Estábamos destinados a encontrarnos, pero ¿Quien dijo que era para estar juntos?
Todos los derechos de Yuri!!! On ice pertenecen a MAPPA a Sayo Yamamoto y a Mitsuro Kuro
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Viktor ayudo a guardar las ropa de Yuuri en su maleta, lo acompaño cuando dejo una carta para sus padres, se despidió de sus hermanos, mientras el en silencio trataba de contener el impulso de abrazarlo y no dejarlo irse jamás, pero no era su decisión aunque parte de él, no quería ver como la vida abandonaba sus hermosos ojos, sabía que no podría superar la perdida de Yuuri, abandonaron el onsen el camino era largo y al llegar a la cumbre Yuuri le pidió que parara, salió del auto y contemplo desde la colina la salida del sol, como iba esparciendo sus colores sobre el mar, se veía tan hermoso y etéreo que se fundió con el en un abrazo donde Yuuri recargo su cabeza en su pecho sentía el suave aroma del el su calidez, quería recordarlo de esta manera para siempre.
Lo que resto del camino Yuuri durmió recargado en su hombro se veía un poco más pálido desde que había despertado, las pastillas perdían fuerza ya que sus feromonas se encontraban cada vez más presentes en el auto Vikto tuvo que reprimir con fuerza las suyas para evitar desestabilizarlo, la última pastilla que quedaba del tratamiento previo la tomo para poder aguantar el viaje, no quería dejarlo ir sentía que le arrancaban el corazón, cuando anunciaron que los últimos pasajeros subieran Yuuri lo beso con tanta devoción que su corazón se estrujo, una solitaria lagrima salió de sus ojo, que el recogió con sus dedos antes de dejarlo ir quizás para siempre, vio como se alejaba con una sonrisa rota, el tomo asiento viendo como el avión se alejaba con una de las personas mas maravillosas que ha conocido
El regreso fue lento y triste, se paró en el mismo punto donde habían visto el amanecer y cayó al suelo soltando toda la tristeza que había contenido para no hacer quedarse a Yuuri, no supo cuánto tiempo estuvo ahí, ni cuando comenzó a nevar el frio era más profundo dentro de él, cuando regreso al onsen los Plisetsky le exigieron explicaciones pero el solo podía llorar era incapaz de hacer otra cosa, duro varios días así hasta que su madre llego a Japón por él, el tiempo comenzó un camino lento y conciliador, no existía gran diferencia un día del otro, pero a pesar de lo distraído que era quería hacer cumplir su promesa a Yuuri, viviría siendo la mejor persona que le fuera posible.
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