11. Desconocidos

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"Apenas somos dos desconocidos con ganas de besarse"

Laura

Llegué al salón de clases sin quitarme de la mente lo que había leído Diego. Era un pensamiento continuo en mi cerebro, es que no podía creerlo. Estaba pasando vergüenza tras vergüenza.

Laura, controla tu vida por favor.

Decidí hacer como que él no existía, hasta que yo superara mi revelación indecente. Sin embargo, como si el universo conspirara en mi contra, me lo encontré en la entrada del salón, con un pie apoyado en la puerta, y la cabeza descansando en el marco. Sentí mis mejillas colorearse apenas él entró en mi rango de visión, y confieso que consideré salir corriendo e irme a mi casa.

Diego era alto, y verlo allí hizo que me sintiera pequeña, como un ratoncito caminando hacia un gato. Llevaba su jersey de equipo de fútbol, con el gorro puesto; y su cabello alborotado se asomaba por los bordes. Suspiré, sin poder creer que esto me estuviera pasando a mí. Caminé hacia él, enfrentando mi realidad.

Escenas más detalladas de sexo.

Mierda.

De repente levantó la cabeza. Sus ojos verdes impactaron de lleno en los míos. Me sonrojé en un acto inmediato, sin poder controlarlo.

—Oh, ho...la —balbuceó, torpemente. Miró incómodo a su alrededor.

¿Se puso nervioso?

—Hola —respondí, esquivando su mirada, y caminando con la cabeza gacha a mi asiento. Me senté dando un largo suspiro. Tenía que ordenar mi vida antes de que me ocurriera hacer otra cosa vergonzosa.

—Explícame —murmuró Emma, sin dejar de hojear el libro que tenía frente a ella.

—¿Qué?

—Por qué te sonrojaste al ver a Diego. —Se giró, y clavó su mirada en mí—. ¿Es mi idea o te saludó?

—Ya se —susurró Abril, en mi oído—. Desde que dijimos que debías ponerle un ojo, has estado pensando en él. No te culpo, tendrían unos bebes maravillosos. Debería estar prohibido que ocupen sus uniformes de fútbol todo el día. ¿Cómo nos vamos a concentrar así?

—Sí —mentí, ¿qué más iba a decir? ¿Lo miro avergonzada por que le dije que me gustaba leer libros de sexo?—. Ha estado apareciendo en mi mente.

De pronto, me distraje con Michelle que me hacía señas disimuladamente para que revisara mi celular. Lo cogí, tenía un correo nuevo.

"Estuvieron rapidísimos, esta noche les enviaré la siguiente pregunta. Si siguen respondiendo así de rápido, terminaremos antes de lo esperado"

Dime la verdad [+18] - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora