42. Perro fiel

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"Tú me confundes, no sé qué hacer
Yo lo que quiero es pasarla bien
Yo tengo miedo de que me guste
Y que vaya a enloquecer"

Laura

Cogí su mano, algo reticente. Sabía lo que provocaría en mí. El contacto hizo que me sonrojara, y él en un movimiento rápido me agarró de la cintura, firme y sin dudas. Recordé su beso contra la pared.

—¿Y tú no estabas enojado conmigo? —pregunté, a la vez que me pegaba a su cuerpo. La canción comenzó a hacer lo suyo: tú me confundes, no sé qué hacer.

Ok, ¿no pudo escoger otra canción para sacarme a bailar?

Al parecer notó lo que pasaba por mi mente porque se puso a reír. Se acercó a mi oído.

—Dime qué está pasando. Me tienes como un loco —cantó.

Tragué saliva, a la vez que sentí corriente en cada una de mis extremidades. Mi alma y mi cuerpo subieron de temperatura de un momento a otro. Y apretó una de sus manos calientes en mi espalda.

—Que bueno que ya se te pasó —dije, ignorando sus palabras.

Cogió mi barbilla, y la subió para que lo mirara directamente. Dejó de bailar y me sostuvo entre sus brazos. Mis hormonas me exigieron que fuera por él, pero mis neuronas estaban demasiado conscientes de la realidad. Ese no era el plan de ninguno de los dos, contra toda la voluntad de mi corazón acelerado subí mis manos para alejarlo de mí, mi pequeño ser no podía con Diego.

Oficialmente no podía con él. Y cuando presioné su pecho para separarme, no lo permitió.

—Tú me confundes, no sé que hacer —murmuró, con sus ojos clavados en los míos. La canción decía lo mismo. Sus palabras me llegaron, impactaron, aniquilaron, y dispersaron todos mis pensamientos y sensaciones.

¿Qué estas haciendo Diego?

De repente se me pasó la idea de que Nicol ya no era a quien quería, y que Oliver tenía razón al decirme que yo le gustaba.

Me quedé sin palabras, y en su cara no había nada que me indicara qué era exactamente lo que quería decir. Miré hacia los lados, esquivando sus mirada que me tenía nerviosa, si me tocaba el pecho, podría haber sentido mi corazón a punto de salirse.

Me soltó.

—¿Qué haces? —pregunté. No sé muy bien si lo dije por que me soltó o por lo que me cantaba.

Llevó su mirada alrededor. Hice lo mismo, y no me di cuenta que nos observaban. Celulares apuntándonos incluidos. Me alejé.

Esto está mal.Todo está mal.

Dime la verdad [+18] - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora