Estábamos destinados a encontrarnos, pero ¿Quien dijo que era para estar juntos?
Todos los derechos de Yuri!!! On ice pertenecen a MAPPA a Sayo Yamamoto y a Mitsuro Kuro
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Cuando por fin Yuuri, salió del hospital, en el cual estuvo durante cinco días, se logró enterar que Víctor estuvo ahí, le hubiera gustado verlo hoy pero no podía regresar a clases hasta el próximo lunes, su padre lo dejó en casa porque tenía que irse a entrenar a Yura, y su madre no tardaría en llegar, estaba recostado en la sala dormitando cuando el timbre de la puerta sonó, al llegar a ella, se encontró de frente con la más hermosa sonrisa de corazón que haya visto, tan dulce y deslumbrante como la recordaba, él lo abrazó y todo el cansancio y agotamiento de los días de celo se olvidaron, era como estar en casa. Se quedaron más tiempo de lo que un abrazo debería durar cuando lo dejó pasar a su casa, fue cuando se percató de la gran bolsa de botanas dulces y saladas que había traído, ya sentados en el piso del suelo comiendo comenzaron a platicar de lo que había sucedido en la escuela en su ausencia, pero Yuuri sentía en el su aroma, que era de alfa ansioso
-¿Te sientes bien?- trate de tomarlo de la mano pero este se tensó y paso saliva de manera muy audible
-Yo... te traje algo, de la bolsa de pantalón sacó una bolsita negra
Lentamente la abrió y pudo ver el dije de medio corazón con el nombre de Víctor
-¿Quieres ser mi novio?
Sentía mi corazón en los oídos, el aroma de alfa ansioso aumentaba y su mente y lobo gritaban a la vez
-Sí- la sonrisa que salió de sus labios era tan grande que dolía.
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Viktor moría de ganas de verlo, solo esperaba no hacer algo idiota por culpa de su calentura, pero ya no podía estar más tiempo sin verlo, después de que abriera la puerta y pudo ver la imagen de Yuuri adormilado le pareció la cosa más tierna del mundo, no pudo resistirse a abrazarlo se sentía en casa en sus brazos, sabía que era momento de separarse, pero no quería dejar de sentir su cálido aliento en su cuello, lo hacía feliz.
Fueron a la sala, y comieron lo que había traído, sintiendo como su lobo se tranquilizaba un poco al llevarle un regalo a quien había escogido como omega.
Yuuri se dió cuenta de que estaba nervioso, decidió sacar el regalo que había estado guardando desde el viernes y le preguntó lo que lo carcomía por dentro, Yuuri abrió los ojos y puso una cara de sorpresa, Viktor sintió como su corazón se paraba, de un momento al otro, su mundo colapsaría nuevamente si lo rechazaba, solo respiro lentamente tratando de tranquilizarse, cuando un suave sí salió de sus labios, el rió, su rostro cambiaba completamente cuando sonreía, su rostro se retraía y sus ojos casi desaparecían, nunca había sido tan feliz como en ese instante, Yuuri le dió el collar y se giró para que lo colocara, su piel era tan suave al tacto como parecía, blanca, suave y cálida.
Puse mi pulgar sobre sus labios para ver si se apartaba, no lo hizo, se inclinó más cerca, sus labios estaban casi tocándose, su nariz se frotaba contra la suya
-Nunca he hecho esto con nadie
-Está bien
-No lo está, esto saldrá mal, lo odiaras y no querrás saber nada de mí de nuevo
Viktor negó con la cabeza y puso sus brazos sobre su pequeña cintura, sentía que en cualquier momento quisiera escapar
-Jamás
Te arrepentirás de esto
Simplemente le sonrió y le acunó su mejilla con su mano acercándolo a sus labios, no fue terrible, los labios de Yuuri eran suaves y cálidos, podía sentir su pulso en la mejilla, era bueno que él estuviera nervioso, eso hacía que él no lo estuviera, sus aromas se mezclaban tan bien, como la primavera en la costa, cuando nos separamos pudo ver el hermoso sonrojo de sus mejillas, su dulce mirada era como ver una constelación inexplorada.
-¿Estás bien?
El asintió, lo besó en la parte superior de la cabeza, el descansó su mejilla sobre su pecho.
