Capítulo 73

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Jahir B.

Cerré la puerta y salí corriendo.

No podía soportarlo, estaba hundiéndonos y eso no podía pasar. Hailey estaba destrozada, lo miraba pero eso sólo duraría un par de días, no era tan egoísta como para encadenarla a mí.

Yo estaba hundido y no podía hundir a Hailey conmigo.

Ella no me amaba, sólo la había acorralado hasta que no tuvo otra opción.

Tiré fuertemente de mi pelo mientras seguía corriendo buscando la salida.
Tropecé con una enfermera o eso me pareció, no podía ver todo estaba nubloso.

Mis ojos estaban llenos de lágrimas no derramadas.

Es lo mejor, es lo mejor, es lo mejor, es lo mejor, es lo mejor, es lo mejor...

No podía parar de repetirme lo mismo una y otra vez. Tenía que hacerlo hasta poder asegurarme que lo que me decía mi mente era cierto.

—¿Jahir?— escuché la voz de Ian a mi espalda que gritó mi nombre, lo ignoré y atravesé la puerta de salida sin mirar atrás ni una sola vez.

Llegué a mi casa sin saber en realidad como lo había logrado. Caminaba pero no sentía los pies, respiraba pero no sentía que el aire llegara a mis pulmones, mi corazón latía pero nada temía sentido. Sólo estaba vivo, sin ninguna razón.

Me fui directo al baño, y me quedé en la ducha por varios minutos. Tenía que distraerme con lo que sea, con tal de no tomar alcohol.

Esa etapa se suponía que estaba superada, pero apenas Hailey y yo terminamos me lancé a la bebida de nuevo y eso no era lo que tenía que hacer.

Pero estar embriagado todo el día era mucho mejor que soportar el dolor estando sobrio.

El timbre de la puerta sonó sacandome de mis atormentados pensamientos, negué con la cabeza.

De seguro era Ian. Él solo venía a fastidiarme la vida, más de lo que ya lo había echo yo.

Lo ignoré y salí con rumbo a la cocina.

¡Al diablo! Tenía que beber.

Destape mi botella de tequila que había logrado esconder luego de que Ian tirará todas las botellas de alcohol por el retrete.

Estaba apuntó de llevar la botella hasta mis labios cuando el timbré de la puerta sonó de nuevo.

¡Mierdaaa!

Dejé la botella sobre la mesa de la cocina y fui directamente a abrir la puerta.

Estaba apunto de gritarle a mi hermano que me dejará en paz pero antes que pudiera hablar, la voz de Jones sonó por toda la habitación.

—Tenemos que hablar Jahir— dijo muy seria.

Fruncí el ceño, muy pocas veces había visto a Jones de una manera tan seria y misteriosa.

Me hice a un lado para dejarla pasar a la sala sin decir ni media palabra.

Entró taconeando por todo el lugar, ella siempre era de las mujeres que va impecables a donde sea.

Llevaba su cabello castaño lacio, y su boca con un poco de brillo labial y un vestido que se ceñía a su figura.

Ella me ganaba con 13 años pero parecía mucho más joven.

—¿¡Has estado bebiendo!?— chilló cómo cual madre riñe a sus hijos

—Estaba apunto, hasta que tocaste el timbre— suspiré con cansancio

~Notas para ti~ [COMPLETA☀️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora