Dime la verdad [+18] - Terminada

56.2 Extra especial navideño parte 2

*Esta es la segunda parte del especial navideño. Si no has leído la primera parte, ve al capítulo anterior

Laura

Oliver

Abrió la boca y los ojos al mismo tiempo que yo. Y así nos quedamos unos segundos incómodos, sin saber qué decir. Me impactó verlo, no solo porque tenía una historia con él —sí, esa que todos sabemos— sino que yo recordaba haber estado con un chico. Más guapo que cualquier otro ser en la tierra, pero un chico al fin y al cabo. En cambio, quien tenía frente a mí, era un hombre.

En tan solo un año, Oliver dejó de verse como alguien inmaduro que no le importaba nada. A un hombre...con más experiencia y seguridad en sus ojos.

Vestía unos pantalones oscuros ajustados y una camisa floreada, que dejaba ver su cuello y parte de su pecho. Tenía el cabello un poco más largo que antes, y se veía asombroso.

Ufff.

Laura, concentrate

¿A qué venia?

Por supuesto el rojo en mis mejillas se instaló de tal manera que me ardían.

—Hola Laura —dijo, deslizando su mirada a zanahoria bajo mis pies. Dio un paso al frente y me abrazó, inesperadamente. El olor a su perfume me perturbó por todos los recuerdos que traía consigo. No me culpen, estuve tanto tiempo embelesada con ese olor que sentirlo era un recuerdo por si mismo. Temí olvidar la razón de por qué estaba allí—. Que guapa te ves. El rojo siempre ha sido tu color —agregó, con esa actitud de desinterés que lo caracterizaba.

—Oliver, yo...

—¡Laura! —La mamá apareció por la puerta. Oliver me soltó—. ¡Ay! ¡Estás tan grande! Toda una mujer—. ¡Emmaaaaaaaaaa!

—¿Qué? Mamá, no encuentro mi celular...¿Laura? —Emma se hizo espacio entre su mamá y su hermano.

Carraspee, todavía perturbada.

—Abril está en el hospital. Va a nacer —dije, con la voz apenas saliendo de la emoción. Emma saltó a mis brazos.

—¡Vamos a tener un sobrino! —sollozó, y se tocó el pecho—.Dios, estoy tan emocionada que creo que mi corazón se va a salir. Tenemos que ir ahora.

—Vamos, le diré a mi papá que me preste su coche. —dije, cogiendo a zanahoria. Lo asumo, quería arrancar de la presencia de Oliver.

Pero las cosas nunca eran fáciles para mí. Y supe lo que sucedería apenas Oliver dio un paso al frente.

—Yo las llevo —Oliver se adelantó con las llaves en la mano, y me atreví a mirarlo por segunda vez en la noche. Sus labios se curvaron en una enorme sonrisa de oreja a oreja, pero siempre con este tinte de arrogancia—. Después de todo, estuve bastante con Abril cuando pasó lo del accidente y te estabas recuperando, así que me gustaría estar allí.