CAPITULO 29

63 9 0
                                    


Después de mi primer celo, y que caí en el hospital a mis padres le informaron de mi raro padecimiento, pese a no ser la persona más optimista trate de pensar positivo, siempre he tratado de no ser una carga para nadie, dejar a mis demonios escond...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




Después de mi primer celo, y que caí en el hospital a mis padres le informaron de mi raro padecimiento, pese a no ser la persona más optimista trate de pensar positivo, siempre he tratado de no ser una carga para nadie, dejar a mis demonios escondidos donde solo me atormentan a mí, antes de abandonar el hospital escuche decirle al doctor que si no conseguía un trasplante mi deterioro iría avanzando y moriría en dos o tres años, era una  noticia devastadora para ellos, nunca supieron que lo oí, simplemente sonreí y fingí que todo estaría bien.

Me rendí a la idea del amor, de tener una carrera, una persona que me amara, experimentar tantas cosas, fue entonces que comenzaron los ataques de pánico, averigüe en Internet como evitar que se dieran cuenta simplemente sonreía, así paso un año, entre estancias en hospital, sueños muertos y sonrisas plásticas, hasta que te conocí, descubrí lo que es el amor fuera de la familia el tener ganas de que una persona solo tenga ojos para ti, el querer sentir sus manos tocándote, sentir su aliento en mi piel, despertaste los sueños que había dejado morir, quise ser egoísta si solo iba a tener poco tiempo lo aprovecharía al máximo, recibí la carta del Bolshoi, deje de lado el dolor constante de mi cuerpo, y decidí luchar por el realizar el sueño de ser parte de las filas de una obra del Bolshoi, cuando tú y yo estuvimos juntos significo mucho para mí pero el que rechazaras y me dejaras destrozo una parte de mí, tome medicamentos para dormir a mi lobo y que los dolores fueran mínimos, y me fui sin mirar atrás sin pensar en que te hice daño solo quería pensar por una vez en mí, ser egoísta y poder tomar en mis manos mi propio destino, dejar de sonreír para no ser una carga en los demás.

Rápidamente llame la atención durante las prácticas me ofrecías pequeños papeles en algunas obras, me sentía feliz el poder estar frente a los escenarios que hicieron grande a mi madre frente a los ojos del mundo, podía brillar aunque sea un poco, pero cada noche cuando dejaba de pensar en el escenario mi agónico lobo, lloraba por ti  Viktor.

El día a día comenzaba a ser agobiante, la presencia de mi madre le daba la idea a todos de que había llegado gracias a ello, por eso al inicio el rencor y la indiferencia fueron con lo que me encontré, pero cuando por mí mismo comencé a destacar fue incluso peor, el director Koslov, vi que podría conseguir patrocinadores al saberme mover, cada fiesta de la compañía nos hacían presentarnos con los patrocinadores, mi madre sabia como se movía ese mundo por lo que gracias a sus conexiones siempre se encontraban mis padres y Yura, aunque el ultimo siempre de mal humor cuidándome, al mes de estar en Moscú, se llevó a cabo una de las fiestas más importantes para recaudar inversores para las presentaciones de las noches blancas, mis padres se encontraban hablando con uno de los principales inversionistas que también apoyaban a Yura, por lo que me perdieron de vista, cuando el director Koslov me abordo y me llevo a uno de los salones laterales para presentarme con un inversor Franco canadiense, llamado Leroy, este se portó muy galán y amable, me dieron varias copas que tuve que tomar por compromiso para no parecer grosero, cuando uno de los meseros me empujo y tire la copa entre los dos, me sentí muy mal al respecto de ensuciar la camisa del señor Leroy me ofrecía a limpiarla, sé que fui muy ingenuo al ir a una de las salas privadas a solas con él, pero realmente me encontraba mareado como para pensar racionalmente, el cerro la puerta, y se quitó el saco y la camisa que ofreció, comenzó a limpiarla con agua mineral para no dejar mancha, sin darme cuenta de que se encontraba de tras de mí, quito mi saco argumentando que lo mojaría, me tendió una copa con agua mineral mientras limpiaba la blusa, bebí poco de ella pero fue suficiente para sentir mi cuerpo laxo y sin fuerza, no recuerdo mucho a partir de ahí solo el frió de sus dedos rozando mi piel, que se sentía febril, cuando sus labios comenzaron a saborear mi piel mi lobo entro en pánico alertando el pánico que comenzaba a cubrirme, el aroma debió ser nauseabundo para el hombre que me recorría, pero al ser un beta, no hubo defensa para evitar que me siguiera tocando un ruido y su cuerpo en el suelo es todo lo que recuerdo, solo fragmentos quedan Yura vistiendo y Luka cargándome al automóvil de mis padres, mi madre gritándole a Koslov, y la obscuridad que había tratado de alejar se instalaba sobre mí, me descontrole después de eso me sentía sucio, la compañía me culpaba por el despido de Koslov, el nuevo director un beta llamado Celestino Cialdini, me tomo como musa personal, él es un amigo de mi madre y siempre me cuidaba, la amistad con Luka se reforzó, era el único que jamás quiso aprovecharse de mí, cuando tomaba de más y perdía el control, siempre conté con él para llevarme a casa y dejarme al cuidado de Yura para que mis padres no se enteraran, con el paso del tiempo mi lobo agonizaba, pero el dolor regreso, no fui lo suficientemente astuto para evitar que mi madre se diera cuenta y descubrió que estaba inyectándome supresores que me dañaban, pele muy fuerte con ellos y termine con Luka, quería olvidar toda mi existencia en sus brazos, pero cuando me toco solo pude pensar en ti y me derrumbe, el me apoyo sin pedir nada a cambio me ayudo a des toxicar mi cuerpo de los medicamentos, me quede con él el resto de mi estancia en Moscú, me sentía muy cobarde para enfrentarte o a mis padres el me ayudo a buscar otras opiniones para mi enfermedad, pero el resultado siempre fue el mismo, no quería arrastrarte Viktor a que vieras la decadente persona en la que me convertí, que me veas morir.

 El día a día comenzaba a ser agobiante, la presencia de mi madre le daba la idea a todos de que había llegado gracias a ello, por eso al inicio el rencor y la indiferencia fueron con lo que me encontré, pero cuando por mí mismo comencé a destacar...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Betterswett MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora