cinquanta-dos°

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Han pasado tres semanas desde que Tyler volvió y Ash llevaba ya dos de gira por el país. Me sentía realmente feliz por ella, era su sueño y se merecía muchísimo esta oportunidad, aunque me preocupaba que fuera muy manipulada por la industria y se dejara llevar demasiado, llevando esto a que pierda el control total sobre sus cosas. Conozco a esa chica, y aunque sé que es muy difícil hacerla entrar en "razón" siempre acaba cayendo, y siendo este su sueño, tardaría menos en aceptar cualquier cosa. Y digo razón entre comillas porque ella siempre tiene una "razón" muy diferente a la que normalmente todos tenemos, siempre le encuentra la quinta pata al gato.

Pero bueno, la cosa es que Tyler y yo nos dirigimos a su concierto de pasado mañana en Nueva York. Estoy aterrado, y aunque es una hora de viaje, al menos en avión, nunca lo he hecho, por lo tanto estoy muy nervioso y ansioso a la vez. Ty tampoco, aunque dice que no debe de ser tan malo, y considerando que el viaje es corto, es como subirse y el tiempo pasa volando.

Okay, mal chiste.

Ahora mismo vamos camino al aeropuerto. Papá se ha ofrecido a traernos y no deja de darnos la charla de cómo cuidarnos y comportarnos en la ciudad, y no es para menos, ninguno de los dos hemos viajado, -mucho menos solos-, lejos de nuestra zona de confort. Cuando llegamos al aeropuerto, nos despedimos de papá en la terminal, entramos y había una fila larguísima, para colmo parecía ser que el check in, iba lentísimo... Para nuestra suerte nuestro vuelo salía a las 21:00pm y hasta ahora eran las siete menos diez, no creo que vayan a tardar tanto.

Cuando por fin salimos de la terminal, tardamos unos veinte minutos en encontrar nuestra puerta de embarque, para estar seguros, digo. Por suerte habían un par de sitios en los que poder comer y sentarnos a tomar alguna cosa. Optamos por un Starbucks.

-¿Cómo crees que será el sitio? - me preguntó Tyler dejando su vaso con café en la mesa.

-Supongo que no será muy grande pero tampoco minúsculo. No como un sótano o un mini club, sino como un teatro o una sala de cine. Está bien para empezar - hago una mueca y me acomodo en la silla.

-¿El hotel está bastante cerca, no? No quiero perderme - añade.

-Tranquilo, confía en mí - al instante reímos -. Lo sé, lo sé... Sino, usamos GPS, tenemos todo el día de mañana para ubicar ese sitio y dormir tranquilos.

-¿Seguro que vas a dormir? - preguntó mirando sobre su vaso, al que le dio un sorbo enseguida.

-Tyler Joseph... - murmuré -. No me tientes.

Él soltó una carcajada que terminó en tos por casi ahogarse con el café.

Las horas pasaban lentas. Yo me mensajeaba con Ashley, y darle los detalles de cómo iba nuestra aventura, mientras que Tyler se encontraba durmiendo sobre mi hombro con sus audífonos puestos. La zona de embarque cada vez se llenaba más y la pantalla frente a nosotros nos avisaba que nuestro avión estaba por llegar.

Después de una hora más por fin pudimos embarcar. Mis nervios empezaron a aumentar y la azafata que nos recibió en la puerta nos saludó con una amplia sonrisa. Buscamos nuestros asientos y guardamos la pequeña maleta que compartíamos en el estrecho cajón sobre nuestras cabezas.

Tomamos asiento, por suerte nos tocó pasillo. Odiaría estar cerca de la ventanilla, al igual que Tyler. Nos colocamos los cinturones de seguridad y tomamos nuestras manos cuando las luces se empezaron a apagar.

🙈

Vale, viajar es divertido, pero ahora Tyler no deja de quejarse de que le duelen las piernas y a mí sinceramente me duele la espalda, sumándole que no encontramos la salida.

el chico del blog {Jøshler}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora