ilusiones destrozadas

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Y ahora ¿que decía? ¿Podía confiar en Sasuke? No, no lo sabía... y tampoco quería arriesgarse.

– Entonces ¿quién te gusta Naruto? – lo tomó del mentón para obligarlo a que lo viera– responde

– oye suéltame – le dio un pequeño empujón para alejarlo– mira... no eres nadie al que le deba dar explicaciones, ¿sí? Quién me guste es mi problema, no el tuyo...

– bueno, como sea... igual no eres la gran cosas, seguramente esa persona jamás se fijara en ti, solo eres un mentiroso, dobe y tonto – le sonrió de un manera burlesca para luego arrepentirse de lo que había dicho – Naruto...

El rubio le dio una bofetada con toda la fuerza y enojo que tuviera, él no era nadie para decirle ese tipo de cosas, no lo permitiría

– ¡déjame en paz! Ya no quiero saber nada... nada de esta mentira... nada de ti... eres cruel... siempre lo has sido, el peor error que pude cometer fue haberte conocido... me has tratado como tú criado, te has reído de mí... pero sabes... te voy a demostrar que soy mejor de lo que piensas... tendré un novio verdadero, no como tú... – le dio la espalda y se fue corriendo hasta su casa –

– ¡Naruto espera!

se sentía como la peor persona, el rubio había puesto una cara de tristeza ante su comentario, una cara que hubiera preferido no ver nunca, llegó hasta la casa del rubio e insistió pero este nunca le abrió, lo mejor sería hablar con él en la escuela, buscaría la manera de hablar con él.

***

Si, si era un mentiroso, no lo podía negar, había inventado una historia y se había metido en un lío por eso... había involucrado al estúpido azabache en su mentira, pero... eso no le daba derecho a hacerlo menos, suspiró con tristeza al recordar lo que esté le había dicho.

– Estúpido teme... – susurró mientras miraba por la ventana y garabateaba su libreta–

– Naruto ¿qué pasa? – Karin se le acercó aprovechando que Sakura había salido al baño– ¿peleaste con Sasuke?

– Oh... sí... bueno, estoy no te preocupes... – le sonrió sin muchas ganas–

Recordó que todo su error había pasado solo por tratar de impresionarlas... el más grande error que había cometido en su vida, debió ser honesto o solo conformarse con tener a Hinata como amiga, pero ya no había marcha atrás

– Naruto! – Hinata le gritó desde la puerta– ¡llevo horas aquí parada! ¡Te estamos esperando para comer!

– oh lo siento Hinata, no me había dado cuenta, Karin si me disculpas... voy a ir a comer con mis amigos – "mis verdaderos amigos" pensó –

– Claro, no te preocupes – le sonrió, la pelirroja tenía que admitir que aunque al principio no le agradaba mucho el rubio era bueno y ahora le agradaba un poco–

Ambos amigos se fueron juntos platicando de cosas triviales en su camino hasta el patio, Naruto vio de lejos a Si y se dispuso a ir corriendo hasta él para saludarlo, sin embargo se detuvo a mitad del camino halando a la pelinegra con el detrás de unos arbustos.

– ¡oye! ¿Qué te pasa Naruto?– le dio un suave golpe en la frente a su amigo–

– silencio... Sai está hablando con el chico que le gusta...

– oh... entiendo

Ambos se quedaron en silencio para poder escuchar un poco de la plática de su amigo con el otro chico.

– No entiendo... Gaara, llevas como diez minutos aquí diciendo que tienes algo importante de que hablar  y simplemente no dices nada... – suspiro un poco triste y fastidiado, en verdad esperaba una declaración o algo de su pelirrojo amor–

– yo... bueno... – no podía, simplemente no tenía el valor suficiente para decirle sus sentimientos– ¿quién es el rubio que fue por ti al salón?

– ¿cómo?

– sí, el rubio... El que va por ti al salón a veces

–sí, se de quien hablas... pero no veo una razón lógica para darte explicaciones de las personas con las que me junto... si eso era todo, lo siento pero me voy

Naruto veía todo escondido, no lo podía creer, no entendía por qué Sai trataba así a la persona que le gustaba.

– Sai! – Lo tomó del brazo apenas se dio la vuelta al irse– espera... yo...

– Gaara... tengo hambre y Naruto y Hinata me están esperando, suéltame por favor

– ¡no! – Gritó tan fuerte como pudo dejando salir su frustración– ¡no lo entiendo! ¿Por qué?... ¿por qué ahora pareciera que mi presencia te es indiferente... acaso ya no te gusto?

– Vaya... – una pequeña risa se salió de sus labios– indiferente... eso es lo que se siente, ¿sabes? Eso es lo que yo siempre sentí... no importaba mucho que tratará de acercarme a ti... me alejabas... mi presencia para ti nunca tuvo importancia

– no... Sai... perdona... perdóname, yo simplemente pensé que tú estarías junto a mi toda la vida... que no tendría que preocuparme por ti... porque estarías siempre

– pues no... lo siento, Gaara hasta el próximo más grande se cansa de esperar después de tantos rechazos... uno en verdad no aprecia lo que tiene hasta que lo pierde, ¿no crees?

– si... Sai... lo siento, de verdad... es solo que yo no quería aceptar que me había enamorado de ti... yo... alguna vez sufrí enamorándome de alguien, alguien que me rechazo por ser una persona fría y cerrada... por eso cuando tú apareciste creí que solo era una broma... después decidí que te pondría a prueba con tu insistencia, pero... te fuiste alejando poco a poco...

– ¿podría pensar que todo esto es una declaración?

– si... Sai yo... te quiero de verdad...

– Gaara... el querer a alguien es diferente al amar a alguien... – tomo las manos del otro con cariño hasta entrelazar las– yo te amo... pero tú me quiere, son cosas diferentes...

– dame una oportunidad... quizá te amo, solo estoy confundido, por favor Sai...

– vamos a intentarlo... aún no vamos a salir como pareja... pero vamos a salir... vamos a intentarlo

– Si – sonrió con un leve sonrojo –

Naruto no podía más... estaba feliz por el azabache, pero a veces la felicidad de unos puede ser la tristeza de otros. Tomó a su pelinegra amiga de la mano y se alejó junto con ella para poder darle privacidad a Sai.

– Naruto... – abrazo a su amigo de una manera un tanto maternal, sabía que estaba sufre y buscaría la manera de consolarlo–

– estoy bien... tranquila... solo vamos a comer, ¿sí? – sonrió tratando de tranquilizar a su amiga– solo... solo, él tenía razón... yo no soy la gran cosas, ¡nadie se fijaría en un mentiroso como yo!

– Naruto, tranquilo... eso no es verdad, tú eres una persona buena, eres lindo... solo... solo que Sai no era tu destino – le sonrió con cariño – no llores... alguien aparecerá, la persona indicada para ti...

– Naruto... ¿Estás llorando? – Sasuke se sorprendió un poco, ver a Naruto llorar le daban ganas de consolarlo aunque fuese un poco–

Al escuchar la voz del azabache menor volteo a verlo, en verdad no, no podía ser, parecía que el mundo se ponía en su contra, primero perdía la oportunidad de declararse a Sai, acabar toda esa mentira y ahora el estúpido de Sasuke lo veía llorar, ¿qué más podría pasar?

De Una Mentira Nace El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora