~Notas para ti~ [COMPLETA☀️]

Capítulo 19

Llegué al carro de Jahir sin decir una palabra pero mis labios apretados decían que tenía mucho que decirle.

—¿Te pasa algo?— Se giró para verme

—Nunca me vuelvas a llamar "Princesa" ¿de acuerdo?— dije sin verlo a la cara

—Bien— no dijo más

Condujo por la ciudad mientras yo contaba las casas y edificios por la ventana tenía que hacer algo para distraerme de mi enojo innecesario.
Mi celular vibró anunciando una llamada de un número desconocido, toqué la pantalla y contesté con recelo.

—Sí?

—Preciosaaaaa, son Ian— Cantarruqueo por la bocina haciendo que sonriera

Jahir me veía de vez en cuando con el entrecejo fruncido.

—Hola, ¿cómo conseguiste mi número? — pregunté un poco más amable

—Te olvidas de que Area es mi prima.

Oh.

—Cierto, ahmm— que podía preguntarle, que quería tal vez sonaría algo borde.

—¿Qué haces?-—escuché como sonreía

—Voy a casa, ¿por?— Jahir no dejaba de observarme temía que se diera cuenta de quién se trataba

—Vas con Jahir, ¿cierto?— preguntó con curiosidad

—¿Com...Cómo lo sabes?— me removí nerviosa en mi asiento incómoda

—Por que no me has respondido con mi nombre y sé que solo hay una razón para eso.

—Ah, bueno escucha te marcó más tarde, ¿okey?— traté de sonar relajaba y no muerta de nervios como me sentía justo ahora.

—Está bien preciosa— y colgó.

Solté todo el aire que estaba conteniendo involuntariamente

—¿Quién era?— no mostró ninguna expresión

—Oh, era... Area— dije el primer nombre que me vino a la mente

—Creí que no le hablabas y además dijiste que como había conseguido tu número— elevó una ceja esperando a que respondiera me sentía como si fuera mi hermano.

—Bueno... no creó que tengas que saber todo sobre mi vida— me giré para seguir mirando por la ventana.

Después de un par de minutos llegamos a mi departamento, no desperdicié ni un solo segundo cuando ya estaba fuera del carro corriendo para entrar a la seguridad de mi casa sin decirle adiós o mínimo gracias a Jahir.

Pero como podía si quiera mirarlo a los ojos cuando su hermanos (que por cierto odiaba) me habló y yo hablé con él y descaradamente le mentí.

Mierda!

¿Por qué no puedo tener una vida normal? Creó que ahora mismo me hubiera gustado no tener a ningún hombre cerca todo sería más sencillo para mí.

Me fui directa a mi cuarto mientras tomaba una bien merecida siesta, aunque terminaría por desvelarme.

Tenía tanta tarea que de solo pensarlo ya estaba agotada.