón de porquería que ha sido vendida, y SeHun es el único que la ha comprado.
Cierro los ojos y lanzo la nota al suelo.

-¡________!- me grita mi padre.
No lo volteo a ver. No me importa lo que él tenga que decir.
-También te ha dado esto.
Me entrega una caja rectangular y alargada de color escarlata. La abro con desgana y enarco las cejas al encontrarme con una pulsera de oro con diamantes. Demasiado exagerada, bromosa y claramente costosa. Me siento como una res a punto de ser marcada. Se me revuelve el estómago al reconocer que finge que nada de esto está mal, que quiere fingir que somos una pareja, no un captor y un rehén. El orgullo me duele al sentir mi dignidad tintinear al borde del precipio. -¿Has visto esto?.- me pregunta mi padre emocionado- ¿Cuántos quilates son? ¿Será costosa?
Se la entrego.
-No lo sé- suspiro-. Empáñala o algo.
Él me ve frunciendo el ceño.

Negativo más negativo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora