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El tedioso profesor de biología explica sobre el tema de sexualidad, la verdad no le estoy prestando atención a la clase, mejor dicho estaba perdida en mis pensamientos recordando todas las reglas que conlleva ese jueguito que me propuso Tae. Nunca había llegado tan lejos así, por eso me hace sentir algo incómoda pero a la vez expectante porque quiero experimentar.

Salgo de mi ensoñación cuando observo como Tae se asoma por la puerta entregándole un papel al profesor. La verdad no entiendo que hace en esta facultad si la de él está al otro lado de la universidad.

—Sky a la oficina del rector — Frunzo el ceño algo desconcertada, pero miedosa también. Tomo mi bolso lentamente y con mis manos sudorosas preguntándome porque el director me solicitaba si siempre he sido buena alumna.

Con la mirada puesta de todos los alumnos en mi, salgo del salón tratando de estar calmada. El castaño me sigue de cerca, levanto la mirada y me encuentro con su sonrisa maliciosa, y se desde este momento que algo trama.

—¿De qué te ríes? —Pregunto con desconfianza.

—Pues es divertido esta situación —Se encoge de hombros, tan tranquilo que es sospechoso.

—¿Por qué lo dices? —Hago una mueca de disgusto.

—Porque el director no te llama —Pare en seco al escuchar aquellas palabras.

—¿Qué? —Chillo y empujó a Tae. El sólo se carcajeo en mi cara.

—Aquí el único que te necesita soy yo —Ruedo los ojos. Me doy la vuelta dispuesta a regresar por donde vine. Tae me hala hacia él y yo jadeé al pegar con su cuerpo.

—Eres un idiota —Al decirle eso me pegó a la pared y me beso a la fuerza, no moví mis labios para nada así que optó por morderme haciéndome corresponder el beso.

Abro mi boca y su lengua juega con la mia. Me toma por mi cabello para profundizar el beso y suelto un gemido bajito.

Nos separamos por falta de aire, sus besos bajaron a mi cuello provocandome cosquillas, después recordé que estamos en la Universidad.

—Tae —Se aleja de mi, me agarra de la cintura y me voltea dándome una nalgada fuerte en el proceso.

—¿Como se dice? —Chille por su acción y recordé las reglas.

—Daddy —Suspire.

—Así me gusta, obediente princesa —Sigue con sus besos húmedos por mi cuello haciendome estremecer de puro éxtasis. Sus manos curiosas apretan mis caderas con fuerza, dando a entender que él es el que lleva las de ganar. Me separo de golpe al escuchar voces provenientes del pasillo, observo y son alumnos que espero y no se hayan dando cuenta, si no fuera por ellos Tae me fuera tocado a su antojo. Mi respiración es un desastre, así que decido calmarme y no ver al castaño, se muy bien que debe de estar sonriendo. En ese momento mi compañera de clase, Suk, se me acercó con una pequeña sonrisa burlona, evalúa mi rostro con curiosidad después.

—¿Qué tienes? ¿Corriste un maratón? —Suk, tiene una voz chillona, a veces me desespera.

—¿Por qué? —Susurro, tratando todavía de regular mi respiración.

—Estas sudando y tienes la cara como un tomate. ¿Por cierto, para que el director te llamó? —Me quedo el blanco por un momento.

—Me llamó para ayudar a un alumno de ultimo semestre en una materia, ya que soy la mejor de la clase, según él; por eso me busco a mi —Mentí, ya que tenia algo de vergüenza de contar lo sucedido.

—Ah... ¿como se llama? —Froto mis manos en mi pantalón. Estoy nerviosa. En realidad, no se mentir.

—Kim SeokJin —Interrumpió el castaño mintiendo también. Lo miro, se me había olvidado que estaba a mi lado.

Daddy Kink [+18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora