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Era inevitable que pasara. Realmente jamás he tenido nada por mucho tiempo.
Sus actos, sus palabras y su consuelo eran demasiado buenos para ser verdad. Debería haberlo sabido por la culpa que inundaba su cara cuando me dijo que me fuera con él. Que huyéramos.Ojalá no hubiera venido a buscarme. Ojalá no hubiera dejado que su compasión lo obligara a tratar de salvarme de mi infierno personal. Ahora todo es mucho más duro. El vacío es constante, la agonía inacabable. Me duele todo: la cabeza de tanto pensar y el cuerpo de tanto echar de menos sus caricias. Hasta me duelen los ojos de no verlo.
No me atrevo a salir de mi oscuridad silenciosa. No me atrevo a mostrarle mi alma herida al mundo. No estoy lista para hacerle frente a todos. Aún no. Puede que nunca. Quiero recluirme como un avestruz que mete la cabeza a un pozo. Las lágrimas ruedan por mis mejillas y el rostro de mi padre se transforma en el mío, luego en el de Guillermo.Quiero desaparecer. Quiero que todo deje de ser tan difícil. Sollozo doblando mi cuerpo insensible y escondiendo mi rostro bañado en lágrimas en la almohada. Me tiembla todo el cuerpo y cierro los ojos con fuerza. Todo se ha vuelto más pesado. Me arrullo entre las sábanas intentando recomponerme y darme un burdo consuelo, pero ni siquiera el calor de la tela es capaz de ayudarme. SeHun había llegado nuevamente al departamento junto a un trío de sus hombres. Tuve suerte en haber estado aquí antes. Siento una punzada en el corazón al recordar el rostro de JungKook cuando lo dejé. Pero es lo que tengo que hacer.
Debo dejarlo. A él y a todo su mundo.
Tampoco puedo casarme con SeHun, pero debo de planear otra manera de escapar. Cierro los ojos y siento un par de lágrimas bajarme por las mejillas. Volver a empezar de cero. Necesito esperar que las aguas se calmen y me dejen respirar.
Dejar a JungKook es lo correcto. Tengo que repetírmelo, porque no estoy segura de poder lograrlo. Abrazo mi almohada imaginando que es su cuerpo y me meso. Era demasiado bueno para ser verdad. Demasiado bueno para que no se arruinara de golpe.De repente escucho una vibración en la ventana, trato de ignorarla pero el golpe se repite. Es una piedra. Corro hasta ella, asustada. Seguramente los chicos están preocupados, y yo me he quedado sin teléfono. Pudieron haber venido, y no permitiré que SeHun les haga algo. Abro la ventana, pero quien veo siendo iluminado por las luces de los faroles es a Jin. El corazón se me agita. ¿Le pasó algo a JungKook?
-__________- me llama cuando me ve asomar. La lluvia le está mojando el traje, pero no parece importarle-. Tienes que venir conmigo- musita inquieto.
¿Qué ha ocurrido? ¡Dios! ¿y si JungKook a mu...?
-¿Qué pasa?- pregunto en un grito contenido-. ¿Ha pasado algo grave?
-No- responde con prisa antes de que entre en pánico-. Pero es urgente que vengas. Vamos, vístete y baja. Te atraparé aquí.Regreso la mirada a mi habitación y me enfundo unos vaqueros y el suéter que tengo más a mano. Ni siquiera enciendo la luz para vestirme. Me coloco mis converse y abro la ventana para salir, justo como lo había hecho en la mañana. Trato de hacer el menos ruido posible, bajo la escalera de incendios de puntillas y salto. Jin me sujeta de la cintura y corremos al auto que tiene aparcado en la calle de atrás.
Nos montamos y tomo aire para hablar, pero Jin levanta una mano para que continúe callada. No sé a dónde vamos, pero Jin maneja lo suficiente para que alcance a ver la silueta del río Han. Se detiene justo atrás, dejando que las luces de la singular fuente nos alumbren. Respiro hondo y espero su reacción, pero no se mueve. Sigue inmóvil contemplando la calle. Sin duda espera a alguien, pero ¿a quién?
Comienzo a tener miedo, Jin no suele comportarse de este modo. Entonces, otro vehículo se detiene a nuestro lado, abaja la ventanilla (solo un poco) y hace una señal con la mano. Tenso mis manos sobre la tela de mis jeans, pellizcándolos. Jin me acaricia con los dedos el brazo, intentando que me relaje.
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Negativo más negativo.
FanficEl chico. Jeon JungKook, bebe, fuma y suele meterse en líos, pero eso no quita el hecho que no se parta el lomo para conseguir lo que desea. Cree que, al tener unos fieles amigos, no tendrá ningún problema. Pero, el desastre controlado que llama vid...