Capítulo 18 -Nota #3-

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Me apresuré a tomar mis cosas pero en cuando abrí la puerta de mi habitación, ahí estaba él. Estaba parado mirándome firmemente sin ninguna expresión

—¿Crees que me rendiré tan rápido?— escupió —Ya sé lo que sientes y ya no hay vuelta atrás

Avanzó con paso firme hacía mí, mientras sin darme cuenta yo iba retrocediendo. Cerró la puerta detrás de él.

—No… ¿no te preocupa lo que pasará?— bajé la vista a mi pies, estaba nerviosa como nunca

—¿Que pasará de qué? Yo no soy maestro Hailey. Soy un simple suplente o ya lo olvidaste?— paró hasta que nuestras puntas de sus zapatos y mis zapatillas chocaron. Seguía sin mirarlo, no podía, me derritiera en segundos.

—Yo… no puedo—traté de rodearlo pero no pude.

—¿No puedes? ¿Qué te preocupa Hailey? ¿Alex? —La mención de mi hermano hizo que levantara mi mirada hacia él

—No.

—¿Entonces?

—No se puede… deja de hacer esto— nos señalé a ambos

—¿Hacer que? ¿Esto?— se acercó mucho más, tanto como fuera posible.

Comencé a retroceder hasta que tope con la cama haciendo que cayera sentada en ella.

—Basta— puse mi manos sobre su pecho intentando empujarlo un poco

—¿Por qué? —Embozo una sonrisa maliciosa

Puso su rodilla a un lado, mientras yo me inclinaba hacía atrás. Jahir aprovecho para ponerce a horcajadas sobre mí, mi pecho subía y bajaba y mi respiración ya era un completo desastre.

Con su dedo comenzó a dibujar el contorno de mi cara con delicadeza haciendo que me estremeciera al instante.

Estaba concentrado en cada uno de mis movimientos, estudiando me como si fuera la criatura más hermosa que hubiera descubierto o al menos así me sentía bajo su ardiente mirada.
Traté de que mi respiración se regulará aunque sea un poco pero eso sólo empeoró cuando se acercó hasta que su nariz toco la mía.

—Está bien— Sonó tranquilo mientras me sonreía mostrando sus perfectos dientes blancos

—Que… ¿qué cosa?— comencé a hablar con voz ronca y jadeante

—Haré que estés segura de lo que sientes— comenzó a acomodar mi cabello detrás de mis orejas —Y cuando ese día llegue, serás mía y ya no habrá vuelta atrás. Seré paciente y me comportaré delante de todos e incluso a solas— me dedicó una última sonrisa y saltó de mí para ponerse de pie

—Arriba, tienes que llegar a mi clase puntual— me agarró de la mano y me levantó de un sólo jalón.

Aún sin poder hablar, apenas y había procesado sus palabras. Es que acaso no se iba a rendir? Y lo peor de todo, llegaría el día en que sería suya?

Espero que no, lancé un suspiro.

Me miró por un instante, cogió mis cosas y me tomó del brazo para sacarme de ahí. Estaba haciendo bien, ya que no podía mover ni siquiera un músculo por mi cuenta.

Cuando llegamos a la universidad, no volvió a hablar sino que se limitaba a mirarme y sonreír como si mi estado de confusión le divirtiera. Pero tenía que estar bien no podía quebrarme la cabeza con eso ahora tenía algo más importante.

"Sacar buenas notas"  era todo lo que debía preocuparme y no sobre chicos.

Caminé por el instituto sola, ya que por obvias razones Jahir no podía seguirme y fue que por fin podía respirar, por fin me sentía libre

—Oye— una voz masculina por detrás de mi hizo que me detuviera al tiempo que giraba sobre mis pies.

—¿Sí?— el chico que me había salvado de quedar como una boba en la clase de Jahir estaba parado con una gran sonrisa mientras se ajustaba sus lentes

—Perdón, pero no recuerdo tu nombre— sonreí apenada, lo cierto es que olvidaba los nombres con cierta facilidad.

—Oh, soy Zec. Nunca nos presentamos en realidad—. Comenzó a juguetear con sus manos, mientras sus mejillas se teñían de rojo.

—Bueno, creo que yo tampoco te di las gracias por salvarme de Jahir— se miraba muy tierno y noble no era como cualquier chico. Era mejor que eso.

—No es nada, pero es tu novio no? Digo sólo fue para disimular— Ahora si parecía un tomate se me escaparon unas sonrisitas

—No, Zec. No somos nada,  pero para eso me hablaste para saber si Jahir y yo éramos novios?— bromeé

—No, no, no yo…— habló demasiado rápido estaba poniéndose más nervioso

Mierda!

—Descuida Zec, solo era una broma— me disculpe

—Ah.

—Pero, vamos a clases— animé un poco

Avanzamos rumbo a nuestras clases que por cierto resulto ser la misma ya que estábamos en la misma carrera.
En ese tiempo resulto muy agradable su compañía y pude conocerlo mejor como: que no era de Estados Unidos (aunque su acento lo parecía) sino que venía de Londres casi grito cuando lo dijo siempre ha sido mi sueño conocer Londres, que le apasionan los videojuegos y que su pasatiempo es ir a escuchar música a algún parqué mientras come un helado de fresa y que además es alérgico al chocolate

¡Pero quien va a hacer alérgico a algo tan maravillado como el chocolate!

Era un chico muy lindo y tierno, muy amigable  y sobre todo muy interesante sobre sus investigaciones e intereses sobre la Sociología.

Para el final de clases, por suerte Jahir se había comportado tal cual como dijo aunque sentía su mirada cuando entre a su clase hablando cómodamente con Zec pero no dijo más. Me dirigí a mi casillero para guardar mis libros por suerte el día acabado maravillosamente o eso creía, la sangre se me fue hasta los pies cuando una nota estaba en mi casillero pegada lo cual decía lo mismo al inicio

Para: Hailey W.

Miré a mi alrededor pero no había nadie ahí, todo estaba desértico ni si quiera el mínimo ruido se escuchaba arranque la nota y la desdoble y comencé a leerla.

"Recuerdas nuestro promesa? No me iré a ningún lado, desearía que supieras quién soy. 
Cada noche la oscuridad me inunda y me susurra que me aleje por que voy hacerte daño pero no puedo y sabes una cosa? No quiero hacerlo, no lo haré... NUNCA."


Cerré la nota y la metí a mi mochila, comencé a respirar rápidamente. Esto era una broma

Tenía que serlo me repetía mentalmente.

Las palabras parecían románticas pero había algo detrás de eso, algo cruel. Es como si esa me conociera más que nadie, como si me conociera desde que era una niña.

El celular comenzó a sonar haciendo que me sobresaltara un poco.

Apenas toqué la pantalla para contestar cuando escuche por la bocina

—Te esperó en el estacionamiento Princesa—  miré la pantalla y era Jahir pero me había llamado igual que Alex y por absurdo que sonara eso me molesto.

Alex era la única persona en el mundo que podía llamarme de esa manera.

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