Mire con detenimiento sentada en el borde de cama, lo limpio y ordenado que está todo, creo que está hasta mejor que mi cuarto. El castaño me mira con una sonrisa que promete muchas cosas, se cruza brazos y puede que vea como se le marcan las venas solo por ese movimiento… de repente hace calor aquí.
Solo necesitaba esto para caer en cuenta el poder que tiene mi amigo en las mujeres. Antes no me había planteado verlo desde este punto de vista, ahora que lo hago me resulta bastante atractivo y peligroso.
—¿Juguemos princesa? —Suelta después de un rato en silencio. Lo detallo de nuevo con los ojos entre cerrados, analizando su propuesta.
—¿Qué quieres jugar Daddy? —Respondí con una sonrisa burlona.
—Desnúdate —Su tono es demandante. Odio que me manden.
—Pe... —No me dejo terminar de hablar, cuando ya se había acercado lo suficiente para no tener espacio entre los dos. Bruscamente, me da la vuelta y siento su mano impactar en mi trasero, jadeo por lo fuerte que fue aun así me gusto y envió una corriente a mi cuerpo de puro éxtasis, no conocía está parte de mi.
—Regla numero 3: no te opongas a lo que yo te haga —Susurra demandante en mi oído, todavía no me se las reglas y no creo que las aprenda rápido. Me levanto de mala gana y lo escucho sonreír. Imbécil.
—Si, Daddy —Respondo después de un rato… Comienzo a quitarme la ropa poco a poco y la tiro a un lado de la cama, quedando semi desnuda con solo unos pequeños pedazos de telas de encaje muy transparente cubriéndome.
Mi nerviosismo aumento cuando no escucho que el castaño habla, por eso con mis mejillas sonrojadas levanto la mirada y me encuentro al castaño recorriendo mi cuerpo de pies a cabeza, a pesar de que no era la primera vez que mi amigo me veía así, pero esta vez es diferente porque ese simple gesto me pareció súper satisfactorio.
—Que obediente princesa. Sólo te faltaba una nalgada —Dice levantándose y yo ruedo los ojos. Comienza a rodearme como lo hace un animal a su presa, con eso aumento mi nerviosismo.
—¿Qué jugaremos? —Pregunto con curiosidad. Meto un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y él no se pierde ese detalle.
—The Colors —Hago una mueca de confusión. El castaño sonríe maliciosamente.
—¿Cómo se juega? —Respondo aún confundida.
—Sabia que lo preguntarías —Dice riéndose — Se juega, de la siguiente manera: yo te marcare algunas partes de tu cuerpo con colores diferentes, tú me dirás un color y si aciertas yo lo tocaré o inclusive puedo probar —Responde con un toque de picardía en su voz.
—¿Y si digo un color que no es?
—Habrá un castigo —Chasqueo la lengua, me va gustando esta parte demandante de Tae.
—¿Qué clase de castigo? —Respondo, el saca de su bolsillo trasero una venda. Me toma las manos para atar mis muñecas, me dirige al espaldar de la cama y ahí, me ata a la cama. Después, tapa mis ojos dejándome a ciegas, solo escucho sus pasos en la habitación.
De repente, siento algo frío en mi cuerpo y me sobresalto.
—¿Qué haces? —Preguntó en un susurro débil.
—Marcándote.
Me limitó a guardar silencio, no tengo nada que decir. Me siento ansiosa por estar amarrada en la cama. Tengo los nervios a flor de piel.
—Empezamos, ¿dime un color? —Duró varios segundos pensando un color para no equivocarme, no quiero un castigo. Tae es bastante predecible, así que sólo tengo opción de los colores básicos.
—Rosado —Susurro, siento la presencia de Tae más cerca.
—Lindo lugar para empezar —Sus dedos tocan mi vientre haciendo movimientos circulares en él, sólo por eso me estremezco un poco. Siento su aliento cerca de mi vientre, jadeo.
Me remuevo cuando empieza a dar pequeños besos húmedos en esa zona su lengua pasa por mi estómago, mi piel se erizara por el contacto, de un momento a otro se detiene y yo quede con mi respiración entre cortada.
—¿Por qué te detienes? —Protestó, con la respiración agitada.
—Tranquila princesa, ¿otro color?
—Azul —Poco a poco su respiración pesada chocó con mi cuello y sentí que mi cuerpo se erizaba por ese pequeño contacto. Hace lo mismo que en mi vientre pero esta vez ya mis jadeos eran más fuertes, duro unos minutos así, hasta que se detuvo y corto el momento.
—¿Todavía no cumplo con tus expectativas? —Su tono burlón, no me pasa desapercibido, recordé lo que le dije en la mañana.
—No todavía nada, sabes me encantaría hacer lo mismo contigo, ¿me dejas? Te aseguro que a mi me quedaría mejor —Necesito tocarlo. Estar atada me incómoda.
—Ya veras como las cumplo. Además te dejaría pero para eso tendría que soltarte y no te daré el gusto. ¿Princesa, menciona otro color? —Bufo y pienso otro color.
—Verde.
—Color equivocado —Siento que me desata las muñecas, no me da tiempo pensar y soy volteada bruscamente. Estoy con mi trasero empinado, sintiendo una parte de él que está algo emocionado, me frotó en busca de más contacto y siento que se aleja. Solo soy consiente de mi cuando jala de mis cabellos algo fuerte, lo próximo es que su mano impacta con mi trasero dándome una nalgada logrando que un quejido saliera de mi. Cuatros nalgadas después siento mi trasero arder, aun así no hay dolor, solo húmeda.
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Daddy Kink [+18]
Teen Fiction"Quiero perderme en el sur de tu cuerpo y después entrar en lo más profundo de tu alma, PRINCESA" [........] -¿A qué le tienes miedo? -Me susurra tan cerca de mis labios que mi piel se eriza. -A nada... -Susurro de regreso. -¿Y por qué no quieres j...