Estábamos destinados a encontrarnos, pero ¿Quien dijo que era para estar juntos?
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Ese día Yuuri no quería levantarse estaba acostado en la cama de Luka, espalda con espalda, nuevamente había peleado con su madre, desde que llegaron a Moscú, la actitud de Yuuri cambio completamente, comenzó a salir con varios Alfas y Betas, tomaba, fumaba y se dejó arrastrar por el ambiente.
Cuando vieron su gran potencia pasó a las clases regulares de verano a las normales en el Bolshoi, conoció a las figuras emergentes del ballet y comenzó a vivir el ambiente como un adulto irresponsable. Como parte del cast, conoció a un joven pelirrojo llamado Luka Giacometti, comenzaron a salir una temporada.
Lilia se encontraba muy inconforme con la nueva actitud de Yuuri, no sabía que es lo que había pasado con Víctor cuando estuvieron en la copa china, pero de algo estaba segura y era que Yuuri había tomado más de una decisión errada, se encontraba angustiada por lo que su amiga Minako le informó cuando llegó pero tras esa ida al hospital, Yuuri no había tenido recaídas, cuando la época de celo en Yuuri había llegado esta no se presentó, Lilia tuvo un presentimiento, el cuerpo de Yuuri había cambiado, pero lo más relevante era, que su aroma iba desapareciendo, habló con el doctor de cabecera de este, y le dió una amplia explicación que el rechazo de su destinatario pudo alterar las hormonas de Yuuri de alguna manera que cuando regresaran a la ciudad le haría un análisis más extenso, pero esto no logró quitarle el malestar que estaba instalado en su instinto, por lo que tomó una decidión que lamentaría, buscó entre las cosas de Yuuri, y encontró lo que había estado temiendo desde un principio. Yuuri estaba tomando hormonas para suprimir su lado omega, no sabía desde hacía cuando lo estaba haciendo pero sabía que el constante uso de estas era sumamente perjudicial, ese día durante la cena, no quiso decir nada, ni su marido ni sus hijos supieron la razón de su malestar.
-Familia, el día de hoy me ofrecieron el papel principal para la primera función de las noches blancas.- el pelinegro se veía radiante y feliz- gritó muy alegre Yuuri durante la cena familiar
-Yuuri, podemos hablar en tu habitación- su madre se levantó con la mirada estoica y caminó hacias su habitación
Para Yuuri esa frase, logró despertar malos recuerdos, bajó la cabeza y siguió a su madre. Dentro de la habitación del azabache la tensión era tanta que se tendría que cortarse con un hacha
-Me podrías explicar esto- su madre saca la cajita de la bolsa de su pantalón, el rostro de Yuuri perdió todo su color, boqueaba como un pez -Y no me digas que no es lo que parece, sabes lo irresponsable que fue esta decisión, y por qué el doctor decidió no darte este tratamiento.
-Yo...
-Yuuri sabes, siempre he pensado en ti como un ejemplo de hijo, eres respetuoso amoroso y sabes enfrentar los retos de la vida con buena cara, pero esto hijo es decepcionante, tu actitud desde que estamos aquí lo es
-NO... yo solo quiero vivir, sabes lo que es saber que morirás- la madre de Yuuri cae a la cama y tapa su rostro, con el claro remordimiento tatuado en su rostro
